domingo, 23 de julio de 2006

Del Cielo a Madrid


Bueno, hoy volví desde Londres. Vuelo tempranero e incómodo. No sé como easyjet se las arregla para estropearte el viaje una vez tras otra. Aunque sean vuelos baratos...esto no significa que el trato al público tiene que ser tan vejatorio. Ahora les ha dado por pesarte el equipaje y cobrarte por cada kilo. Y como estás en el aeropuerto, y tus cosas no se pueden dejar en ningún sitio, te aguantas y pagas. Esta vez no me tocó pagar, pero la anterior sí. Sin embargo hoy tuve que aguantar la batalla entre los pasajeros y la aerolínia por no pagar. Me molestaba más la actitud de las chicas del mostrador que el que los pasajeros se tomaran un buen rato cambiado sus cachivaches de una maleta a otra. Una señora que llevaba muletas y creo que una pierna postiza se las vio y se las deseó para cambiar las cosas de sitio. Su ayudante, que era un poco más mayor que ella, tampoco sabía donde meter las cosas. Me dio mucha rabia. La chica del mostrador era un poco fria y le daba igual, y cuando los dos volvieron a los pocos minutos porque no encontraban el mostrador donde se paga (convenientemente situado al otro lado de una sala llena de colas, maletas y niños) le puso una cara de asco que me llenó de ira. ¡Qué falta de educación!

Bueno, en el vuelo no sé por qué, una señora se sentó entre el chico que estaba a mi lado y yo. Es decir, el asiento de en medio. Pensé que igual el avión iba lleno de gente. Cuando me levanté durante el vuelo vi que no era así y pensé en cambiarme yo de sitio pero la pereza me dejó donde estaba. Por una vez tenía asiento de ventana y lo disfruté sobre manera. Entramos por los picos de Europa aunque no distinguí las ciudades costeras que vi. Quizá era Santoña, no lo sé. Lo que sí me encantó ver desde el cielo fue la ciudad de Segovia. El acueducto es impresionante. Me gustó mucho la imagen. Luego, un minuto despues, me regaló el viaje una vista de La Granja. Nunca lo había visto y tampoco he estado ahí. Me quedé enamorado de la vista. Un mar de árboles con algunas avenidas entre ellos....y el palacio....único y bello. Me pareció tan elegante, tan fino. Tan alejado de la locura de las ciudades. Espero poder ir un día y pasar unas horas en el entorno.

Llegúe a casa y me fui a comprar El País. Fui a Diurno a tomar un par de bocadillos y un café como vengo haciendo desde hace poco. Espero que lo convierta en costumbre pues me gusta mucho ese sitio. Al rato, compré algo de beber y me volví a casa donde me dormí una buena siesta. Ya por la tarde limpié un poco la casa y recibí un email de Lucas, compañero de clase. Fotos de la masacre de bano. Qué bestias somos los hombres.

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