jueves, 18 de noviembre de 2010

Francés oral


AOG, Madrid

Hoy tuve un examen oral de francés. Parte de la oposición es conocer la lengua de Molière a la perfección (al igual que la de Shakespeare).

Hace más o menos un mes asistí a la academia de idiomas que  mi preparador aconsejó para hacer las pruebas. 

El resultado fue algo calamitoso y el tutor que lo corrigió recomendó que hiciese un curso de preparación. 

Yo conozco mi nivel y sé que, cierto, la gramática francesa no es mi fuerte, pero mi nivel oral y de comprensión es bastante avanzado. 

Pedí a la academia que me permitiese hablar con el tutor en cuestión, lo cual me costó conseguir, para que viese que aunque cojeo en "grammaire Française", en lo demás no ando tan mal. 

Resumiendo, hoy tuve la dichosa cita. 

Duró unos diez minutos y salí bastante airoso. Me dijeron que tenía un buen acento, y también una muy flluída conversación.

Quizá lo que más me sorprendió fueron mis respuestas a algunas de las preguntas. 

Historia oral

Recuerdo que en Londres, mi profesora de metodología, fan a muerte de la historia oral (actividad de la que quedé contagiado), siempre decía que la gente nunca sabemos lo que vamos a decir hasta que abrimos la boca. 

No se equivocaba. 


Ante la pregunta de en qué parte del mundo me gustaría trabajar, respondí lo que pensaba que no respondería: África. 

Seguido de Japón, China y la India. 

Hegel dijo en su ensayo "La razón en la historia" que la lengua es cultura, y yo, respondiendo en francés, me pregunto si hubiese respondido lo mismo en otros idiomas. 

Ciertamente la idea de trabajar o vivir en África me parece interesante, pero yo pensaba hasta hace unas horas que preferiría trabajar en Europa o Hispanoamérica. Pero no. Respondí que, aunque me gusta mucho, no tenía un particular interés en trabajar en esa parte del mundo. O en Europa. Y llevo pensando en ello todo el día.

Ortodoxias varias

Al salir del examen me encontré no muy lejos de la Plaza Mayor en Madrid. Entré en ella y salí al poco rato, con la idea de visitar una librería que descubrí hace un par de años. 

Llegué a la misma casi a oscuras (sépase que no me gustan los días tan cortos) y, al ver la tristeza de sus vitrinas, decidí no entrar. Preferí seguir caminando y me topé enseguida con una iglesia católica de apariencia ortodoxa. 

Se trataba de la Real Parroquia de Santiago y San Juan Bautista, de la plaza de Santiago, cercana al Palacio de Oriente. 

Entré a investigar y me pareció como algo sacado de otro tiempo. Un tiempo con menos dinero pero bastante elegancia. Tiene varios nichos con vírgenes vestidas con telas y  coronadas. Y en vez de una cruz tras el altar, la iglesia muestra orgullosamente un cuadro inmenso de Santiago Matamoros a caballo. Cosa rara.

Después me fui caminando por la zona y acabé en los restos de la muralla árabe que dan al principio de la calle Mayor. 

Y luego a casa, dónde no dejé de pensar en los eventos del día, encontré otra librería muy interesante. 

Cercana al antiguo Ayuntamiento de Madrid, me encontré con un establecimiento muy virado hacia los libros de autores rusos (sobre todo pero no únicamente), muchos de los cuales no conocía.

Antes de salir, le pedí al cajero/dueño/gerente una tarjeta. Con cara algo confundida, me otorgó la misma. 

jueves, 11 de noviembre de 2010

Elitismo británico


AOG, Barcelona

Ayer Reino Unido se levantó para presenciar un cierto malestar producido por las medidas económicas del tándem gubernamental Torie-Liberal Demócrata, unidas al, para algunos, descaro de David Cameron.


Resumiendo un poco el tema, parece ser que unas 52.000 personas se manifestaron en el centro de Londres, entre estudiantes y antisistémicos (que por desgracia se apuntan a todo lo apuntable y que a los estudiantes les ha hecho muy poca gracia), por las medidas económicas de Cameron que incrementarán el coste de ir a la universidad del máximo actual de 3.500 Libras al año hasta  unas 10.000 Libras anuales. 



Para algunos analistas (y supongo que para cualquiera con dos dedos de frente), esto supone un encarecimiento que solo las personas de clase media para arriba podrán afrontar. 

Y curiosamente, fueron precisamente estos, los burgueses, los que ayer se manifestaron y quienes hoy, junto con la prensa, se quejan de que los antisistemas les estropearan la fiesta y "secuestraran" la misma. 

No olvidemos lo mucho que los británicos desprecian el demonstrar cualquier emoción en público. Mucho menos la furia.

Esta subida del coste de la educación producirá más gente sin estudios y una separación social propia del siglo XIX en un país ya de por sí con demasiadas distancias sociales. 

Ya en 1997, cuando el partido Laborista ganó las elecciones y empezaron los recortes a las ayudas para estudiar, Europa avisó a Reino Unido de que esas políticas producirían una escasez de "middle managers", que únicamente sería suplida con mano de obra europea proveniente de aquellos países donde no se habían dado estos recortes en la educación. 

Sin embargo, el Gobierno británico siguió adelante con la medida en aquel entonces. 

Puede argumentarse muy facilmente que las medidas de Cameron no hacen más que rematar la faena laborista.

Pero no acaba ahí la cosa.


 'Vanity Staff'
Por desgracia, el señor Cameron ha contratado por unas 35.000 libras anuales -cortesía del erario público-, a un fotógrafo personal, (algo que el Parlamento no permitió a su sucesor, Tony Blair) además de algún que otro consultor de imagen, y a muy buen precio. Apenas unas 100.000 Libras al año. 

Es lo que la prensa británica llama su "Vanity staff", es decir, 'personal para la vanidad'. Entiéndase que la personal del primer ministro.

Esto en tiempos de crisis. 

Y no hay que olvidar que el Gobierno de coalición también ha buscado trabajo, permanente o temporal, para unas 82 personas más dentro de la Administración Pública británica. 

Personas a las que se les debía algún favor por haber ayudado a su respectivo partido político (ya sea Torie o Liberal-Demócrata). 

Una Administración que el Gobierno considera demasiado cara y la cual encara recortes de personal de unas 500.000 personas.

Para algunas personas, esto no es más que la personificación de un primer ministro que proviene de una clase social privilegiada y alejada de la mayoría. Y para muchos, apesta a hipocresía y abuso.


Problemas con la coherencia política...


 Por su parte, el viceprimer ministro, Nick Clegg, aseguró hoy que no debería haber prometido en su programa electoral que se opondría a recortar los beneficios a los estudiantes universitarios -una declaración asombrosa ya que ésta era una de las piezas clave del mismo-.
 
La prensa británica tomó nota y asevera que, después de los universitarios, vendrán más recortes que afectarán a enfermeras, profesores, bomberos et cétera. Se espera lo peor, y ya algunos estudiantes han dicho que lo de ayer era "solo el comienzo".

Si estuviésemos hablando de un país mediterráneo, o continental, es más que probable que los analistas a estas alturas, estuvieran haciendo sus cábalas para adivinar cuanta vida le queda a esta coalición. 

Sin embargo, tratándose de Reino Unido, es más que probable que no veamos elecciones anticipadas.

No es este un pueblo al que le guste el, por utilizar una palabra mexicana, desmadre gubernamental.

Pragmáticos ante todo, es más que probable que a menos que ocurra una desgracia impredecible, Cameron seguirá como primer ministro hasta que termine la legislatura. 

Hemos visto como el viceprimer ministro Clegg parece dispuesto a no romper la coalición, pase lo que pase.


miércoles, 10 de noviembre de 2010

Las camas

AOG, Barcelona

Hoy vi una de esas cosas que hace tiempo mi vida expulsó de ella pero no por ello dejaron de existir: las mantas.

Mi infancia la recuerdo debajo de una colcha (alias un cubrecama), seguida de una sábana, cuando vivíamos en México.  Esto para primavera y verano. 

Plaza del Zócalo y la catedral de México
 Hay que decir que la ciudad de México tiene el mejor clima del mundo y que yo me enteré de que las demás estaciones existían, cuando dejé definitivamente (no he vuelto en más de 20 años, pero, ¿fue definitiva la partida? aún no lo sé. Quiza lo sabré al morir.) el DF.

En invierno, debajo de la colcha solía haber una manta, y debajo de la manta, la sábana. 

No sé en qué momento dejé atrás las colchas, pero sé que ya en Texas, yo utilizaba una colcha de satén púrpura en la cama, y debajo de ella, la sábana.
Algo así pero más oscuro

Recuerdo que cuando vivíamos en EEUU, yo tenía una cama de agua, la cual adoraba, adornada por esa colcha, acolchada, de satén, o raso, del más profundo púrpura mezclado con fucsia. 

Era una cosa eléctrica, que a mí, niño impresionable, electrificaba nada más tocarla. Era una colcha de persona mayor pero toda mía. No era la de un niño con dibujitos y monerías. Y la adoraba profundamente.

La veía como la cosa más moderna de mi vida. Algo que sólo veías en las películas. Como la cama de agua. 

Colchón de cama de agua
Era un buen invento aquello. 

Primero que nada, al que nunca haya dormido en una, hay que decirle que tiene algo de  gracia la situación. 

Uno se mete, y no flota, no, más bien rueda por encima del colchón de agua, hasta que está dentro. 

Se mece y no para quieto. Pero es algo de  una comodidad increíble ya una vez dentro, acomodado  y apaciguado. Y se duerme muy bien.

Yo de pequeño no entendía muy bien como funcionaba el hechizo de la cama, hasta el día que la señora de la limpieza la desconectó de la pared para enchufar la aspiradora, y yo me metí en una cama helada aquella noche. 

No me quejé, por eso de que los niños como yo, es decir, los tontos, no se quejan nada más les pasan las cosas, sino que lo hacemos cuando hemos procesado un poco la situación. En mi caso, ocho  frías horas más tarde.

Al día siguiente se lo comenté a Madame Mère, quien no tardó en explicarme como funcionaba la cosa.

También recuerdo con gusto que la cama de agua, a veces, tenía alguna fuga de agua. Algún agujerito. Una verdadera tragedia la primera vez que ocurrió. 

Se lo dije a Madame, y, ni corta ni perezosa, sacó el remedio del botiquín del baño: tiritas. Así la primera. 

La segunda y siguientes tuvieron que ser arregladas con el "kit" que te vendía la tienda de camas de agua. La recuerdo muy bien, Big Sur Waterbeds

Era una cadena muy famosa y recuerdo sus anuncios todavía. Cuando mis amigos venían a mi habitación, y la de mi hermana, se sorprendían muchos de ellos de que tuviésemos semejante lujo asiático a nuestra edad. 

Dormí sobre una cama de agua hasta que vine a Europa. 

Y fue aquí donde, quizá hace 20 años ya, que dejé las colchas de la infancia atrás y descubrí los edredones, de los que soy fan eterno. 

Sin embargo, hoy, desde un autobús, vi una vitrina por la ciudad que exponía mantas, mantas y más mantas. 

De muchos tipos y texturas. 

Y volví atrás en el tiempo, y recordé algún invierno, yo descalzo por casa, envuelto en una manta por toda la casa, tomando leche con galletas para desayunar. 

Igual que hoy, pero sin el edredón, que abarca mucho más que las mantas, o que las colchas finitas mexicanas. Siempre las recuerdo de color rosita claro, o blancas, o color salmón.

miércoles, 3 de noviembre de 2010

Regreso

AOG, Madrid

Vuelve el frío a Madrid. Desde hace un par de semanas, he empezado a cerrar la ventana por la noche, solo para volver a abrirla por la mañana. 

Pero lo curioso, lo bello de esta ciudad en la que vivo, es que a pesar del frío, a pesar de que el viento ya hiela el vello, que uno necesita cada vez más una bufanda o un cuello vuelto para proteger garganta y vértebras, a pesar de esto, el sol brilla casi todos los días. 

A pesar de todo, la luz no nos deja. No nos olvida. 

Es una curiosidad que en Madrid, aún en los momentos más profundos del invierno, muchas veces el sol no deja de surcar el cielo castellano. Es de agradecer. 

España y Dios y así nos ven desde fuera...

Hoy leí un post de una bloguera mexicana: Coyoacán Jane. Dejo aquí el enlace

Una de las frases que leí -con respecto al matrimonio homosexual y la adopción en España-, que más me gustó, por pendenciera, clara, exacta, acertada, atinada, cabal, correcta, precisa, fiel y certera es esta: 

"El primero que integró todos los derechos –matrimonio y adopción- fue España, en el 2005; cosa que podría sorprender viniendo de un país católico y franquista, pero que por otro lado no sorprende de un país que siempre se ha cagado en Dios." 

Obviamente, yo no llamaría a toda España hoy en día "franquista" pero lo demás...

¿No es maravillosa? 

Me recuerda a cuando estaba estudiando los reinados de los Reyes Católicos. Los autores aseguraban que, por muy católicos que fuesen, los monarcas hispanos lucharon a muerte con Roma por controlar dentro de sus reinos a la iglesia, Dioses, Vírgenes y Jesuses aparte. 

Y fue de los primeros países en no obedecer ciégamente los dictámenes de Roma, a menos que Roma estuviese controlada por algún aliado fiel. 

Claro que todo eso cambió con el tiempo y la ignorancia de la época, pero es notable que los reinos ibéricos de aquel entonces se enfrentaban al máxime representante del Dios que ellos adoraban en la tierra. No deja de ser una osadía. 

Y no se equivoca Coyoacán Jane cuando aprecia ese aspecto tan ibérico de cagarse en todo lo que le plazca, Deidad suprema incluida.

martes, 2 de noviembre de 2010

El dios de la espuma del café

AOG, Madrid

Desde hace un mes aproximadamente, mi vida se ha reconvertido una vez más hacia el estudio. 

Sí, la famosa oposición. Me quita todo. Horas, momentos, suspiros, sueño.
En fin, todo. 
Mis pocos amigos madrileños han sabido, a su manera, llevar poco a poco esta nueva faceta de servidor en la que me ven poco y rápido. 

Normalmente al salir de la Biblioteca a las 22:00 (hora de eche circulodebellasartésico) suelo quedar una o dos veces por semana en el Diurno. 

Ahí, medio dormido, enteramente cansado, y con la cabeza inmersa en el DIP (abreviación de Derecho Internacional Público) y los tratados, estados, costumbres consuetudinatias, y los consabidos CV de 1969 (Convención de Viena sobre los tratados de 1969), les hago un poco de caso. 

Me cuentan cosas y les oigo, y veo que ese mundo al que aún pertenezco, se me presenta un poco alienígena. Un poco extraño. 

Así es, esta es la vida del opositor/ escritor/ periodista/ fashionista/ actor/ modelo/ cantante/ guionista/ fotógrafo/ artista/ hijo/ hermano/ novio/ amigo/ buena persona/ maldito/ amado/ odiado  (o lo que quiera que sea de una buena vez) de hoy.

Por supuesto, huelga decir que mi antiguo yo se rebela con todo esto. El ego es, después de todo, remolón como él solo.

Hace un par de días me vino una mini historia a la cabeza que no pude sino escribir de corrido o me moría. Tenía que hacerlo.
Me consumía el tener que empuñar el bolígrafo contra el papel y dejar que corriese la tinta. 

Una tontería pues la historia en sí no tiene mérito. Creo que era un síntoma de algo más grande, del artista/escritor que hace tiempo dejé de alimentar y se queja.

Reproduzco a continuación las pocas líneas del "relato".

  
El dios de la espuma del café

Estaban un día hablando el dios de los humanos y el dios de los perros. Discutían sobre quien de los dos era más querido, y quien menos.



-A mí me convocan diariamente para que les ayude y les salve de los enredos en los que ellos se meten, dijo uno.



-Pues a mí me hablan incesantemente con todo lo que hacen, no me piden nada, y me alaban hasta cuando duermen, dijo el otro.



-Pero eso no es amor. Eso es un acto de automatismo.



-¿Y es amor la súplica incesante? ¿No te parece que te quieren a cambio de que les ayudes?



-No digas tonterías. Me quieren conscientemente. Saben que me quieren.



-¿Y si no te quisiesen?



-Pero lo hacen; aunque nunca les dé nada, o aunque les dé todo, no me olvidan. Saben que estoy ahí, con ellos. Los tuyos no tienen opción de no quererte. Lo hacen sin más, sin quererlo o queriéndolo. El resultado es el mismo.



Mientras que discutían, el dios de las cosas pequeñas reía hacia adentro.



-No saben que el más querido soy yo. Soy siempre al que menos invocan, pero cuando lo hacen, es con un fervor tal, que sonoriza todos los silencios anteriores. Ante tal amor, ¿cómo no sentirse el  más querido?



El dios de las cosas pequeñas quiso acercarse a los otros dos dioses y asegurarles que era él al que más querían, pero se le interpuso el dios de la espuma del café.



-Déjales que discutan, sabes que no ganarás el argumento.



-Pero, ¡si yo llevo la razón! ¿No crees que mis hermanos verían con gusto su equivocación y dejarían de discutir por algo tan absurdo?



-Has de entender que esa discusión es necesaria para su existencia.



-¡Eso no es cierto! Antes de discutir, ellos ya estaban. Y yo. Y no estoy discutiendo con nadie.




-Resulta que eso no es así. Ellos discuten y se entretienen. El día que no lo hagan, el momento en que uno de ellos tenga la razón, este Universo dejará de ser. ¿No lo sabías?