lunes, 29 de abril de 2013

Libros al azar


  AOG, Madrid

Hace un par de días una buena amiga que vive en Texas me mandó una de esas listas en la que te apuntan (tag) por Facebook*.

En esta ocasión se trataba de listar 15 libros al azar que crees que han sido importantes para ti. 

Mi lista ennumeraba más de 15, pero según las reglas, había que ennumerarlos en 10 minutos y poco más.

Desde hace un par de días pienso mucho en esa lista y en los 15 libros que escogí subconscientemente.

No pude explicar el significado de cada uno, asi que aprovecharé este espacio para hacerlo. O al menos, lo que cada uno me aportó en su momento... si es que me acuerdo claro.

Los títulos los pongo en inglés pues escribí la lista en inglés. 

Ahí va:

1. Brave New World de Aldous Huxley. En español se titula "Un mundo feliz".

Este libro lo leí en el instituto en EEUU con unos 13 años y fue de los primeros en dejar huella.

Ya desde pequeño me gustaba la ciencia ficción.

Sí, lo admito, soy un producto de la mezcla entre la saga de Star Wars y Mafalda, y a mucha honra. 

La novela fue escrita en 1932 y su título proviene a su vez de la obra de Shakespeare "La tempestad":

O, wonder!
How many goodly creatures are there here!
How beauteous mankind is! O brave new world,
That has such people in't!


Cuando leí la novela, me pareció algo increible y a la vez, muy factible. Una sociedad donde todo el mundo es apuesto, bien parecido, donde la humanidad, para no entristecerse toma pastillas de Soma, la píldora de la felicidad.

El conflicto aparece cuando un salvaje (en este mundo del futuro casi toda la tierra está hiper civilizada, aunque hay huecos de "incivilización" aquí y allá) cuya madre pertenecía al mundo moderno hasta que le dio luz a él, va a vivir a este nuevo mundo, distinto del suyo.

Un mundo donde la gente nace en tubos y pertenece felizmente a una de tres castas.

Donde te indoctrinan a creer que tu casta es la mejor de las tres, sea esta cual fuera. En fin, una especie de comunismo hormigaceo en una sociedad humana.

Me encantó la idea, la ejecución, el planteamiento, y la visión de futuro de Huxley. Qué parecida es la sociedad occidental del 2013 a aquel mundo feliz.

2. Before Night Falls

En Español "Antes que añochezca", del escritor cubano Reinaldo Arenas, uno de mis escritores favoritos. 

Esta novela la leí en Londres hace unos años, y años después de haber visto la película de Bardem. Creo que es de las pocas novelas de películas que he leído con agrado y, como todo el mundo dice, la novela no tiene nada que ver con la película. Es muchísimo mejor.

 Además de que la novela me parece magistral, en mi panteón personal tiene la distinción de ser la primera novela que me incitó a ecribir en serio. 

Diría que inspiró, pero sería un error ya que siempre he encontrado inspiración por todas partes.

Pero nunca antes una lectura me había provocado el deseo de coger papel y lápiz y ponerme a crear un universo literario como esta novela lo hizo.

Amores, deseos, tragedia, en fin, la vida de Arenas (ya que la novela es autobiográfica) es tremenda, y él mismo era tremendo. Al menos la manera en la que él se autorecuerda en ella, lo es.

Leer esta novela me provocó el leer "Celestino antes del Alba". Esta novela me gustó muy poco, por no decir nada. Me obligué a mi mismo a terminarla y creo que es de las cosas más difíciles que he leído en mi vida, y cuento con el "Ulisses" de Joyce en esta declaración.

3. Animal Farm

Conocida en lengua castellana como "Rebelión en la granja". Un mal título, pero dentro de la extraña línea de los que en España se suelen dar a las obras extranjeras.

Creo que siempre he sido apolítico. Nunca he conocido un político, ni mucho menos una ideología, que case conmigo (aunque Obama es cosa aparte). Respeto a la clase política mucho más que a las ideologías, que siempre me han parecido una cosa peligrosa. 

Sobre todo en el siglo XX, adonde en muchos países no solamente era peligroso tener una ideología distinta a la oficial, era más peligroso aún no tener la oficial a secas. 

Recuerdo haber leído una vez que la guerra Civil española fue el primer conflicto de la humanidad donde era un crimen ser del bando contrario. Esto, parece ser, no había pasado nunca entre los civiles.

Cuando leí Animal Farm algo en mi fue asintiendo con la cabeza con cada página que leía. 

Es obvio que Orwell era un escritor magistral. 

Pero es igual de obvio que mi intelecto de adolescente encontraba en la hipocresía de la jerarquía porcina un claro ejemplo en mi mundo en aquel entonces. 

No soy apolítico por haber leído "Animal Farm", lo era de antes, pero tras haber leído la novela, sé por qué lo soy.

4. Lord of the Flies

Esta novela -El señor de las moscas-, la leí con menos de 15 años. Me impresionó que alguien se hubiese dado cuenta de la crueldad de los niños. Pensaba que sólo yo lo había visto, pero no es así. Golding lo sabía también.

Nos contó la profesora que William Golding había escogido niños ingleses (él era inglés) porque pensaba que eran los que mejor se portaban del mundo.

Habiendo vivido en Reino Unido, solo puedo declarar que Golding cometió un gran fallo con esa idea.

5. The Aleph

Borges, eternamente Borges. Nunca sabré ni la mitad de lo que él supo. Ni podré jamás llegar a descifrar sus historias del todo. Es simplemente laberíntico.
'El Alef' fue el primer libro escrito por él que cayó en mis manos.

Fue en Londres, durante la carrera, cuando empecé a conocer a Borges.
Supongo que se debe a ese extraño lazo cósmico que hace tiempo unió Londres con Buenos Aires -aunque nadie en Londres lo sepa-.

6. Le Petit Prince

De pequeño, cuando vivía en México, mi madre nos llevó a mi hermana y a mí al cine a ver esta película. No la entendí del todo.

Por no decir que no la entendí en absoluto.

Era el tipico libro escrito por y para adultos pero disfrazado de libro infantil.

Como Mafalda (aunque Quino es un filósofo que dibuja sus teorías).

Durante muchos años le tuve manía al libro (luego resulta que no estaba solo, que muchos le tienen manía al libro también) aunque ya no se la tengo. 

Años después, ya en Londres también, un ciber-amigo (es decir, un amigo con el que me carteaba pero que nunca conocí en persona), me escribía frases con referencias literarias del libro. 

Hubo una que me cautivó para siempre:

"Pero si tú me domesticas, entonces tendremos necesidad el uno del otro. Tú serás para mí único en el mundo, yo seré para ti único en el mundo..." 

Y ya de mayor, lo entendí....creo.

7. No News from Gurb

'Sin Noticias de Gurb'. Es un libro que entró en mi vida mucho antes de que lo leyese.

Tuve una compañera de piso que hablaba de él mucho. 

En casa el libro vivía en régimen de prestado hacia mí. 

Lo veía, lo miraba. Pero no lo leía.

 Pasó el tiempo y el libro volvió a mí. 

Esta vez de mano de mi pareja. Y no me lo prestaron. Me lo regalaron. Y claro, ¿cómo no leer un libro regalado?

Obviamente, me gustó mucho. Muchísimo.

Me pareció ocurrente y original. Y me reí mucho con él.

Siempre me pareció curioso el momento en el que decidimos hacer las cosas que nos preparan de antemano. No sé si lo decidimos nosotros, o si se decide sólo.

Aunque tuve el libro al alcance de la mano durante mucho tiempo, no fue hasta que el libro tuvo una razón de ser que me puse a leerlo.

8. The Temple of the Golden Pavillion

Este título japonés vino a mí, curiosamente, en Madrid, una de las ciudades menos japonificadas del mundo. Un día, volviendo a casa de la radio, pasé por una librería modernilla que hay en la calle Hortaleza.

Entré, y lo primero que vi fueron unos libros a la izquierda con una estética japonesa a la que desde siempre he sido muy adepto.

Vi el libro y su portada y me encantaron. Pero había un problema.

Quise comprarlo ahí mismo, pero no en castellano. 

No me gustan las traducciones que se hacen en España, creo que tiran mucho de google y a veces no se entienden las frases. Y esto con libros en inglés o francés.

No quiero ni pensar lo que pasaría con un libro en japonés, aunque por aquel entonces se me dijo que no tendría de qué preocuparme pues el libro de España es más que seguro que se habría traducido del inglés.

Es decir, la traducción de la traducción.

No se me ocurre mejor manera de estropear un texto.

Lo busqué en inglés por todo Madrid, pero no hubo suerte.

Cuando fui a Londres, me compré la edición británica del título y desde ese momento, el autor, Yukio Mishima, se convirtió en uno de mis favoritos. 

Quizá en mi primer autor fetiche.

9. The Clash of Civilizations

"El choque de las civilizaciones" en castellano, me marcó por ser de los primeros libros de texto (es decir, que lo leí por formar parte de mis estudios) con los que no estuve de acuerdo en muchas cosas.

El académico Samuel P. Huntington asegura que las civilizaciones, son una cultura más o menos cerrada y con una tradición cultural más o menos hermética e impermeable, la cual, por esta razón, se encuentra en oposición a otras civilizaciones con tradiciones diferentes.

Hasta ahí bien.

Para mí el problema fundamental de su teoría era la lista de civilizaciones que hacía. Me pareció extraño que a Hispanoamérica no se le considerase como parte de la civilización occidental a la que EEUU y Canadá, además de Oceanía, sí pertenecen.

La frontera racista del Río Grande me pareció equivocada y prejuiciosa.

Igualmente con la ubicación en una cultura "Ortodoxa" a Rusia y la mayor parte de Europa del este.

Aprendí mucho de este libro, y me encantó estar en desacuerdo con el autor. Descubrí durante mis estudios que no estaba solo y que otros académicos estaban en contra.

Curiosamente, fue el presidente Zapatero el que quiso darle un giro a la idea y creo en 2004 su célebre (aunque ya olvidada y enterrada) Alianza de civilizaciones.

10. Leaves of Grass

Walt Whitman es el responsable de escribir el primer libro de poemas que me hizo interesarme por la poesía de una manera distinta hasta ese momento.

De pequeño, mi madre me compró un poster con el poema 'If' de Kipling, escrito en 1895. Aquel que termina con el estrepitoso 'serás un hombre hijo mio'. 

Más que poema, era una especie de lista de instrucciones para la vida y siempre pensé que, para un niño de 12 años, era demasiado difícil.

Sin embargo, el día que leí 'There was a child went forth', escrito en 1855, cambió todo.

Cambie yo mismo.

En fin. Fue algo muy especial.

También fue el momento en que pensé, aún a pesar de que tenía sólo 14 años, que podría ser un escritor.

Por no hablar del 'Oh Captain! My Captain!'


11. The Happy Prince and Other Fairytales

Si alguna vez un libro de cuentos de niños me hizo llorar, el 'Príncipe Feliz' de Oscar Wilde es ese libro.

De pequeño había leído otros cuentos, los típicos, los de todos los niños.

Cuando leí este libro de Wilde me pareció estar leyendo los cuentos más tiernos del mundo.

Me estremezco nada más pensar en ellos.

12. Little Painted Mouths

Boquitas Pintadas, de Puig. He de decir que este libro me marcó por lo novedoso que me pareció su contenido. La manera de contar la historia se me quedó muy grabada en el subconsciente. Me pareció asombroso el como diversas voces te pueden contar una historia. Para mí el libro es maravilloso.

Lo compré en Buenos Aires en un momento de locura literaria cuando fui a una de las hermosas librerías de la ciudad y empecé a coger libros que por alguna razón pensé que no llegaría a ver en España.

Cuando empecé a leerlo me pareció increible lo novedoso que me parecía, aunque el libro fue escrito en los años 1960.


13. World on Fire

Este libro no sé si siquiera existe en España. Se trata de un texto político, obra de la academica Amy Chua y que habla de las divisiones étnicas y sociologicas dentro de los sistemas económicos y gubernamentales de distintas sociedades. 

Cuando acabé el master en Relaciones Internacionales fue el primer libro de la materia que compré y leí que no fuera parte de la lista de lecturas recomendadas de la misma. Leyéndolo entendí que aquello que a nosotros en Occidente nos parece lo más normal del mundo, en otras culturas produce problemas sociales y económicos con resultados a veces escabrosos.


14. Humane Warfare

Mi antiguo profesor de Política Internacional ecribió este libro. Cuando lo leí, allá por 2002, empecé a comprender lo que se entiende por 'guerras humanitarias', como por ejemplo Kósovo, y por qué, se supone, que se están desarrollando tecnologías que harán de la guerra algo más humano - o quizá menos inhumano-. 

El libro habla de la supuesta tendencia en Occidente de humanizar la guerra y, por lo tanto, de humanizar a la modernidad. 


 Mi profesor hablaba en clase de si el intento por hacer la guerra 'virtual', o 'virtuosa', podría tener éxito o si Occidente se engañaba a sí mismo, que no a sus enemigos, al pensar que algo como la guerra podría ser algo 'humano'.

Según él, el humanismo occidental fallará pues las sociedades no occidentales se asegurarán de ello. Fue un libro que me impactó muchísimo.


Y por último...

15. The Meditations of Marcus Aurelius

Las meditaciones de un emperador romano que fueron escritas para sí mismo únicamente. Este libro cayó en mis manos en Londres, y me pareció de una modernidad increible. Sobre todo si tenemos en cuenta la de años y siglos que han pasado desde entonces. Él murió en el año 180 de la era moderna. 

Entre mis favoritas, estas:

"La vida del hombre es una simple duración, un punto en el tiempo, su contenido una corriente de distancia, la composición del cuerpo propensa a la descomposición, el alma un vórtice, la fortuna incalculable y la fama incierta. Las cosas del cuerpo son como un río y las cosas del alma como un sueño de vapor, la vida es una guerra y la fama después de la muerte, solo olvido."

"La duración de la vida de cada uno es irrelevante, un paso para ver el enorme abismo de tiempo detrás de ti y antes de ti en otro infinito por venir. En esta eternidad de la vida de un bebé de tres días y la vida de un Néstor de tres siglos se funden como uno sólo." 

"Los deseos conducen a la permanente preocupación y decepción, ya que todo lo que se desea de este mundo es miserable y corrupto."

 * Este post lo empecé a escribir en primavera de 2009, y lo he terminado en primavera de 2013. Por el camino lo dejé olvidado, pero volvió a mí hace un par de días. Decidí terminarlo.

viernes, 19 de abril de 2013

La Buena Aeroeducación

AOG, Londres

Esta historia es de hace tres años. La escribí, pero no la publiqué. No sé bien por qué no lo hice. Ahora la leo, y me pregunto donde estarán todos sus personajes hoy en día. 

Desde 2010 hasta 2013 mira que ha llovido...

Aquí el post perdido: 


La visita no empezó mal, o casi sí, pero cambió. Empezó en el aeropuerto. En la fila de la puerta B29. 

Donde me puse en fila detrás de dos chicos de canarias quienes me aseguraron que, a pesar de se la fila de Easyjet para Edimburgo, también era la fila del vuelo a Londres. Y nos reímos. 


Y vino un chico, y le dijimos los tres lo mismo. Y luego una chica británica, a la que le dijimos que pasara por delante nuestro, que era su vuelo, y el nuestro vendría después. Y llegó otra chica, española esta vez, y lo mismo. 

Y otra, que se quedó con nosotros cuatro. Los mismos que al llegar a la puerta de embarque, sin podernos creer que éramos los primeros de la cola, escuchamos al personal de la misma decirnos que no tenía ni idea de vuelos alternativos.

 Y fue el guardia civil, que todo lo saben, el que nos dijo que teníamos que ir a la B25, que ahí estaba nuestro vuelo.
Y los cuatro nos enfilamos hacia allá. Llegamos los últimos de una fila inmensa, justo detrás de un matrimonio español  ya jubilado, que iba a Cambridge a visitar a alguno de sus retoños. 

Nos pusimos a hablar con ellos, porque ellos se pusieron a hablar con nosotros. Al menos con el chico que llegó segundo y conmigo. Los chicos canarios se esfumaron y la chica quedó algunos pasajeros más atrás y no quiso adelantarse con nosotros.
El chico que estaba a mi lado, no intercambiamos nombres, era de Salamanca y también iba a Cambridge. Ahí empezó la conversación con la pareja. 

Curiosamente, el señor nos hablaba de usted a los dos. Qué curioso. Un señor de los de antes. 

Y es triste decir esto, pero es que los señores de ahora, tutean. Aún no he decidido si yo seré de los de antes cuando me jubile, o de los de ahora. 

 Es cierto que hace un par de meses, volviendo de la Gran Bretaña, estuve hablando con unos chicos mexicanos que me empezaron a hablar de usted, mientras que yo les hablé de tú todo el tiempo.  

Y les dije que por favor no me hablen de "Usted". 

La diferencia de edad no era tanta, y lo achaco a la buena educación que hay en México. 

Pero, es obvio que uno es más mayor de lo que uno se piensa. 
Mientras que hablábamos con el señor, su esposa se preguntaba, y a mi me preguntaba, si tenía tiempo de ir a comprar una revista para el vuelo. Le convencimos que sí. 

Y a los ocho minutos, la cola se empezó a mover muy rápido. Me ofrecí a ir a por la  buena señora antes de que volviese y no viera a su marido. 

El señor me lo agradeció. Fui a por ella corriendo, y volvimos los dos. Ella un poco apurada. Llegamos y ella se disculpaba y el marido me lo agradecía por todo lo alto. 

Innecesario, pero curioso. 

La buena educación española, de la que queda cada día menos, pero queda. El chico de Salamanca también era muy bien educado. 

Y yo, ¡claro!
Fuimos hablando y nos sentamos en la misma fila él y yo. Hablamos de España, Inglaterra, Belén Esteban, las oposiciones, el mercado público, el privado. 

Y concordamos en muchas cosas. Lo cual estuvo bien. Poco antes de cerrar las puertas, la azafata nos interpuso en la mitad a una chica coreana que tenía cero ganas de ir entre nosotros dos. 

Y por no molestarla, nuestra conversación se apagó todo el vuelo. 

Nos dimos la mano para despedirnos antes de bajar del avión "Por si no nos vemos más tarde". 

Una manera elegante de despedirse de alguien a quien probablemente no veas nunca más, pero a quien te hubiera gustado conocer un poquito mejor. Quizá hasta entablar una amistad. 

En fin, la educación nos mantuvo a los dos, a los cuatro, a los siete, en ese aire de civilización del que tantas veces al día nos separamos.

jueves, 18 de abril de 2013

Y ahora, también guionista

AOG, Madrid

Hace unos meses, por providencia divina o lo que sea, quizá por necesidad o hasta por azar, descubrí un grupo de escritores en lengua inglesa aquí en Madrid. 

Se trata de un grupo formado por personas de todas partes del mundo, aunque la mayoría de los asistentes son británicos, con algún estadounidense que otro, y mujeres. 

Es curioso la de pocos hombres que acuden a las reuniones de los martes. Curioso, pero verídico. 

En total somos unos cinco o seis de 20-25 personas, dependiendo del día.

El grupo lo creó un chico irlandés que está afincado en España desde hace un par de años y él se ocupa de que el grupo siga las reglas y no deje de acudir. 

De alguna manera, la disciplina ha hecho que tan dispar asociación se mantenga más o menos constante semana tras semana. 

De hecho, el día que acudí por primera vez, fue el mismo día en que se introdujeron unas normas que se esperaba se siguieran a rajatabla. 

Siendo un grupo no-latino, el respeto ciego a las normas es bastante general. Esto no quiere decir que la gente no se pase de lista de vez en cuando, humanos todos al fin, pero en general, a la gente le gusta que estas reglas existan. 

Ayer mismo encontré algunos de los ejercicios de escritura que hice con ellos y que tenía bastante olvidados. Vi la fecha: noviembre 2012. Han sido seis meses interesantes, he de confesar.

Y más interesantes que se van a poner.

En marzo se nos informó como grupo de que un director francés estaba buscando guionistas. 

Los interesados debíamos mandar algún tipo de escrito que sería valorado por el director y su asistente. Quise participar desde un principio, y así se lo dije al encargado del tema. 

Pasaron los días, y no me escribía nadie. 

Inclusive pasaron hasta un par de semanas, en las que no fui a la reunión un par de veces por temas de trabajo, y decidí a la vuelta de la segunda vez, preguntar si ya se había pasado el plazo o si aún podía participar. 


Hubo disculpas por no haberme escrito y me mandaron el correo pertinente.  

Este contenía unas 12 imágenes de las que había que hacer algún tipo de relato de unas 300 palabras. Estuve pensando en las imágenes un buen rato, tratando de apuntalar de alguna manera los cientos de argumentos e historias que me venían a la cabeza.

Varias horas más tarde - en el AVE que va a Barcelona y a todo correr pues me llegó un correo que decía que era urgente que mandase algo- escriun relato en primera persona. 

Lo mandé y no volví a saber nada hasta hace unos días.

Estábamos celebrando el cumpleaños de uno de nuestros miembros, y quise preguntar por mi escrito. 


¿Gustó? ¿Fue en desastre? 

Incluso me ofrecí a escribir otra cosa.  

Siempre pensé que lo que escribí era un poco oscuro y cercano a la alienación de la persona. 

Quizá algo pesado emocionalmente.

Al final, resulta que me habían escogido como cuarto guionista, pero que aún no le habían dicho nada a nadie. 


Así que ahora estaré encargado de producir un guión junto con tres personas más, uno de ellos con un Master en Guiones de alguna universidad británica. 


Hemos quedado este sábado para dar vida al proyecto.

Ayer se lo conté a una amiga, y me preguntó "¿Y de qué va el cortometraje?". 

Me detuve a pensarlo un momento.

"No lo sé todavía. De lo que querramos que vaya, lo escribiremos nosotros". 

Llevo unos días leyendo 'El Guión' de Robert McKee.


Me siento halagado, y afortunado. Nunca pensé que llegaría a escribir un guión en mi vida.

Y nervioso. También nervioso.