lunes, 30 de noviembre de 2009

Momentos dominicales en Diurno



AOG, Madrid


¿Qué me molesta del Diurno? Tantas cosas. Quizá ninguna. Es curioso como uno puede amar y odiar algo a la vez. Bueno, odiar, no odio el Diurno. De hecho, si no existiese, mi vida en este barrio madrileño sería distinta.

Ayer volví de Bilbao. Estuve menos de 48 horas. Lo primero que busqué a la luz del día fue un substituto al Diurno, si tuviese que vivir ahí.

No vi nada parecido. No vi sucedáneo hasta llegada la noche del primer día. Y entonces encontré un sitio que podría hacer las veces de, si tuviese que vivir en Bilbao.

¿Y por qué pienso esto? Por que siempre pienso en que me iré del sitio en donde estoy.

¿Y por qué pienso esto? Porque siempre acabo yéndome del sitio en donde estoy.

Al volver a Madrid, dejé la maleta en casa, cogí el Mac, y fui corriendo al Diurno. Y lo odié....(pero sólo un ratito).

Lleno de gente, de ruido. Todas las mesas ocupadas. Compré un café con leche (no digas café au lait que no te entienden) y un croissant con jamón y queso (¡moría de hambre!).

Estuve unas dos horas y media. Escribiendo acerca de mi reciente viaje a Japón.

Leyendo blogs nuevos que voy encontrando por ahí.

Meditando.

Y viendo lo que me rodeaba. Gente haciendo ruido. Gente que hablaba. Gente en compañía. Amigos con amigos; amigas con amigos; amantes. Desconocidos todos.

Y el único sólo, yo.

Al cabo de un rato, de muchos ratos, le gente empezó a dispersarse. Bajó el ruido. Disminuyó el bullicio. Empecé a perder el odio inicial. Ya me molestaba menos.

Tenía 55% de batería todavía en el Mac, pero estaba sin fuerzas para seguir escribiendo acerca de Japón. Tenía algo de sueño. De cansancio. Hasta de frío.

Miré a mi alrededor. Éramos pocos. Había mesas vacías por todas partes. Vacías y limpias. A mi derecha me percaté de la presencia de otro internauta/escritor, también con el Mac encendido.

Pensé en comprar otro café, pero pensé mejor en irme a casa.

En la calle hacía frío. Madrid y sus fríos húmedos de montaña en Otoñocasiinvierno.

Al llegar a casa, leí un rato el libro de cuentos de Alejandro Jodorowsky que me acompañó hasta Bilbao, y volvió sin ser abierto más que 10 minutos antes de aterrizar en Barajas.

Todavía pienso en el relato del monarca, la esclava y el herrero.

jueves, 26 de noviembre de 2009

Mañana de lluvia

AOG, Madrid

Hoy es uno de esos días atípicos de Madrid. Llueve. Ayer estuvo el cielo nublado todo el día, y grís por la tarde.

Anocheció a eso de las 17:30.

Y hoy, más que Madrid, esto parece Londres.

Estoy en el café de a lado de casa. Y llueve. Chispéa, como dicen en México.

Me siento en el sofá, escucho el light Jazz que tienen puesto en el Diurno, y me transporto a otro sitio, como solía hacer en Londres. Pero el viaje es más corto ahora. Además de que me vuelvo enseguida.

Lo primero que me vino a la cabeza fue Nueva York. Ciudad que conozco, pero en la que nunca llegué a vivir.

Es curioso lo de las ciudades.

Cuando era pequeño, tenía una fantasía viajera.

Pensaba que de mayor conseguiría vivir en muchas ciudades distintas. Vivir.

Es decir, estar ahí un año, o dos. Y después me iría a otra.

Y así conocería el mundo y crecería como persona.

Pero luego la vida me llevó por otros derroteros y ahora viajo, sí, pero vuelvo a casa (aunque no descarto que igual algún día pueda vivir en Nueva York).

Por un lado, es un lujo para una persona como yo el tener una casa a donde volver ya que, como dice la canción, "Wherever I lay my hat, that's my home". Donde quiera que deje el sombrero, ahí está mi hogar.

He padecido una vida errante. Padecido, vivido, sufrido, disfrutado, cargado con...me sobran las etiquetas.

Siempre he envidiado a las personas que nacen en un sitio, crecen en él, viajan, pero siempre saben donde está su hogar. No es mi caso.

Mi único hogar, y gracias Rilke por la idea, es la infancia. De ahí viene todo.

Y hoy, mientras que escucho a Jamie Cullum cantar, miro por la ventana, veo caer la lluvia, y pienso que si estuviera en Nueva York, y lloviese, estaría pensando en Madrid.

Y me vuelvo.

martes, 24 de noviembre de 2009

La identidad

AOG, Madrid

Desde hace un par de días, España y sus medios se debaten una vez más acerca de su identidad, identidades, las identidades de sus partes, sus no identidades, nacionalismos, no nacionalismos, regionalismos y demás restos de los demonios del XIX de los que el país aún no se desprende.

En 1843, la editorial Boix publicó una obra colectiva titulada "Los españoles pintados por sí mismos", que marcó época.

Uno de los autores, Ignacio de Castilla, escribió un artículo titulado 'El patriota', que comienza así:

"Si a Napoleón no se le hubiese antojado, en uno de sus vértigos guerreros hacer el regalo del trono de España a su querido hermano José, es muy verósimil que no se conociese en ella al Patriota, planta desconocida hasta la invasión francesa, y que desde entonces acá ha pasado por mil vicisitudes, ya prósperas, ya adversas."

Un poco más adelante el autor se refiere a la definición de la palabra según la definía la cuarta edición del Diccionario de la Academia: "Patriota, lo mismo que compatriota, el que es de la misma patria".

Diccionario publicado en 1803.

No es la primera vez que se achaca al emperador francés la responsabilidad de haber creado la nación española, tal y como esta idea ha llegado a nuestros días.

No olvidemos que anteriormente, el rey de España era (al igual que el zar de Rusia), "Rey de las Españas".

¿Cuantas Españas había?

Bueno, más de las que hay hoy seguro ya que, de momento, España, como las madres, no hay más que una ("y a ti te encontré en la calle").

¿Y qué es eso de la patria?

Supongo que como toda definición ideológica, habrá miles de teorías, todas ellas basadas en una idea alejada de la realidad.

Es cierto que cada uno nos construímos la propia, o elegimos la que más nos gusta, que puede concordar, o no, con nuestra realidad politicó-social, cultural, étnica, o biológica.

Rilke dijo aquello de que " La única patria de un hombre es su infancia". De todas las definiciones es la que más me gusta ya que es la más estática, inamovible y real. La que menos ficticia tiende a ser, a diferencia de las demás patrias.

Tangente ma non troppo...

Hace unos días estaba tomando café con una amiga de origen Japonés. Estábamos en Diurno, hablando, riéndonos, con el portatil abierto y navegando por internet a la vez mientras que algún que otro "diurnero" nos miraba con cara rara.

Es de las pocas veces que esta actividad la he compartido (dejo para otro día el por qué navegamos por internet como tiburones solitarios) con otro ser humano.

España =
西 班 牙

Se me ocurrió preguntarle como se escribía España en Japonés. Entre que lo buscaba por la red, le dije de broma que, seguramente, sería algo así como el símbolo de un toro.

El caso es que para escribir España en Japonés hay que utilizar tres símbolos. El resultado salió en inglés - West, Group/Squad/Party,
Tusk/ Fang

1- Oeste :
西
2- Grupo:
3- Colmillo/ Diente:

En inglés, "Tusk" son los colmillos de los elefantes, o las morsas. "Fang" son los colmillos de los vampiros o los carnívoros.

También es cierto que la manera más común de decir España en Japonés es : Spain. En inglés aunque dicho con acento japonés, claro.

Y se escribe así:
スペイン。
utilizando el alfabeto japonés destinado a las palabras extranjeras. Ellos tienen y utilizan 3 alfabetos indistintamente y según sus necesidades literarias: el chino, el japonés, y éste tercero.

Y me dice mi amiga que la manera moderna de escribir España es la más conocida.

No veo la correlación entre este país, y la ortodoncia. ¿Qué verán los japoneses que no vemos nosotros?

Con esta nueva definición de España en mano, las batallitas del TC con el 'Estatut,' la tormenta política que se avecina (100% innecesaria por cierto), y la de tinta (virtual y líquida) que se vertirá sobre el asunto, me parece algo ajeno totalmente a la lógica que debería imperar en toda sociedad más o menos avanzada.

Por mucho que me esfuerce, no veo la correlación entre la definición de "Nación" o de 'Catalunya' y el bienestar de los ciudadanos españoles (de momento la única patria legal de los nacidos en este país de los colmillos reconocida allende las fronteras) que habitan en la CCAA de Catalunya.

No veo cómo el incluír o no esa palabra mejora la vida de los ciudadanos de a pie, como crea más escuelas, hospitales, vivienda, empleo &c. y sí veo, por desgracia, como se caldéa el ambiente político para sacar réditos de cara a una próxima elección.

Siempre he pensado que los nacionalismos, y los patriotismos, todos (el español incluído), sólo buscan hacerse con el poder, y nos venden su ideología como apología de sus actos.

Pero en verdad, ¿necesitamos hospitales, o necesitamos hospitales españoles/vascos/catalanes/gallegos?


Propongo que las necesidades no tienen patria, por mucho que las patrias tengan necesidades.

sábado, 21 de noviembre de 2009

TVE Internacional

AOG, Madrid

Ayer, José Bono, presidente del Congreso, dijo que el canal internacional de TVE le daba vergüenza.

No sólo a él. Es pésimo hasta decir basta.

Siempre me ha parecido increible que emitiese las cosas que emitía. Y peor aún, que nadie se diera cuenta.

Sin embargo, parece ser que alguien se estaba dando cuenta. Lo cual hace la emisión aún peor, porque, si se sabía, ¿por qué no se hizo algo al respecto?

Quitando los telediarios, siempre sujetos a la venia del G0bierno de turno, y los programas y documentales informativos como el excelente Informe Semanal, poco más de calidad emite ese canal.

El País publicó ayer la noticia de las quejas que el buen señor Bono adquirió por haberse atrevido a criticar lo incriticable. Ver el artículo aquí.

De verdad lo siento por los responsables, pero el señor Bono no se equivocó. Es un canal vergonzoso y que no está a la altura de otros canales similares. Por no hablar de la BBC.

Es increible que, mientras que otras cadenas nacionales se esmeran por emitir lo mejor de cada país, en teoría, TVE parece que prefiere hacer lo contrario.

No sé qué aporta ver programas del corazón, con todas las tripas que suelen mostrar, en Moscú, Budapest, o Buenos Aires.

Nadie hizo ni hace nada. ¿Y se atreven a hacerse los ultrajados con el señor Bono?

Grave error. Creo que de todas las críticas que ha recibido el ente, ésta ha sido la más constructiva.

¡Mira como saltaron! Es obvio que tocó un nervio.

Sólo espero que el señor Oliart, con todo lo que tiene en contra suya ahora mismo, logre mejorar ese canal.

domingo, 15 de noviembre de 2009

Admiraciones

AOG, Madrid

Hace un par de días estaba con un nuevo grupo de amigos hablando de viajes y cosas.

Uno de ellos hablaba de Marruecos, de lo bien que se lo pasa en Tetuán cada vez que va ahí. Y yo escuchándolo con asombro e incredulidad. ¿Qué ven que yo no alcanzo a ver?

Siempre he admirado a las personas que van a Marruecos, se lo pasan bien, y vuelven y te lo cuentan, obviando todo aquello que me impide visualizar mi visita a ese país.

Admiro a estas personas que van y lo disfrutan, porque no soy una de ellas.

No descarto unirme a sus filas algún día, pero, de momento, ¿interés? poco.

En cuerpo presente, mente ausente

AOG, Madrid

Hace unos días que volví de Japón. Curiosamente, no fue hasta el jueves, es decir, cinco días más tarde, que mi cabeza se unió a mi cuerpo.

Es algo dificil de explicar.

No es que pensase que estaba todavía en Tokio, es que mi cabeza no entendía del todo, o no se hacía a la idea, de que estábamos de vuelta a España. No sé donde tenía el intelecto, pero no estaba conmigo.

Pasaron cinco días donde, a diario, me daba cuenta de que no estaba presente al 100%. No sé como llamar a aquella penunbra en la que viví estos días.

Finalmente, ya el jueves, mi cabeza comprendió que estábamos en España. Para bien y para mal.