domingo, 23 de noviembre de 2008

Días de Turmalina Negra

AOG, Madrid

Hay semanas en las que no pasa nada. Tu vida discurre de manera normal (en lo que cabe) y que las cosas se suceden de manera orgánica. Natural y sin más.

Esta no ha sido una de esas.

Primero, resulta que el chico africano del Día, al que no doy propina por abrirme la puerta, me la ha dejado de abrir la puerta susodicha.

Francamente es lo mejor que podía pasar. No me gustaba que me abriese la puerta esperando una propina que yo nunca le daba. Hace unos días me vio y la mano que se acercaba al pestillo de pronto volvió como medio enfadada y fatigada al costado de su dueño.

Me miró. Le miré. No cruzamos palabra, pero creo que el pobre chico estaba fastidiado al ver que nunca le doy nada y él venga abrir y cerrar la puerta.

No le hubiese dado más importancia de no ser por lo demás que ha pasado esta semana.

Primero, me he pasado los últimos 7 días rompiendo vasos y platos.

El primero, el que más me dolió, era un vaso medio púrpura de Coca Cola de los que te dan si compras algún menú súper especial de McDonalds. Bueno, ese vaso ha desaparecido de la manera más escandalosa posible.

Primero saltó (sí, saltó, como suicida islámico) desde la repisa hasta la pila de lavar platos donde se rompió en 100 pedazos y de donde siguió en su misión suicida hasta el suelo donde los restos se estamparon contra el piso haciéndose añicos. Había cristal roto por todas partes.

Algún trozo me cortó un poco la pierna al caer (o quizá al saltar) y he estado con una tirita toda la semana. También tuve polvo de cristal en las manos y creo que hasta en la cara un poco del primer impacto.

En fin, una tragedia doméstica-cocacolistica.

Bueno, la semana siguió igual, con accidentes no todos los días pero casi.

Hoy, en la oficina, ya he roto dos platos al tratar de coger una taza. Primero tiré uno, y al tratar de salvarlo, tiré el otro.

Zás, plink, crash.

Todo fue bastante escandaloso, hay que decirlo.

No contento con luchar contra la loza del mundo y sus aliados cristalinos, también tuve poca suerte en el teatro.

El sábado fui a ver “Los impresentables” en el teatro Arlequín, dirigido por Antonia San Juan. La obra es del dramaturgo Tomás Afán. Aquí una entrevista con este individuo.

Francamente, no me gustó un pimiento. Los actores, Christian San Pedro, Luis Fer Rodríguez y Mª Carmen Sánchez, hicieron lo que pudieron con un guión que pretendía ser gracioso pero que en verdad no lo era.

No hay nada peor que una obra en la cual los actores se están muriendo de la risa en el escenario porque algo gracioso ha pasado y el público mira pensando “¿qué me he perdido?”.

Cuando pasa por octava vez es obvio que lo que te has perdido es la posibilidad de haber ido a otro espectáculo más gracioso.

No los culpo a ellos, ni a la dirección de la señora San Juan. Solo me pregunto con qué criterio alguien pensó que esa obra es verdaderamente graciosa.

No diré que el público no se reía. Algunos reían. Yo sólo lo hice en dos ocasiones. Precisamente el público cayó en esas.

Hoy en el trabajo, después del estrepitoso incidente con los platos de la cocina de la oficina (¡¡Ayy!! ¡¡Esas cacofonías!!) una compañera me dijo que igual lo de los platos es porque alguien me ha hecho un mal de ojo.

Lo que me faltaba.

La buena mujer me dijo que a ella le pasó una vez y que se compró una piedra de turmalina negra, que lo “recoge” todo y a ella le dio buen resultado.

Al ver mi cara de “¿Que qué?”, me dijo que la próxima vez que vaya a Ciudad Real me trae una.

Se lo agradezco. No creo que pueda empeorar las cosas.

Ahora me queda la duda de quien me habrá hecho eso del mal de ojo.

¿Habrá sido el chico del Día? ¿algún mal amigo? ¿la frutera de la plaza?

Pensándolo bien, mejor que una piedrita igual necesito un pedruscón.

miércoles, 12 de noviembre de 2008

El tiempo y el reloj

AOG, Madrid

Hoy fui a cambiar la pila en mi reloj. Por suerte, y sin que yo me diese cuenta hasta hoy por vez primera (¿cuantas veces nos pasa esto en la vida?), en mi calle hay un sitio que vende relojes.

Digo sitio, porque no es una relojería ni una joyería. Se trataba de una tienda donde venden relojes, y collares de perlas, y trofeos de golf, y copas, platos y bandejas de plata. La vitrina tiene pinta de antigualla y el interior igual.

Tuve que llamar a un timbre para que la señora del sitio me abriese. Cordialmente me cogió el reloj y me invitó a sentar en una silla de madera con asiento de terciopelo azul antiguo. Usado. Viejo.

Lo primero que me llamó la atención fue la araña de cristal. Estaba no sucia, sino oscura. Sin brillo. Sobre cada bombilla, reflejado fielmente en el techo, había una mancha negra que concordaba con cada brazo del aparato. Me pareció que el techo no se pinta desde que Franco vivía.

Después me fijé en las vitrinas. Eran de madera y con ciertos adornos neoclásicos. Todo a escala pequeña y poco importante. El fondo de cada vitrina era un trozo de madera marrón, brillante, que tendría el grosor de uno o dos folios.

El local era oscuro y pasado de moda, aunque dudo que jamás lo estuviese. Su elegancia era engañosa pues en verdad no lo era. Era un sitio servicial disfrazado de joyería de lujo sin lograr ser ni lo uno ni lo otro.

Mientras esperaba, la dueña pulía un par de copas plateadas con unos guantes especiales. Solían ser blancos, pero el uso los ha ennegrecido.

Al cabo de un rato, una chica pelirroja me avisó de que no mi reloj tiene algún problema y que no ha cambiado la pila.

Me acompaña hasta la puerta.

Tras de mí sentí que dejaba una especie de puente entre dos épocas donde gente de hoy, la chica, convive con el pasado de sus padres, el cual no ha sido renovado.

lunes, 10 de noviembre de 2008

Retos en política exterior para el nuevo presidente

AOG, Madrid



No sólo Iraq debe figurar en Washington, Europa, Hispanoamérica y el resto de Asia también merecen atención

Durante la administración del presidente George W. Bush, la política exterior de EEUU se ha deteriorado por culpa de la Guerra de Iraq y por los eventos del día 11 de septiembre del 2001. Tanto es así, que el pasado mes de marzo, Bernard Koucher, el ministro de Exteriores francés, declaró en el International Herald Tribune que cuando el resto del mundo mira a EEUU piensa que "la magia se acabó". Ante la pregunta de si el país podría reparar el daño hecho a su reputación en estos últimos años, Koucher respondió que, tristemente,"ya no será como era antes". Ambos candidatos a la Casa Blanca han dicho más de una vez que el país necesita un nuevo rumbo en política internacional en un mundo multipolar. Y la labor, aunque necesaria, no será fácil.



Hay, al menos, tres áreas de máximo interés, donde el país tendrá que trabajar muy duro: Asia-Pacífico en general y, en mayor medida, Oriente Medio, Hispanoamérica y la relación con Europa, la OTAN y Rusia.

Los Candidatos

La visión de Obama en materia de política exterior propone salir gradualmente de Iraq - una guerra a la cual él se ha opuesto desde un principio-, y el diálogo con países como Cuba, indicando posiblemente el fin del embargo económico, Irán, y Corea del Norte, a la vez que desea tomar una línea más dura con países aliados como Arabia Saudí y Pakistán, naciones que el senador percibe como apologistas, cuando no soportes, del terrorismo islámico.

El candidato republicano, sin embargo, sí apoyó la invasión de Iraq. El senador por Arizona ha dicho que no retirará las tropas del país e incluso quiere incrementar el número de tropas ahí. A grandes rasgos, respecto a posibles conflictos en el futuro, McCain piensa que, tarde o temprano, EEUU tendrá que tomar medidas militares contra Irán, ha asegurado que mantendrá el embargo a Cuba, y ha dicho que quiere que la OTAN imponga una zona de prohibición de vuelo sobre Darfur para acabar con el genocidio en ese país.

Asia-Pacífico e Iraq

En el siglo XX, EEUU participó en tres grandes conflictos en Asia: la guerra del Pacífico contra Japón, la Guerra de Corea y la de Vietnam. En lo que a política exterior se refiere, no cabe duda de que muchas naciones en Asia prefieren un candidato republicano como presidente. Independientemente de quien gane las elecciones, el próximo presidente de EEUU tendrá en Asia muy buenas perspectivas de cooperación, sobre todo en el caso japonés que se beneficiará muchísimo de las buenas relaciones entre la administración Bush y el antiguo primer ministro japonés, Junichiro Koizumi. Durante las guerras de Iraq y Afganistán la alianza entre ambos países ha crecido enormemente, en buena parte por el apoyo que Japón ha dado a EEUU en la guerra contra el terrorismo.

Japón, un país rodeado por regímenes comunistas en China, Corea del Norte y Vietnam, ve el sistema de alianzas que surgió después de la 2ª Guerra Mundial como una fuerza estabilizadora y, generalmente, sus líderes prefieren un Gobierno en Washington que sea firme en sus credenciales anticomunistas y duro con la seguridad.

Paradójicamente, el Gobierno chino piensa lo mismo, aunque por razones distintas. Pekín ve al partido republicano como el partido del mercado libre, y al partido demócrata como al partido del proteccionismo. Por otra parte, China cree que los republicanos están menos interesados en temas como los derechos humanos y piensan que, en áreas como el Tíbet, se puede esperar poca interferencia por parte de Washington. Tampoco hay que olvidar que Bush ha conseguido mejorar las relaciones con Tokio y Pekín simultáneamente y que su presencia en los Juegos Olímpicos este verano ha contado mucho en los círculos políticos del gigante asiático.

Muchos gobiernos asiáticos creen que de una administración republicana no se pueden esperar muchas sorpresas, es más predecible, y generalmente es más fácil negociar con ella.

El próximo inquilino de la Casa Blanca tendrá que continuar con estas buenas relaciones y hacer de ellas el eje de la política estadounidense en la zona. Igualmente EEUU deberá de construir instituciones multilaterales con los demás países del continente, por ejemplo las naciones del ASEAN, e impulsar su '?poder blando' a través de sus propuestas para enfrentarse a los retos del cambio climático, el terrorismo islámico y la globalización.

Igualmente, la sobredependencia de la política exterior estadounidense en Oriente Medio en general, e Iraq en particular, deberá ser sopesada con las necesidades de los demás países del área, sobre todo la amenaza nuclear de Corea del Norte y el enfrentamiento que desde hace tiempo viene haciendo Teherán a la hegemonía de EEUU en la zona. Aquí es muy importante tener en cuenta al ganador de las elecciones. McCain ha dicho que no saldrá de Iraq y que si EEUU tiene que estar ahí 100 años, estará. Obama, por su parte, ha dicho que él acabará con la Guerra de Iraq, además de asegurar a su electorado de que terminará con Al Qaeda. La relación con el mundo árabe peligra de ser, una vez más, el tema más importante en el Departamento de Estado.

Hispanoamérica

A diferencia de Asia, Hispanoamérica no tiene ninguna razón para favorecer un candidato republicano. Paradójicamente, aunque la administración Bush ha sido de las que menos han intervenido en la zona - con la posible excepción del fallido golpe de estado en Venezuela en el 2002-, George W. Bush se ha convertido en el presidente menos popular en la región desde hace tiempo. Las razones son obvias. Cuando el actual presidente tomó posesión de su cargo, se anunció que la administración haría de su relación con Hispanoamérica en general, y México en particular, una prioridad. La promesa duró siete meses y medio, hasta el 11 de septiembre del 2001. Desde entonces, la zona ha permanecido lejos de los círculos de poder e interés de Washington, lo cual ha permitido que surja una corriente antiamericana, izquierdista y populista que, hasta el momento, no ha sido retada en ningún momento por Washington.

El próximo presidente de EEUU tendrá al menos 3 retos en sus manos en el continente americano.

El primero y más importante será la isla de Cuba y su futuro poscastrista tras 50 años de comunismo "a la cubana". Tanto si ocurre una transición hacia la democracia, como si se instala una sucesión - como hasta el momento ha ocurrido-, la isla seguirá en la agenda política de Washington para bien o para mal. Para muchos analistas, el futuro de la isla radica en perseguir una política parecida a aquella llevada a cabo en China o Vietnam, es decir, normalizar las relaciones diplomáticas a cambio de reformas económicas mientras que los temas de cambio político se dejan para más tarde. De esto dependerá si la transición - o la sucesión-, tras la muerte de Castro se convierte, o no, en un éxodo masivo hacia EEUU del pueblo cubano.

El segundo reto es, definitivamente, la reforma de la política de inmigración. Este tema atañe a las relaciones bilaterales con una docena de naciones en el continente. Las acciones de la administración Bush, sobre todo en la persecución de inmigrantes y la construcción de una valla en la frontera con México, han dañado la imagen de EEUU y sus relaciones con los países exportadores de inmigrantes. Las deportaciones forzosas, las cazas de brujas, y las detenciones y encarcelamientos de sus ciudadanos sin papeles, entre otras cosas, son percibidas al sur del río Grande como hipócritas, injustas y como una ofensa violenta hacia algunas de las naciones más proamericanas del mundo. Lo más peligroso, sin embargo, es que esta política ha servido para ensalzar y apoyar los sentimientos "antiimperialistas" de una parte de la izquierda hispanoamericana.

En tercer lugar se encuentra la imparable ascensión de dos tipos de izquierdas a nivel político. De una parte, tenemos una izquierda moderna, democrática, globalizada y de corte liberal como la que se encuentra en Brasil, Chile, Uruguay, algunas partes de Centroamérica y, hasta cierto punto, en Perú.

En contraposición tenemos una izquierda retrograda, populista, autoritaria, estadista y antiamericana, en el sentido clásico de la palabra, como la que hay en Venezuela, Ecuador, Bolivia, Cuba, El Salvador, Nicaragua y México, y a menor escala, en Argentina, Colombia y Paraguay.

No es ninguna coincidencia, para muchos analistas, que la izquierda más moderna y de corte pseudoeuropeo surja en países de poca inmigración hacia EEUU, y que la izquierda más populista se dé en aquellos países donde la inmigración a EEUU es más pronunciada: México, Nicaragua, El Salvador, Bolivia y Ecuador.

El dilema para la próxima administración será como abordar la división entre ambas corrientes izquierdistas de una manera que mejore las relaciones bilaterales entre ambas partes y fortifique la izquierda moderna a la vez que debilite a la más autoritaria sin tener que acudir a las políticas intervencionistas fallidas del pasado más reciente.

Europa, Rusia y la OTAN

Desde la caída del Muro de Berlín, la Alianza Atlántica ha buscado constantemente una razón de ser. Aunque a mediados de los 1990 la OTAN tuvo un papel crucial durante los conflictos de los Balcanes, y ahora la guerra en Afganistán sigue dando excusas para la cooperación entre aliados, lo cierto es que desde entonces, su expansión sólo ha servido para que muchos europeos se desilusionen cada vez más con ella, y, sobre todo, para provocar a Rusia cada vez que se habla de ampliar sus fronteras hacia el Este.

El gran reto para la administración entrante será la negociación y ampliación de la Alianza sin olvidar los hechos ocurridos recientemente en Georgia. La pasividad de Europa, relegada a amenazas de represalias económicas, sobre todo dada su dependencia energética del gas ruso, señaló claramente que nadie está por la labor de provocar a Rusia.

Por otra parte, las consecuencias de la política de la administración Bush de hostigar y denigrar a Moscú (Irán, Polonia, Georgia), sumada al alza de un nacionalismo ruso avivado por Putin y apoyado en los ingresos energéticos que han hecho de Rusia, una vez más, un reto asimétrico en lo que a geopolítica se refiere, serán un reto que bien puede convertirse en la crisis más importante del próximo gabinete de Gobierno en Washington.

viernes, 7 de noviembre de 2008

Elecciones de EEUU, la clave está en el bolsillo

AOG, Madrid


-Claves-

Aquellos con ingresos por debajo de los 100.000 dólares pagarán menos impuestos con Obama que con McCain. De 100.000 a 250.000 dólares, ambos candidatos ofrecen lo mismo en términos de reducción fiscal. A los que ganen más de 250.000 dólares, Obama les subirá los impuestos

McCain asegura que destinará parte de los fondos del plan de rescate de Wall Street, y un nuevo fondo de la Administración Federal de Vivienda de unos 234.000 millones de euros, a adquirir préstamos hipotecarios problemáticos para evitar los embargos

-Datos-

Desde 1965 los más necesitados recurren a Medicaid - un programa del que se valen las familias con bajos ingresos, niños, jubilados y las personas minusválidas-, aunque se estima que el 60% de los ciudadanos más pobres no tienen acceso a este programa

Obama propone una moratoria de tres meses para las viviendas que vayan a ser embargadas y modificará el sistema crediticio para que los contribuyentes que pagan una hipoteca puedan acogerse a un sistema de deducciones fiscales del 10%






La carrera hacia la Casa Blanca en el 2008 no acabará de la misma manera que empezó. Mientras que al inicio de la campaña presidencial los temas de mayor interés se centraban en la personalidad de los candidatos y en sus planes de gobierno, es obvio que la crisis financiera y su repercusión a largo plazo han hecho que el ciudadano medio de EEUU esté más preocupado por su futuro económico que por el color de la piel de los candidatos o su género. Ambos bandos, tanto el republicano - encabezado por el senador John McCain y su glamorosa candidata a la vicepresidencia, la gobernadora del estado de Alaska, Sarah Palin-, como el demócrata -liderado por el primer candidato afroamericano, el senador por el estado de Illinois Barack Obama y por su número dos Joe Biden, senador por el estado de Delaware-, luchan por convencer al estadounidense de a pie de que sus políticas y sus planes ayudarán a mejorar la salud de aquello que más les duele: el bolsillo.


Y no lo tienen fácil. Aquel que jure su cargo ante el Congreso el 20 de enero del 2009 tendrá la responsabilidad de estimular la mayor economía del mundo a corto plazo, dejando los planes económicos a largo plazo para más tarde. Muchos analistas ya no se preguntan cómo será el paquete de salvamento económico del 2009 sino qué tipo de presupuesto se puede esperar para el 2012. Lo que nadie duda ya es que aquel que convenza al electorado de que bajo su mandato pagará menos impuestos será el ganador. No hay otro tema de mayor interés en la campaña.

Subsidios a corto plazo

Si algo hemos aprendido de la crisis financiera, es que el crédito ya no puede salvar la economía como lo ha hecho otras veces. De hecho, es la sobreabundancia de éste recurso, y su abuso, lo que ha empeorado la situación económica. Desde el 2005 la deuda de los hogares en EEUU ha crecido un 20% y ahora está cercana a los 13,8 billones de dólares (10,8 billones de euros).

Como respuesta a aquellos ciudadanos que piden una ayuda económica inmediata, ambos candidatos han propuesto planes específicos que, esperan, reactivarán la economía en el 2008 y el 2009.

El senador Obama propone un reembolso energético de emergencia de 1.000 dólares (unos 780 euros) para familias, y de 500 dólares (unos 390 euros) para individuos, a la vez que permitir la posibilidad de efectuar reintegros sin penalización de los planes de jubilación y pensión conocidos como los IRA y los 401K.

Para los IRA será posible pedir un reintegro de hasta un 15% del valor total; para los 401K se podrán retirar hasta 10.000 dólares (unos 7.700 euros) sin problemas o penalizaciones.

Por su parte, el senador McCain propone recortar hasta un 7,5% los intereses de las plusvalías de aquellas acciones compradas hace más de un año. También quiere incrementar el importe de las minusvalías que se pueden desgravar de los ingresos regulares de entre 3.000 y 15.000 dólares (entre 2.340 y 11.700 euros) e imponer un impuesto a los jubilados que quieran hacer un reintegro de sus IRA y 401K de no más del 10% del total de estos planes.

Impuesto sobre la renta

Ambos candidatos han prometido rebajar los impuestos en general, pero para muchos ciudadanos, el problema radica en saber quien acabará pagando la cuenta, sabiendo que siempre es el contribuyente el más perjudicado prometan lo que prometan.

El senador McCain quiere extender permanentemente todos los recortes de impuestos que la administración Bush hizo en el 2001 y el 2003 y elevar gradualmente a lo largo de varios años la exención tributaria personal por cada persona dependiente desde 3.500 hasta 7.000 dólares (de 2.730 hasta 5.460 euros aproximadamente).

Según un informe de Deloitte Tax, la firma de contabilidad y asesoramiento financiero, el plan del senador de mantener la tasa más alta del tipo impositivo en el 35% hará que los contribuidores con el nivel de ingresos más alto sean los que más se beneficien "bajo el plan de McCain".

El Urban-Brookings Tax Policy Center, un grupo de expertos independiente, cree que un 1% de ese grupo puede ver un recorte de impuestos sobre la renta de más de 125.000 dólares (cerca de 97.500 euros).

Por su parte, el senador Obama ha dicho que favorece recortes fiscales para la clase media y subidas para aquellos con los salarios más altos - es decir, aquellos individuos que ganen más de 200.000 dólares al año (cerca de 156.000 euros)-. Aunque ha asegurado que extenderá los recortes que hizo Bush en el 2001 y el 2003, el líder demócrata ha dicho que subirá las dos tasas marginales más altas del impuesto sobre la renta al 36 y al 39,6%.

Por su parte el senador McCain ha aprovechado el plan de Obama para asegurar al electorado que pagarán más impuestos si gana el candidato demócrata. El senador por Illinois ha recordado más de una vez durante la campaña que menos del 3% de los hogares estadounidenses ganan más de 250.000 dólares al año.

Impuesto sobre sucesiones y AMT (Impuesto mínimo alternativo)

Ambos candidatos han dicho que apoyan extender los niveles de exención al AMT - un impuesto añadido al impuesto sobre la renta diseñado para gravar a aquellas personas con salarios muy altos que se pueden favorecer de algunas ventajas fiscales para pagar menos o incluso ningún tipo de impuestos- establecidos en el 2007.

También han dicho que cambiarán la ley sobre el impuesto de sucesiones para hacer que la exención personal de 2 millones de dólares (cerca de 1,5 millones de euros) que el año próximo subirá hasta 3,5 millones de dólares (unos 2,7 millones de euros) sea transferible de un cónyuge a otro.

Además de esto, el senador Obama quiere que se congele en el 45% el impuesto sobre sucesiones para el 2009, que se aplica a aquellas sucesiones valoradas por encima de los 3,5 millones de dólares por persona (aproximadamente un 0,3% de las mismas).

Según la firma Deloitte Tax, un patrimonio de 5 millones de dólares (unos 3,9 millones de euros) pagaría 675.000 dólares (unos 525.000 euros) de impuestos bajo su plan.

John McCain, en cambio, ha propuesto rebajar el impuesto sobre sucesiones del 45 al 15% para aquellas valoradas en más de 5 millones de dólares por persona (aproximadamente un 0,2% del total). De esta manera, un patrimonio de 5 millones no pagaría ningún tipo de impuesto bajo su administración.

Sanidad

Otro de los temas que más atención ha adquirido durante esta elección es la sanidad. EEUU es un país que carece de un sistema de sanidad pública de carácter universal. Para la inmensa mayoría de los estadounidenses, sus necesidades médicas las cubre un seguro privado cuyo precio medio a nivel nacional es de 12.000 dólares (unos 9.350 euros) por familia.

Desde 1965 los más necesitados recurren a Medicaid - un programa nacional, administrado por cada estado, del que se valen las familias con bajos ingresos, niños, jubilados y las personas minusválidas-, aunque se estima que el 60% de los ciudadanos más pobres no tienen acceso a este programa.

De hecho, según datos del Buró Oficial del Censo, en agosto del 2007 el 15,3% de la población de EEUU, es decir unas 45,7 millones de personas, no poseía ningún tipo de seguro médico.

Ambos candidatos han dicho que quieren que un mayor número de familias tengan acceso a un sistema sanitario más barato. Aquí también difieren sus propuestas.

Barack Obama propone crear un sistema de subsidios basado en los ingresos para los seguros médicos a través de un sistema de intercambio nacional de nuevo corte, además de incrementar el acceso a Medicaid y al Programa estatal infantil de seguros de salud, - el 'State Children's Health Insurance Program'-, e imponer el cuidado infantil obligatorio. También propone expandir los programas de ayuda a los pobres, haciendo de ellos el grupo más beneficiado por su política.

El senador por Illinois requeriría de las empresas que no ofrecen ningún tipo de cobertura a sus trabajadores que contribuyesen un porcentaje de su nómina al plan nacional. Las pequeñas empresas estarían exentas y tendrían derecho a créditos fiscales reembolsables en el 50% de las primas.

Bajo este plan, las familias pagarían 185 dólares (unos 145 euros) menos en primas y 253 dólares (unos 195 euros) menos en el pago directo de servicios médicos. La consultoría Lewin Group calcula que el plan de Obama reduciría hasta 26,6 millones el número de personas sin seguro médico en EEUU para el 2010. En el 2008 existen cerca de 48,9 millones de estadounidenses en esta situación.

El senador por Arizona quiere reemplazar el sistema de exenciones del impuesto sobre la renta para las primas de seguros que ahora pagan los trabajadores con un crédito impositivo reembolsable de 5.000 dólares por familia o 2.500 a título individual (unos 3.900 y 1.950 euros respectivamente). El plan prevé que cualquier crédito que no llegue a ser usado sería depositado en una cuenta de ahorros de la salud -Health Savings Account-.

Su Plan de Acceso Garantizado, o GAP - Guaranteed Access plan-, permitiría que aquellos individuos a los que ha sido denegado un seguro o cualquier otro tipo de protección, obtengan un seguro a través de una mancomunidad de alto riesgo gestionada por los estados individualmente pero administrada por las aseguradoras privadas.

El senador McCain aboga por que la gente pueda comprar un seguro médico en un estado que no sea aquel en el que residen, lo cual reduciría la efectividad de la regulación del estado pero daría una mayor selección comercial al comprador.

Bajo este plan, las primas para las familias serían unos 379 dólares (unos 295 euros) más caras y los pagos directos por los servicios médicos subirían aproximadamente 105 dólares (unos 82 euros) más. Para Lewin Group esto se compensaría de manera "más que suficiente con un incremento neto de los subsidios fiscales de 1.570 dólares (unos 1.225 euros) y las ganancias en nómina como resultado de los ahorros de la empresa". Se estima que este plan reduzca en 21,1 millones el número de personas sin seguro.

Los analistas discrepan ante los beneficios de ambos planes y el número de beneficiados. El Tax Policy Center asegura que de ser elegido McCain, en el primer año de su mandato cerca de 1,3 millones de personas obtendrían cobertura médica. Si el senador Obama es el elegido, lo harían unos 18 millones. Para el Lewin Group, 21 millones se beneficiarían con John McCain y 26,6 lo harían bajo el plan de Barack Obama.

Una de las críticas al plan del senador McCain es que su plan beneficiaría sobre todo a la gente joven y sana que no tiene seguro. Dado que este sector demográfico es barato de asegurar, el crédito fiscal serviría para ayudarles a comprar un seguro privado, aunque el senador ha declarado que también ayudaría a aquellos a los que ahora no les venden un seguro por tener alguna condición médica preexistente.

El senador Obama ha dicho que forzará a las aseguradoras a vender un seguro médico a cualquier persona que quiera comprar uno.

Gane el candidato que gane, la sanidad pública es un factor que no saldrá barato a ningún partido. Se calcula que los planes del senador republicano, de ser aprobados en el Congreso, costarán 185.000 millones de dólares (unos 145.230 millones de euros) en su primer año; los del senador demócrata 86.000 millones de dólares (unos 67.485 millones de euros). ¿De dónde saldrá el dinero?

Los republicanos dicen que anticipan este dinero de los ahorros que se harán al hacer más eficiente el sistema médico y, por ejemplo, su persecución de aquellos que fraudulentamente abusan del Medicaid.

Los demócratas han dicho que el dinero saldrá de la abolición de los recortes y ventajas fiscales que el presidente Bush proporcionó a los ciudadanos más ricos del país, al igual que de las mejoras al sistema médico.

Inversiones

Ambos candidatos han dicho que harán planes para apoyar a las pequeñas empresas. Según datos del 2004, en EEUU hay un total de 24,7 millones de pequeñas empresas y ambos senadores han propuesto estrategias para incrementar y gestionar las plusvalías, dividendos y ahorros para la jubilación que afectarán a los inversores.

Mientras que el senador McCain quiere que se mantenga el tipo impositivo más alto para dividendos y plusvalías a largo plazo en el 15%, su rival para la Casa Blanca quiere eliminar todos los impuestos sobre las plusvalías para todas las pequeñas empresas y a la vez incrementar los impuestos sobre las plusvalías a largo plazo de los valores y los dividendos cualificados del 15 al 20% para aquellas familias que ingresen más de un cuarto de millón de dólares al año, o 200.000 dólares (unos 155.000 euros) para individuos. También quiere que los intereses trasladados sean tasados como ingresos.

Seguridad social y jubilación

Según los datos del Buró Oficial del Censo, en EEUU había 35,6 millones de jubilados en el 2002 -un 12% de la población-, y se estima que para el 2030 esta cifra subirá hasta 71,5 millones. Aunque ambos candidatos han sugerido la suspensión temporal del requisito de que los jubilados de más de 70 años accedan a sus planes de jubilación, ninguno ha ofrecido de momento un plan a largo plazo para revisar substancialmente la manera en que los ciudadanos de EEUU ahorran para la jubilación.

Barack Obama quiere introducir un impuesto sobre la nómina de entre el 2 y el 4% para los ingresos de más de 250.000 dólares (unos 195.000 euros) a dividir entre la empresa y el trabajador. El senador también propone un plan de seguridad para la jubilación en el que se registraría automáticamente a los trabajadores en un plan de pensiones en su empresa.

Aquellos empresarios que no ofrezcan ningún tipo de plan para la jubilación estarían obligados a inscribir a sus empleados en una cuenta individual de pensión de depósito directo. El candidato por Illinois también propone un crédito de ahorro que equipare el 50% de los primeros 1.000 dólares de ahorros para aquellas familias que ingresen menos de 75.000 dólares (unos 58.300 euros). Por último, el senador quiere eliminar el impuesto sobre la renta para las personas mayores de 65 años que ganen menos de 50.000 dólares al año (unos 39.000 euros).

John McCain favorece la privatización del Seguro Social a través de programas que permitan a los empleados más jóvenes ingresar un porcentaje de sus impuestos salariales en cuentas personales que serían invertidas en el mercado.

Hipotecas

No es ningún secreto que una de las razones por las cuales la economía mundial está en crisis se encuentra en las hipotecas 'subprime'. Gane quien gane la carrera presidencial, éste será uno de los temas a tratar prioritariamente.

Ambos candidatos ya han ofrecido sus recetas propias. El republicano John McCain ha asegurado que de ganar las elecciones, ordenará al Tesoro destinar parte de los fondos del plan de rescate de Wall Street y un nuevo fondo de la Administración Federal de Vivienda de 300.000 millones de dólares (unos 234.000 millones de euros) a adquirir préstamos hipotecarios problemáticos para ayudar a las familias a librarse del embargo.

Por su parte, el candidato demócrata, Barack Obama, propone una moratoria de tres meses para las viviendas que vayan a ser embargadas y modificaciones en el sistema crediticio para que los contribuyentes que pagan una hipoteca puedan acogerse a un sistema de deducciones fiscales del 10% a la hora de pagar sus impuestos.

De hecho, en un guiño a muchos posibles votantes de clase media que están sufriendo los efectos de la crisis, el senador por Illinois se preguntó recientemente por qué el Congreso aprobó de forma tan rápida el plan de rescate de Wall Street y no hace lo mismo con un plan para ayudar a las familias a pagar sus hipotecas. "Si no lo hace pronto, lo haré yo como presidente", advirtió.

lunes, 3 de noviembre de 2008

Día, porteros y crisis 2008

AOG, Madrid

Desde hace unas semanas, me llevo encontrado en mi establecimiento Día, el cual dígase de paso, aborrezco, un señor africano que abre la puerta a la espera de que le den alguna propina.

En la otra mano el buen hombre sujeta un periódico, o revista, que nunca se empeña
en vender, prefiriendo la limosna (o el subsueldo del no-contratado para hacer eso pero que de todas maneras lo hace) que le van dejando los clientes y clientas del establecimiento.

Yo por mi parte, aunque me entristece verle, nunca le doy nada. Francamente no puedo pagar a un sujeta-puertas todos los días que voy al mercado. Pero no sólo eso. Yo puedo abrirme la puerta sólo. El buen hombre, sin embargo, ahí sigue. No se va. No importa que no le pague. Me sigue abriendo la puerta.

Ahora, sin embargo, creo que me sonríe. No una sonrisa graciosa. Más bien una sonrisa reprochona que hace las veces de “a ver si me das algo algún día, imbecil”.

Suelo contestar con una mirada a sus ojos tipo “entiendo tu situación, pero no te pienso pagar por un servicio no pedido aunque me trates de dar pena”.

Y el chico trata de dar pena. Quizá porque trata de dar pena, no me la da.

Le veo como una persona fuerte, hábil, seguramente inteligente, y para nada dudo en sus habilidades como trabajador, aunque sé que es dificil ser un africano en Madrid.

Sin embargo, el hecho de que ya tiene un oficio, por malo que sea, de vender prensa gratuita, o barata, o sin coste, me choca con su insistencia al pluriempleo en forma de abrepuertas. Curiosamente no me quiere vender un periódico nunca. Igual se lo compraba.

No soy nadie para juzgar, sin embargo, sí soy el principal administrador de mis ingresos. Y no veo su situación como la supina merecedora de mis céntimos limosneros. Más bien veo una cierta picaresca. No sé bien si adquirida o importada.

Hoy tuve que ir hasta la zona de Guzmán el Bueno para hacer una entrevista al director de la Cia. Al salir de ella me topé con la misma escena- un local del Día donde un señor abría las puertas. Mejor vestido que el de mi barrio, lo cual, a primera vista, me hizo preguntarme al principio si estaba abriendo la puerta a su mujer. Pero no. Le abría la puerta a cualquier persona.

No sé si era africano, porque se puede ser blanco y africano a la vez, pero me quedé muy sorprendido al verle. Él, sin embargo, no tiene un periódico en la mano izquierda que vender.

Creo que la crisis empieza a tocar los bolsillos de muchos.