lunes, 17 de julio de 2006

San Fermín 2006


Hay cosas que pasan por aquí que nunca pensé que existían. Supongo que mi sorpresa emana de la confianza que según yo poseo cuando de España se trata. Siempre que uno piensa que conoce todo lo conocido y conocible acerca de un tema, del sitio menos esperado sale algo que te pilla por sorpresa.

Esto es lo que ocurrió durante las celebraciones de San Fermín 2006. Tras haber leído a Hemingway, creí estar al tanto de la fiesta a pesar de no haber ido nunca a Pamplona. Lo primero que me sorprendió, poco porque no sé como no se me ocurrió pero al verlo le vi sentido, fue que las fiestas no son cosa de un día. A lo largo de la semana se suceden los encierros y todos los días la televisión emite la carrera de los toros y los sanfermines. Fue esto lo que me sorprendió.

En la radio, en todos los estudios y espacios provistos de una tele, lo único que se ve son la imágenes de los toros y los sanfermines. Día tras día. Allá donde ocurriese en la radio, todo el mundo deja de hacer lo que está haciendo para ver el espectáculo. Día tras día. En la tele no suelen emitir un comentario mientras se suceden los eventos. Supongo que lo hacen para no estorbar las imágenes. Para poder concentrarse en el evento que se sucede delante de nuestros ojos.

De tanto tenerlo, el último día me acerqué a ver el encierro. Los comentarios de mis compañeros se sucedían sólo cuando alguien estaba a punto de ser arrollado por un toro. O cuando uno se resbalaba y le pasaban los toros por encima ( y por cierto, los toros suelen saltarse al que está en el suelo, no como los demás corredores que le pisan al pobre sin apenas contemplaciones ). El espectáculo humano es algo extraño para el que nunca lo ha visto. Me divido entre la valentía de los participantes, la nobleza de los animales, y la estupidez humana. Una estupidez que arriesga la salud de un individuo por obtener una especie de ¿emoción?..¿satisfacción? ..¿prueba de hombría? No lo sé. Supongo que si algún día participo en ese espectáculo, mi punto de vista cambiaría del de un observador crítico al de un participante activo.

Poco a poco y día tras día, en España me convierto a diario- y no estoy seguro de cómo exactamente- en más participante activo, y menos observador crítico. Quizá el año que viene pueda dar una mejor explicación acerca de los sanfermines. Este año sólo puedo reportar que, no entendí del todo por qué el encargado de dar el chupinazo este año se negó a decir “viva San Fermín” por declararse agnóstico.

Si algún día conozco a este señor en persona, y le llegó a escuchar decir cualquier expresión en la que la palabra “dios” esté metida....pienso recordarle su estado agnóstico y decirle lo absurdo que quedó en el 2006 por no querer decir una frase que tiene todo de tradición, nada de religión y mucho de saber estar. Algo que él no supo hacer. Y no lo digo por respeto a San Fermín o por respeto a la iglesia, sino por respeto a una fiesta popular que no necesita de declaraciones personales que arruinen el día. Si no te gustan una fiesta dedicada a un santo.....no participes. ¡Pero no la arruines! ¿No?


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