jueves, 13 de julio de 2006

Una Utopía Más.....


Ayer hubo explosiones en Mumbay y de momento Rajoy no ha insinuado que la ETA tuvo que ver con ello. Menos mal. No vaya a ser que mientras la ETA negociaba con el gobierno en febrero, estaba montando un comando índico para presionar al gobierno indio a dar la independencia a Yammú y Cachemira.

Desde hace unos días la situación entre Israel y Palestina ha empeorado. Hoy se habla de incursiones y bombardeos entre Israel y el Líbano.

Todo esto ocurre en el mundo, y yo, desde la Gran Vía, me preocupo de buscar temas y coordinar invitados para salir en la radio. No me quejo, tampoco es que pueda hacer nada por los demás.

Cuanto más mayor me hago, más difícil me parece el vivir en este mundo, con todas sus desgracias, y llevar una vida al margen de todo eso y actuar como si nada pasara.

Supongo que yo, al igual que millones de personas, veo el mundo, me escandalizo un rato. Pago una pequeña cantidad de dinero a la ONG de turno para asistir a las víctimas de la catástrofe de turno y....¿y? ¿sirve de algo?

Cuanto más mayor me hago, más lejos veo el mundo aquel que me vendieron de pequeño y en el que se supone que debería estar viviendo desde al año 2000 más o menos.

Un mundo moderno, con viajes a colonias en la luna, con coches que no utilizaban gasolina sino desechos, con placas solares por todas partes. En fin, aquella utopía que de pequeño creí sería mi mundo.

Y todos los días veo que ese mundo no solamente no existe, sino que no existirá jamás en mi vida. Ni en la de mis hijos. Ni en la de sus hijos. En fin, que el mundo aquel no llegará jamás.

Sin embargo, aquella utopía futurista, me sirve de consuelo. Hay días que pienso que, aunque no existe, y quizá nunca llegue a existir, al menos en los libros está su raíz. Hay días que pienso que es mejor tener ese punto de referencia como hoja de guía. Hay días que pienso que no vivir en esa utopía es algo positivo pues me ayuda a valorar esta realidad y me otorga el criterio necesario para saber que la vida no tiene que ser así. No es que sea mala. Pero, puede ser mejor. O peor. Pero prefiero pensar que puede ser mejor.

Prefiero pensar que algún día los palestinos y los israelíes se dejarán de matar mutuamente y el mundo se podrá preocupar de otras cosas. Como el hambre y la pobreza- no sólo la de Africa sino la del mundo entero-. Pensar que, quizá dentro de algunos años, el Islam radical dejará de existir y habremos suficientes personas vivas para poder congratularnos por ello ( si los EEUU y Bush no vuelan a Irán y a Corea del Norte de la faz de la tierra ). Pensar que, quizá algún día, en España la ETA será un capitulo cerrado de la historia y no una herida abierta de la que nadie habla como hasta ahora.

Pero quizá sueño demasiado. Quizá aún sueño con poder cambiar al mundo a pesar de que, al igual que a Mafalda, “soné” y el mundo me cambió a mí. Y quizá, por poder soñar aún, sé que aún quedan cosas por hacer.

Pienso que desde Gran Vía de momento no puedo hacer mucho más de lo que hago. Pero quizá la experiencia me sirva como alberge y brújula para seguir en el camino que me lleve al lugar desde donde pueda hacer un poco más. Aunque sólo sea poder dar un poco más de dinero a la ONG de turno. O dar una voz a los olvidados. Y no hablo de Africa o Palestina. Mis sueños de infancia no evitaron que viera el mundo que me rodea y que tengo más a mano. Es cierto que hay pobreza en Africa. Pero desde Gran Vía también veo pobreza en Madrid. Y sé que no es lo mismo. Pero no quiero ser quien decida quienes tienen más necesidad que otros. Solo sé que necesidades tienen ambos. O tenemos todos. Y todos merecemos que nos ayuden. Aunque no tengamos una ONG o un gobierno al que le interesemos. La ayuda no es un privilegio, ni un derecho. Es algo humano, y por lo tanto, algo superior a ese tipo de consideraciones.

Quizá sea ese el futuro ficticio que inculcaré a mis hijos.

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