martes, 4 de marzo de 2008

¿Guerra en Sudamérica?

AOG, Madrid


Hace unos años, en febrero de 2002, un batallón de Marines británico "invadió" sin querer una playa gaditana próxima a Gibraltar. Un Guardia Civil, ni corto ni perezoso, fue a desalojarlos del país. Ni Londres ni mucho menos Madrid, se llevaron las manos a la cabeza. Hubo disculpas, y de ahí no pasó. Cierto, el batallón británico no estaba a la caza de rebeldes ni murió nadie durante la "invasión". Pero nos sirve de precedente.

Hace un par de días, el ejército colombiano mató a algunos guerrilleros (terroristas) de las Farc dentro de territorio ecuatoriano.

Consecuencia: una vez más, el bélico siglo XIX levanta la cabeza y aplasta cualquier resquicio de modernidad en el norte de Sudamérica. Como si de una invasión se tratara, Ecuador ha llamado a su embajador en Bogotá a consultas.


Venezuela no se queda atrás. Como el buen buscapleitos que es, y sin vela en ese entierro, Hugo Chávez, ante un electorado desilusionado y deseoso de cambio, ya está batiendo los tambores de la guerra con las dos manos llamando "casus belli" a las acciones colombianas.

"Ministro, muevamé 10 batallones a la frontera con Colombia" le dijo al ministro de Defensa. También amenaza con mobilizar la Fuerza Aérea Venezolana y pide a Dios que no haya una guerra.

Pues que no la empiece. ¿No? Todos sabemos ese viejo truco dictatorial por el que se distrae al pueblo con amenazas de invasión extranjera y suenan los sables y las medallas. Ecuador también se ha mobilizado. ¿No es casus bellii el que un país neutral albergue terroristas? ¿No es este el sinfin interminable de Israel y Palestina-Gaza-Siria?

¿Queremos algo parecido en Sudamérica?

Brasil también ha condenado la incursión colombiana en Ecuador y pide que la administración de Uribe pida disculpas y dé explicaciones. Chile se ha ofrecido como mediador en el conflicto diplomático.

El Gobierno colombiano de Uribe ha decidido no contribuir a la escalada diplomática desatada tras el ataque que costó la vida a Reyes, número dos de las FARC y a 16 de sus compañeros dentro del territorio de Ecuador cerca de la frontera con Colombia. Por ello, al contrario que los Gobiernos de Caracas y Quito, Bogotá se mantendrá "prudente" y no enviará tropas a las fronteras con Venezuela y Ecuador.

Sin embargo, no hay que olvidar que Colombia, en caso (improbable) de guerra, tiene a EEUU como aliado y que Colombia es el segundo receptor de ayuda militar estadounidense después de Oriente Medio.

Por el momento, Colombia ha dicho esto al respecto: "Colombia no ha violado ninguna soberanía, solamente ha actuado de acuerdo con el principio de defensa legítima". Como contra-represalia, Bogotá ha cortado relaciones diplomáticas con Ecuador y Venezuela acusando al régimen de Chávez de proporcionar a las FARC con $300 millones de dólares y que estas trataban de comprar uranio. En el asunto, Colombia también implica a Ecuador.

No está de más que Bogotá escuche al Gobierno de Lula y dé explicaciones. No por aplacar al aburrido señor de la guerra que tiene por vecino, sino por decencia y convivencia, si no ya por educación.

No estaría de más que las naciones fronterizas con Colombia firmaran un tratado por el cual se permite la persecución de delincuentes y terroristas por las fuerzas de seguridad de cada país dentro de las fronteras del vecino. Algo parecido a lo que pasa entre España, Portugal y Francia, donde se permite y se entiende el por qué de tal tratado.

Esperemos que no haya guerra entre estas tres naciones.