lunes, 31 de mayo de 2010

"Vikingos"

AOG, Madrid

De vuelta a Madrid. Nunca dejará de sorprenderme la capacidad de algunas aerolíneas para sacarte de quicio con cualquier pretexto.

Mi vuelo estuvo retrasado 3 horas y la culpa -según nos dice el capitán una vez a bordo-, era de la huelga de controladores aéreos de Francia. 

Noticia, por cierto, que no veo por ningún rincón del internet hoy mismo, lo cual me hace pensar que es mentira.

Da igual he vuelto a la ciudad, con retraso y con la lengua fuera para llegar a donde tenía que llegar. 

No me dio tiempo a nada, con lo cual salí del aeropuerto rumbo a mi destino sin pasar por casa, sin ducharme, con la maleta y lo puesto. 

Muerto de hambre como estaba, decidí parar en el Burger King a comer algo antes de caer desvanecido de hambre por la calle. 

Al poco de pedir, un señor entra y pide "Un Vikingo". 

La señorita le mira y él, al ver la cara, le repite lo mismo: un vikingo.

Ella, una vez entendida la comanda,  y conteniendo la risa, le dice, "Un Big King. ¿Algo más?

El señor no se inmuta.

Pero yo sí, aunque será minutos más tarde.

Cuestión de dineros malgastados ma non troppo.

Los ocho euros con 40 céntimos que me costó el desodorante más caro de mi vida. Era necesario. 

Uno no puede ir oliendo a sudor y mal humor por la calle. Pero...ocho euros 40...

viernes, 21 de mayo de 2010

45 kilos de cebollas

AOG, Madrid

Ha vuelto el calor. Ese calor asfixiante que te hace inhalar aire seco y cálido. 

Los árboles están en celo. 



Toda la ciudad está infestada de polencito de árbol flotante. 

Pequeñas nubecitas blancas genéticamente preparadas para hacer crecer un ser vegetal en cuanto el suelo se los permita. 

A las personas con alergia, esta maravilla de la vida vegetal del planeta nos incordia bastante. 

Tengo los ojos igual que los tendría después de haber pelado y cortado 45 kilos de cebollas. 

Me pican la garganta, la nariz y hasta los oídos. 

Y sí, una vez más, me he convertido en una pequeña fábrica ambulante de mocos, estornudos y babas.

Los días como estos me hacen pensar todavía más en la posibilidad de que soy un ser de otro planeta.

No hay pruebas lo sé, pero no importa. 

Es obvio que no soy de este mundo.

miércoles, 19 de mayo de 2010

Sabbath...es y otros días

AOG, Madrid

Hoy me he dado cuenta que, de un tiempo a esta parte, aunque puede ser que siempre haya sido así -no descarto que mis despistes sean eternos y no temporales-, a eso de media semana se me olvida el día en el que vivo. No  hablemos ya la fecha, esa la desconozco de fábrica. Nunca, pero es que nunca, sé la fecha que es hoy. No me rijo por los números de la fecha, me rijo más por los días de la semana, y por semanas enteras que sumo y resto dependiendo de los eventos venideros o celebrados. Aunque si lo pienso, en verdad vivo de fin de semana en fin de semana. 

No sé si la humanidad hace lo mismo, pero me es más fácil saber que "X" ocurrió hace un par de fines semanas, y que, no este, sino el otro, es cuando "X" pasa, o "iré a", o "volveré de", o "vendrá X".

Me he dado cuenta  de mi amnesia semanal porque una compañera me ha recordado que es miércoles, y de repente he recordado que es ella, la más cercana a mi escritorio, la que siempre me recuerda el día de la semana.


No me suelo olvidar que vivo en lunes, cuando es lunes, ni que vivo en viernes cuando es viernes. 

El martes, por ejemplo, se me hace siempre un día eterno, y quizá por eso, y porque sigue al lunes siempre que trato de descifrar en qué día vivo, no me olvido del martes.

El jueves, desde siempre, era mi día favorito de la semana, más que el viernes; y después el sábado.

Creo que el sábado es el día de la semana que más me gusta.

No sé por qué, pero es como un día mío, precedido de nada y seguido de nada. Algo especial.

Los domingos, en cambio, siempre me han parecido la epítome de la depresión y el aburrimiento. 

El peor día de la semana para mí, peor aún que el temido, odiado, nefasto e impropio lunes de los infiernos.

No sé de donde sacan los cristianos eso de que el Señor descansó el séptimo día (ni de donde que una semana tiene que uno, existir, y dos, tener siete días).

 En fin, ya que estamos, que alguien me explique por qué en los calendarios del mundo Anglosajón el domingo (Sunday) es el primer día de la semana, y en el resto del planeta es el último (aunque creo que en el mundo Luso es parecido al sistema anglosajón). 

Es obvio que uno de los dos está equivocado ya que el domingo no puede ser dos días a la vez. 

O termina la semana, o le da comienzo.

Creo que algo tiene que ver con el Sabbath de los judíos, aunque tampoco controlo el tema mucho como para hablar de él, pero es obvio que las palabras Sabbath, y Sábado tienen mucho en común, lo cual reinforzaría la idea de que es el último día de la semana, y el domingo el primero. 

En fin, ¿quien decide estas cosas? 

De necios

AOG, Madrid

Hace un mes más o menos, me encontré en la mitad del barrio de Salamanca, una pila de revistas Time de hace 30 años. Para mi, un tesoro. No sé quien las dejó ahí, apiladitas, como para que alguien las llevara a casa y no acabaran en la basura (aunque estaban al pie de un contenedor). 

Su dueño, quizá, había fallecido, y la persona encargada de velar por estos documentos decidió desacerse de ellos, pero a sabiendas de que podrían tener algún valor.

Además de lo interesante que es leer documentos referentes a la Guerra Fría "en tiempo real", es todavía más interesante ver el como han cambiado algunas cosas, y como no lo han hecho otras, aunque hayan pasado 30 o 35 años.

27 de junio, 1977

Esa es la fecha cuando Adolfo Suarez salió en portada. 

La democracia española era entonces algo nuevo, interesante, esperado y anhelado - y no solamente en España. 

Algo también sumamente frágil. 

En aquella era, este país era motivo de discusión en el extranjero. El dictador había muerto, la democracia era aún algo que igual no hiba a cuajar del todo. 

Era además una monarquía en un mundo polarizado, en pie de guerra, pobre, ambriento y lejano de acomodar "lujos" exóticos tales como una restauración Real. 

Durante algunos años más, el país y sus avatares eran motivo de discusión en revistas como Time, y en los periódicos de las capitales europeas y occidentales. 

Probablemente menos en las demás capitales. 

Y con el tiempo, poco a poco, el país se fue convirtiendo en uno de esos países de los que no se suele hablar mucho, a menos que, claro está, ocurra alguna desgracia en él. 

España se fue, como dicen los británicos, "belgicanizando".

Es decir, se convirtió en un país de esos en los que nunca ocurre nada de interés, como Suecia, Luxemburgo, Puerto Rico, Japón, Canadá, etc. por decir algunos.

No es que España sea un sitio aburrido, sino que pasó de ser un problema para las potencias, a ser un país más o menos normalito con todo lo bueno y lo malo que esto conlleva.

En otras palabras, es como si el vecino del quinto por fin vendió el piano y podemos descansar por las tardes.


Desde entonces hasta ahora, es cierto,  España ha cambiado, y desde fuera, el cambio, ha pasado desapercibido ya que a nadie le interesa conocer mucho de los países "estables" más allá de si nos sirven para algo, o no. 

En el extranjero España es un país más o menos interesante para aquel que se moleste en conocerlo un poco, pero no es que sea un país que destaque más allá de los tópicos que, por desgracia, siguen vivitos y coleando. 

El turismo, los toros, el flamenco, la paella, son cosas que se siguen asociando a España de la misma manera que la torre Eiffel se asocia a Francia, la estatua de la libertad a Nueva York, o el arroz a China.

La otra España, en la que vive la mayoría del país, está ahí, calladita, sin molestar, y no es motivo de portada en ninguna parte. Y mejor que sea así.

Sin embargo, de un tiempo a esta parte, en España han empezado a pasar cosas, unas buenas, otras no tanto, que han hecho que el país destaque un poco. 

Entre las buenas, el mundo del deporte. 

Alonso, Gasol, Nadal, son buenos embajadores, aunque lo único que ellos de verdad venden es su talento.

Entre las malas, la corrupción, los desmadres inmobiliarios de las costas españolas (que a tantos alemanes y británicos han dado más de un dolor de cabeza), inclusive el terrorismo, que sigue siendo motivo de desencuentro con la prensa de algunos países que se empeña en tildar de "nacionalistas" o de "separatistas" a un grupo que es, esencialmente, terrorista.

Y mientras que países tan dispares como Alemania y Argentina han hecho mucho por condenar y ajusticiar los regímenes no democráticos de su pasado, por desgracia, en España, el pasado franquista sigue siendo una piedra al cuello de algunos partidos políticos. 

Y desde hace un par de días, España, y su pasado y legado franquista, han vuelto a las primeras páginas de los principales periódicos europeos. 

En Reino Unido, por ejemplo, The Guardian habla así del juez Garzón.
Y la entradilla del artícula reza:

"Treinta y cinco años después de la muerte del General Francisco Franco, España está finalmente enjuiciando a alguien  conectado con los crímenes de su dictadura y de la Guerra Civil que la precedió.

Desafortunadamente, el acusado en el caso es Baltasar Garzón, el juez que buscaba investigar esos crímenes."

No es el único medio en hacerlo.

También lo hace el New York Times: "Una injusticia en España".

Y Le Monde, e Il Corriere Della Sera, y Spiegel, y Al Jazeera. Por no hablar de los medios en hispanoamérica.

Me pregunto qué es lo que está pasando en España que ha conseguido que el país vuelva a  ser motivo de discusión, pero por las peores razones.

¿Qué ha ocurrido? O mejor dicho, ¿qué no ha ocurrido? ¿Estamos perdiendo el norte entre tanta crisis, especulación y corrupción? 

Garzón irá al tribunal de La Haya como una especie de premio foráneo a una tragedia nacional.

Decir que es una vergüenza lo que ha pasado es decir poco.

Y que algunos medios en España critiquen a la presidenta de Argentina por atreverse a opinar del caso, cuando justamente ese país ha dado grandes pasos para enjuiciar los abusos de sus dictaduras, haciendola, pues, una gran conocedora del tema, me parece de necios.

martes, 18 de mayo de 2010

Perspectiva aérea

AOG, Madrid

Hoy tuve la suerte de encontrarme en la bellísima y nuevísima Terminal 1 del aeropuerto de Barcelona. 

Camino de ella, desde la plaza de Cataluña, descubrí en un autobús, que las mujeres en España, si se lo proponen, son capaces de comunicarse sin alzar la voz. 

Delante mio viajaban dos chicas que, al ver que en el último asiento del vehículo, unos centímetros por encima de ellas, iba un oyente, decidieron utilizar toda su educación y su ingenio para no molestarme y, a la vez, no inmiscuirme en sus vidas personales.

Era muy temprano por la mañana y lo agradecí. 

Supongo que hablarían de tantas cosas como les permitió el recorrido, aunque la falta de volumen, de alguna manera, disminuyó la urgencia que los eventos en las vidas de las mujeres suelen tener. 

Llegué con una hora de adelanto, lo cual me permitió disfrutar del espacio aeroportuario. 

Me encanta ese suelo negro reflejante que han conseguido las baldosas oscuras y brillantes de la terminal.

Al rato, me acerqué a la puerta del avión, esperando ver una cola de gente esperando.  

No había avión, ergo no había cola. 

Me acerqué al mostrador a preguntar si el avión iba con retraso. Había tras él dos personas. Un chico rubio, joven, de origen Este europeo, y una chica morena, gordita, de origen hispano caribeño.

"Hola. ¿Va con retraso?"

(Al unísono)

Él: "No"
Ella: ""

"¿Sí o no?", espeté.

(En Estéreo)

Él: "No."
Ella: "Sí, abordamos en unos diez o 15  minutos".

La naturaleza de la ocasión me dejó atónito.

Normalmente esperamos que las cosas funcionen a la perfección, y neganos que vayan mal, para no descarrilarlas. 

Error grave, ya que todo tren cuya rueda deja la vía, acaba descarrilado por mucho que se niege

La actitud del joven me pareció la típica reacción del mundo moderno que niega la evidencia con tal de que no se note la realidad. 

La realidad siempre es algo que al mundo moderno le aborrece. Creo sin equivocarme que en nuestra sociedad pedimos que la respuesta sea la del chico: "No hay problema alguno, todo va acorde al plan". 

No queremos saber que hay problemas, y si los hay, no nos interesan, nos interesa que las personas pertinentes los arreglen o estén en ello. 

Una postura muy cómoda, he de admitir, pero que rara vez refleja la verdadera situación de las cosas, ni su resultado.

Hollywood nos ha hecho pensar que el que paga manda, y esperamos que nuestras vidas las mejoren los demás porque, al fin y al cabo, para eso les pagamos.

Sin embargo, la reacción natural de la chica caribeña se asemeja mucho más a la vida como en verdad funciona fuera de EEUU, con la diferencia que a ella, la realidad le asusta mucho menos. 

Quizá porque está consciente de sus fronteras y sus capabilidades con los pasajeros cuando el avión está por aterrizar. 

No le dio miedo en absoluto romper con el protocolo europeo de siempre y admitir, es más, revelar, que el avión no solo no había llegado, sino que venía retrasado. 

Supongo que como la aerolínea ya pasa de dar dádivas por los retrasos, el que sepas que vas a llegar tarde les da ya igual, y esta chica no estaba forzada a hacer nada por nadie en ese momento.

No la acuso de nada, es más, admiro su manejo de la situación y su animadversión a mentir al cliente.

No hay avión, sí hay retraso, no hay nada más que pueda hacer por usted ahora mismo, así que regrese a su asiento y no moleste. 

Normal. Es la mejor manera de no tratarte como si fueses idiota y de que no pase lo que le pasó a esta pobre mujer (yo la entiendo y estoy con ella, también he perdido algún vuelo alguna vez):



Aunque es cierto que normalmente las sociedades menos pudientes de Hispanoamérica funcionan muchas veces casi de milagro, fue un soplo de aire fresco la actitud de esta chica, ante el secretismo oficial europeo de su colega de empleo.


Uno negaba la realidad (nadie se pregunte más como Grecia ha conseguido engañar a tanta gente durante tanto tiempo respecto a sus cuentas), y la otra simplemente te decía la verdad para que tú mismo saques tus conclusiones y te busques la vida durante "un ratico".

Sé que no se dará muchas mas veces esta año, pero de momento, me alegra que se diera hoy. 

Me gustó saber la verdad por una vez. 

No pasó nada. No se hundió el mundo, ni ocurrió una calamidad.

¿Hasta cuando me durará esta inopia emocional?

No nos engañemos, todos llevamos una señora china gritona y desesperada por dentro.

lunes, 10 de mayo de 2010

Jaquecas varias

AOG, Madrid

¿Semana mierdosilla? Sí señor.

El que esté escribiendo esto no es más que un monumento a mi paciencia y saber estar ya que después de los eventos de la semana pasada, me sorprende que esté vivo para contarlo.

No, no tuve un accidente de coche, pero si sufrí varios accidentes de la vida.


Goodbye Laptop

Primero que nada, el portátil. Murió. 

Estaba en casa, surfeando el internet, cuando de repente, sin más, la pantalla se quedó negro cuando Madame Mère apagó la luz del baño. 

El aparato seguía encendido, pero sin imagen. 
Lo apagué como mejor pude, y lo volví a encender. ¿Para qué? Para nada. 

Menos mal que tengo un Mac para sobrevivir.

Fechas nefastaloides

Después, sin yo haber movido un solo dedo, me llegó un correo de una empresa que me pregunta si estoy interesado en presentarme a un proceso de selección de personal. 

Me interesaba el aspecto internacional del puesto, y, al cabo de un día, por curiosidad más que nada, respondí que me interesaba acudir a la cita. 

Se concertó una fecha pero se concertó equivocadamente por ambas partes. 

El día y la fecha no concordaban, aunque no me di cuenta hasta el día de la entrevista cuando se me ocurrió leer el mail. Y ellos tampoco. 


Llamé a la empresa explicando lo ocurrido y asegurando que iría esa misma tarde a la hora acordada, y se me informó de que me habían estado esperando el día anterior, que sentían el error, y que en cualquier caso guardarían amablemente mi currículum para otro momento.

Decir que me sentí como un idiota es decir poco. Me entró un pánico espantoso ante la falta. 


Todavía me espanta el pensar en ello. 

No es que busque empleo, es sólo que me pareció una descortesía inmensamente innecesaria y todo el asunto no fue un buen reflejo de mí mismo ni de como suelo operar.

Mi pareja tuvo la buena cabeza de decirme lo que mi señora hermana me dice siempre: "las cosas pasan por una razón. No te agobies". 

Volcanes y vuelos


Tras una visita de dos semanas, el sábado, tuvimos gabinete de crisis en casa al no saber nada del paradero de mi señora hermana que venía a buscar a Madame Mère para volver con ella a Reino Unido en avión, justo cuando aeropuertos, nubes volcánicas y demás fenómenos relacionados con Islandia decidieron una vez más hacer de las suyas.




Desastrillos varios

También sufrí la explosión de una bombilla en el baño, la pérdida durante varios minutos de las llaves de casa (más de una vez), una intoxicación por comer una chuleta en mal estado, un dolor de cuello por dormir en el sofá, jaquecas varias, fatiga y hasta insomnio. 


 Igualmente, unos amigos me hicieron partícipe de una conspiración de la que se habían enterado y que me hizo muy poca gracia saber de ella. 

Nada serio, pero conspiración al fin. 

Por otra parte, fui a mi banco a ver el estado de mis finanzas y me topé con que si no estoy apuntado en la sucursal de al lado de la oficina, me cobran por darme el saldo del mes (ya que el cajero me da el saldo sólo de los últimos siete días). 
 
Este aspecto de la banca española de verdad que me desespera. 

 Viernes de viruses 

Ya por último,  el viernes un virus mandó desde mi correo electrónico un mensaje a todas las direcciones de la cuenta. 


Me tuve que disculpar con mucha gente, y, por desgracia, descubrí que seguía manteniendo las direcciones de varias personas con las que dejé de hablar hace tiempo. 

Esto lo descubrí cuando me empezaron a llegar mensajes que me pedían educadamente una explicación de parte de personas con las que hace tiempo no me comunicaba. 

Muchos no me han respondido aún y dudo que lo hagan, aunque a los que lo hicieron fue embarazoso el tener que responderles de manera fría y eficiente. 

Hubiese sido mejor que no hubiese pasado nada. 

De Cajas Madrides y homofobias.... 

Hoy (semana nueva) acudí a mi oficina  para toparme con que la amable señora del mostrador me lanzó de mala manera la libreta, después de haberme informado (o más bien, mandado) que hiciese el favor de actualizar la libreta en el cajero más a menudo.

No le respondí por educación, pero lo de que me lanzara la libreta porque estaba molesta me pareció grosero.

Después de hacer cola casi 25 minutos me dice que estoy haciendo a los demás esperar.

"Perdone, pero si los clientes esperamos es porque ustedes han abierto un único puesto, cuando en verdad pueden abrir dos"

Mi respuesta no le gustó nada. Se trató de quitar el muerto de encima diciendo que eso no era culpa suya, lo cual asentí y le recordé que no le había culpado a ella de eso, sino a su jefe -quien estaba tras de un cristal gigante  mirando hacia la calle y respondiendo mensajes en el móvil desde su cómoda silla mientras unas diez o 12 personas esperaban en la cola-.

Como para despejarme un poco, acudí al Diurno a tomarme un café y leer el periódico.


Al poco de sentarme, se sentó un chico en el sofá de enfrente sin café ni nada. 

Al rato llegó su amigo con una bandeja de bebidas y no les presté más atención. La verdad es que las noticias económicas que estaba leyendo me tenían más interesado que cualquiera de los dos. 

Al menos hasta que escuché la palabrita.

"Sí, ese maricón", oí de repente con todo el desprecio del mundo. No sonaba a broma, ni a chiste.


Alcé la vista para ver quien hablaba. Eran ellos dos. 

Al ver que los miraba repentínamente, me soltaron esa mirada cómplice entre los heterosexuales que hace las veces de código encubierto de los prejuicios. No me lo podía creer. 

No compartí el momento, pero ellos, o les dio igual, o malinterpretaron la mirada que tenía. 

Siguieron hablando en voz alta y utilizando la palabrita.


Yo, por mi parte, estaba atónito. No podía creer que en la mitad del barrio gay de Madrid este par de energúmenos estaba despotricando libremente. 


Lo más curioso es que, al principio, yo pensaba que ellos mismos eran homosexuales. Pero me equivoqué. 


Tristemente, cuanto más hablaban más se crecían, más machorros se ponían, y más me entraban ganas de decirles algo. 

Sin embargo, la verdad es que no sé exáctamente ni de quien hablaban, ni si estaban insultando a alguien (aparte de a mi, que ya estaba insultado) en particular, presente en el bar, o  no. 

Ante la duda, opté por no decir nada hasta tener más información, pero la verdad es que estaba tan molesto que lo único que se me ocurrió fue marcharme y dejarlos nadando en su ignorancia y necedad.

 El día aún no ha terminado pero espero que esta semana acabe mejor que la anterior.

jueves, 6 de mayo de 2010

Belleza en el Golfo de México

AOG, Madrid

Cuando era joven viví cerca del Golfo de México unos años.  Recuerdo ir con mi familia a las playas de Galveston, en la costa. 

Era curioso el paraje. Desolado. 

Con unas arenas blancas y suaves. El agua, sin embargo, era otra cosa. Uno entraba en el mar y salía con unas manchitas en la ropa y el cuerpo. Era chapopote. Crudo. Petróleo.


Las aguas del Golfo no viven como cristalinas en mi memoria, aunque no por eso son menos románticas.

Estos días, el cuerpo acuático está mucho en las noticias. La plataforma de BP que explotó, y sus consecuencias, provocando un desastre ecológico en la zona, salen día tras día en las noticias.

Hoy, por casualidad, encontré una serie de fotos en el Los Angeles Times.

Me pareció curioso la belleza de algunas de ellas. Curioso pero bienvenido. 

En cierta manera, como solo el arte puede,  mitigan la catástrofe ecológica, que no deja de ser apocalíptica cuando menos.   

Es irónico que de un desastre pueda surgir algo bello, pero así es.

¿No es bella esta  extraña imagen? No es que lo que ocurre sea bello, es solo que el fotógrafo busco lo bello dentro de lo abominable.

Aún a pesar de la pérdida de vidas humanas, que de esto en Europa se habla poco -aunque para las familias implicadas es, probablemente, el único desastre que les importa-, es difícil no sentirse pequeño ante el espectáculo, por escabroso que sea. 

Esta foto me recuerda a esa juventud en Jamaica Beach, con el Golfo y sus plataformas en el horizonte.

 Es curioso como el hombre aprende a vivir con todo esto a su alrededor y como esto llega a formar parte del paisaje, por dañino que sea. 

Yo, la verdad, entiendo que nuestra sociedad vive del petroleo. 

Aún recuerdo que en México me enseñaron que petroleo había hasta en los helados. 

Una locura, ¿no? 

Pero no puedo actuar como si estuviese ultrajado por ello. 

Es cierto que lo que está ocurriendo ahora mismo es una tragedia, pero no deja de ser parte de la vida moderna. Como todas las demás tragedias.

 Esta otra imagen, que no es más que veneno en el agua para los seres vivos, me recuerda a un lienzo impresionista, ¿no?  

O a algún cuadro del austriaco  Klimt. 

Normalmente el arte refleja la naturaleza, pero aquí la naturaleza refleja el arte, aunque sea con su propio lenguaje.
 Claro que, si nos ponemos poéticos, toda belleza pretende un precio, y el mar estará así durante mucho tiempo, algo cuya belleza no justifica la pérdida de vida animal, y vegetal, medioambiental,  además de las pérdidas económicas para las personas y empresas que viven de la pesca, el turismo, etc. 

Siempre se lee que de cada desastre alguien se beneficia. 

En este caso, no doy con quien puede ser. Mejor así.





domingo, 2 de mayo de 2010

Primavera subjetiva

AOG, Madrid

Normalmente en España, al llegar la primavera, el tiempo cambia en manera ascendente. 

Es decir, los días se van haciendo poco a poco, y grado a grado, más calientes hasta que el verano toma el relevo y la península se cuece viva. 

Digo normalmente porque este año no ha sido así. Parece ser que antaño, tampoco lo era. 

Me cuentan que antiguamente la primavera era una estación de cambios súbitos, de lluvias y chubascos repentinos, seguidos de calores y sofocones. 

Pero en algún momento de la historia, dejó de ocurrir con tanta exactitud. 

De un tiempo a esta parte, el clima era un termómetro en alza donde llovía poco, o nada, hasta el otoño. 

Este año, sin embargo, no ha sido así. Esta mañana, en el quiosco de al lado de casa, la quiosquera y una clienta hablaban del tiempo.

"Como han bajado las temperaturas"

"Es cierto; dicen que mañana llueve"

"Menos mal, porque este calor no hay quien lo aguante"

Me sorprendí porque en España, la mayoría de la gente no suele hacer ascos al calor. Ya se pueden estar asando vivos que el país, cuanto más caliente, mejor.

Siempre me ha sorprendido que piensen así. No todos, claro. Hay personas que no les gusta el calor, pero son las que menos.

Esta tarde me junté con dos amigos. Uno de Nueva Jersey, y otro madrileño. En un momento de la tarde nos pusimos a hablar de las ciudades preferidas de cada quien. 

El madrileño enseguida dijo que le encanta Granada, y se sorprendió al saber que ninguno de los otros dos habíamos estado ahí.

"¡Pero si es maravillosa! ¡Preciosa!"

Aún así, no la conozco. Ni mi amigo tampoco (aunque a él, viviendo en EEUU como vive, se le puede excusar la omisión).

"¡Pues tienes que ir!"

"Sí, ya iré"

Más tarde, pensando en mis palabras, me puse a pensar en la de veces en la vida que la gente nos dice algo que, en principio, puede ser sorprendente para nosotros, o bueno, o que se puede convertir en una ventaja de algún tipo. Y no hacemos caso. 

Solemos decir que sí, pero por dentro sabemos que de momento -o para siempre-, la respuesta será que no. Ni hablar. No es que no nos interese la propuesta, es que simplemente no cabe en nuestra vida.

Podría ir a Granada, y conocerlo, pero de momento no cabe ese pensamiento en mi vida. 

Y a veces me pregunto si eso está bien. Si deberíamos escuchar un poco más a los demás, y un poco menos a nosotros mismos. 

Es dificil, lo sé. Casi imposible, y totalmente improbable. Pero casi imposible no significa imposible del todo. Solo significa que no ocurrirá si de nosotros depende. 

Lo cual es extraño pues, y ya lo dicen las ciencias orientales de la filosofía, todo depende de nosotros. 

¿Debería ir a Granada? No estoy opuesto a la idea, pero, ¡Granada! La idea me produce un rechazo. No la ciudad, eso no. No me interesa la Alhambra tanto como el palacio de Carlos V. 

Lo siento, cada loco tenemos nuestra neura particular, y la mia es esa. No es que no quiera ver la Alhambra, claro que quiero verla, es solo que me parece más interesante el palacio renacentista. 

Pero ahora mismo, en mi vida, con todo lo que tengo encima, me parece un mundo el irme a Granada ahora mismo. Una locura leve. ¿Una locurita? Si lo pienso, en breve me doy cuenta de que no cabe en mi vida ese viaje. No ahora mismo. Quizá más adelante.

¿Y qué viaje cabe en mi vida ahora mismo? Pues, sin ir más lejos, irme a San Petersburgo. De alguna manera, la lógica que rige mi vida (y cada uno tenemos la propia) me indica que tiene más sentido que yo haga más por irme a Rusia que a Andalucía. 

Sí, lo sé, locura total. Pero en mi cabeza tiene más sentido una cosa que la otra.

¿Será por eso que las personas escuchamos poco a los demás? Quizá los intentos de doblegarnos a la lógica ajena se topan con nuestras defensas naturales y todo pensamiento foráneo a nuestro entendimiento (por equivocado que esté) es rechazado a priori.

Obviamente, no estoy del todo convencido que esto sea saludable, ni mucho menos recomendable.

Sófocles

Recuerdo un personaje que siempre me ha confundido por lo ilógico de su existencia. En la obra de Sófocles Edipo Rey sale el famoso vidente invidente Tiresias.

Siempre me ha intrigado su existencia pues su don, y a la vez su maldición, es la posibilidad de ver el futuro (el don) y el que nadie le haga caso (la maldición). 

Nunca entendí de pequeño el como Tebas entera ignoraba a la única persona que, una vez tras otra, acertaba en todo. 

Pero ese era el castigo divino por haber visto desnuda a Atenea: la ceguera, y el premio por mediar entre los dioses -como asegura la mitología- : la videncia. 

Qué irónico, ¿no? Quizá los griegos ya sabían que la lógica personal estaba sobre cualquier lógica ajena, y, por ende, no había lógica alguna ya que todo en el mundo era relativo. Y supongo que seguirá siendolo siempre, aún a pesar de que a nadie le conviene que esto sea así pues alguien ha de ser siempre el recipiente de la sabiduría y el conocimiento arbitrariamente.

No podemos, como especie, permitir que todos nos acojamos a lo personal pues lo universal ha de imperar sobre todos. E pluribus Unum, como reza el lema del escudo de EEUU.

De no ser así, ¿no sería este mundo un desastre todavía mayor? 

sábado, 1 de mayo de 2010

Inmigrante universal

AOG, Madrid

Arizona acaba de aprobar una ley que promueve la persecución de seres humanos no blancos; de momento los negros están a salvo. 

No lo entiendo. Nunca entenderé como EEUU, país hecho de inmigrantes, es decir, la patria de la humanidad entera pues creo que no hay etnia que ahí no tenga un representante, de un tiempo a esta parte, se ha visto muy dispuesto a combatir la inmigración ilegal. 

Entiendo que ningún país se puede dar el lujo de abrir las puertas de par en par y que venga el que quiera. Esto lo veo como una precaución normal.

Quizá el problema es que no va el que quiere, muchas veces solo va el que puede. Pero ese no es el tema. 

El problema, para mí, siempre ha sido las razones de la inmigración. ¿Por qué se va la gente? Sí, hay tantas razones como hay inmigrantes. Pero suelen haber un hilo común que cose a todo el que se va.

En el caso de México y Centroamérica, es obvio: la pobreza.

Sin embargo, a EEUU, lo de los pobres parece que ya no le gusta. Hace años que tildó a los balseros cubanos de inmigrantes "económicos" y no políticos. 

Para EEUU, y supongo que para Europa también, el quitar el hierro de las ideologías a un grupo de gente que busca una vida mejor es fácil. 

Creerán que la gente en Cuba sólo se va de la isla por pobre. 

Y no dudo que la mayoría se va por eso. Pero no solo por eso. La presión política en la vida diaria del país caribeño es mucha. La he visto en persona, por diferido, en prensa, cine y música. No es que sea buena, es que se propaga mucho.

Se mete por todos los resquicios de la existencia cotidiana de las personas y les afecta. 

De la misma manera que hace el capitalismo, y la religión, y cualquier otro "universalismo" de los que nuestra especie hace alarde...¡y tenemos tantos!

¿No tiene la gente derecho a vivir alejado de la propaganda diaria del régimen al que tuvo la suerte/desdicha de haber nacido?

Igualmente, ¿no tiene un individuo el derecho a irse de su país a buscar mejor vida en otro? Parece ser que no. 

Parece ser que es mejor que te pudras en tu tierra, mientras yo me quedo tan pancho en la mía. 

Un mundo sin fronteras, ¡vaya entelequia! No lo veré en mi vida. 

Respecto a Arizona, la ley aprobada permitirá a la policía el parar a cualquier persona que crea que es un inmigrante ilegal y pedirle los papeles. 

La población hispana ya puso el grito en el cielo. ¿Qué significa? 

Significa que cuanto más moreno seas, cuanto más mestizo, cuanto más aspecto de indígena tengas, y más negro sea tu pelo, más posibilidades tienes de que la policía te pare aleatoriamente. 

Puede pasar varias veces al día. Varios días seguidos. Durante mucho tiempo.  ¿Es eso vida? 

Esta mañana estaba viendo las manifestaciones del primero de mayo en La Habana (por television claro). 

 Frase tras frase a favor de la "Revolución cubana", y en contra de EEUU, y, sorprendentemente, la Unión Europea. 

¿Europa?  Es típico de los gobiernos autoritarios ver enemigos por todas partes. Cuba es un buen ejemplo de esto. Al igual que Corea del Norte. Y China. Y Venezuela. Pero lo de Europa me parece ya ridículo.


El que esté libre de culpa...


Pero antes de apuntar a EEUU, a Arizona, y de decirle a Shakira que bien hecho, quizá haya que mirar a los países emisores de inmigrantes. 

Nadie les pregunta por qué no hacen nada para que se vayan menos personas. 

 Es curioso ver al presidente de México denunciando la medida del estado americano fronterizo. La noticia en inglés aquí.

¿Nadie le pregunta nada a él? Señor Calderón, ¿por qué México tiene tanta gente que se marcha? ¿por qué no hace el Gobierno mexicano más por los suyos? O sea, ¿por qué tanto pobre en un país tan rico?

Es muy fácil denunciar las atrocidades que hacen los demás contra sus ciudadanos. 

Pero, ¿y las que hacen ustedes mismos? 

No pienso que el Gobierno mexicano, o el hondureño, o cualquier otro Gobierno Americano hoy en día, se pasa las horas del día pensando en maneras diferentes de molestar a sus ciudadanos. 

No, no creo esto. 

Pero si creo que el no hacer nada para ayudar al pueblo es casi igual o más peligroso que hacerlo. 

La negligencia de los gobiernos hacia sus ciudadanos, de momento, no está penada por ley; ni creo que lo esté nunca.

Curiosamente, en España, dada la situación económica, la gente, una vez más, ha empezado a irse. Pero de momento, no se habla mucho de esto. 

¿Será que están malacostumbrados al fenómeno?