martes, 23 de diciembre de 2008

Tazas y amistades: las resquebrajadas

AOG, Madrid

Más de una vez me han dicho que todo en la vida tiene una explicación, aunque nosotros no lleguemos nunca a conocerla.

Siempre he pensado que si no la llegamos a conocer, ¿de qué nos sirve saber que un fenómeno tiene una explicación si no vamos a saber cual es?

Supongo que será para no caer en la superstición que, al fin y al cabo, es el arte de aplicar un aire sobrenatural a todo aquello que nos acaece y que no podemos explicar y de, ya que somos animales racionales, evitar que algo malo nos ocurra.

Hace poco en otro post escribí acerca del mal de ojo aplicado a mi persona. Me gustaría decir que ha pasado, pero no sé si es así.

He dejado de romper cosas, aunque el otro día el jamón que me regalaron se las arregló para romper la bolsa de plástico que le aprisionaba y se tiró al vacío rompiendo el recogedor de plástico en 1000 pedazos (no sabía que el plástico podía recrear las propiedades del vidrio tan fielmente). Creo que eso fue más estupidez propia que mal de ojo.

Sin embargo, en la oficina algo curioso ocurrió. Resulta que tenía una taza de cristal que compré en el Burger King junto con un menú hace un par de meses. Era una taza súper maja de Indiana Jones; con un avión y todo. Me encantaba.

Un día, al servirme un café, el vidrio comenzó a resquebrajarse en mi mano. No estalló, pero era un ruido y una sensación muy extraña y poco familiar.


Acabé tirando la taza por si acaso.

Entonces me puse a buscar la primera taza que compré para la oficina: una taza básica de Muji que en su día tuvo una carpa dibujada con rotulador de DVD azul y rojo que se borró la primera vez que la lavé y quedó decorada con puntitos de colores.

Algún compañero la estuvo utilizando pues nunca la veía en la repisa, aunque tampoco la vi en ningún escritorio.

El caso es que cuando la encontré ayer, estaba ésta también rajada. La tiré a la basura.

Me compraré una nueva en enero.

Ayer noche estuve con una amiga muy querida que, de alguna manera, a regresado a mi vida. A veces los amigos se van y, si tienes suerte, vuelven a ti, aunque claro, esta es la visión egoísta del tema ya que ella no regresó a mi si no que, simplemente, volvió a Madrid y ayer la vi , por fin, dos meses después de su retorno.

Me contó, un poco por encima, acerca de su reciente vida. Antes de volver a Madrid una de sus mejores amigas tuvo un ataque de algo que ha afectado la amistad.

No sabe bien si fueron celos, envidia, o qué. El caso es que ella no estaba preparada para el drama. Aún está dolida.


Hace un mes y medio yo también tuve una situación parecida con un amigo inglés muy querido.

No estoy dolido ni molesto con él, pero si hubiera preferido no haber visto ese lado de su personalidad. Sobre todo porque me pareció infantil y aún no le veo explicación ni motivo.


A diferencia de mi amiga, ambos hemos hablado y todo va bien, creo. El tiempo lo dirá.

"¿Por qué pasan estas cosas?"

Mi amiga se preguntaba esto ayer por la noche. Yo, hace años, también me lo preguntaba cuando pasaban. Hoy en día ya no me pregunto por que pasa lo que pasa.


Simplemente trato de lidiar con ello lo mejor posible y, si creo que merece la pena, trabajo para que el río vuelva a su cauce.

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