martes, 16 de diciembre de 2008

Economías raras 2008

AOG, Madrid

Este fin de semana estuve en Barcelona. Por la noche, camino del cine, me enteré de que precisamente ese día, los precios de los taxis subían porque, al bajar el número de clientes, el sector se siente con derecho a que sus ingresos no se vean perjudicados, a diferencia del resto del mundo. Crisis para todos menos para ellos. Claro.

Esto se suma a que, por las noches, para asegurar que haya más taxis por las calles de la ciudad condal, los taxis ahora cobran dos euros más a la bajada de bandera.

Porque ellos, hay que entenderse, están cometiendo un sacrificio supremo al hacer su trabajo a ciertas horas del día o, en este caso, de la noche y en fines de semana.

Al volver a Madrid, en el metro del aeropuerto a casa, leo en el periódico que el metro y el transporte público en la capital hará lo mismo ante la bajada en el recaudo por transporte público.

He de entender que el transporte público, en tiempo de crisis, en vez de ser más barato para que el contribuyente se dé un respiro, contrariamente a toda lógica, se encarece para que … bueno, la verdad es que no sé por qué se encarece.

¿Por qué se encarece el transporte público si es público y no privado?

Me pregunto si los taxistas y el metro de Madrid bajarán los precios cuando suban los recaudos.

Es decir, si los clientes vuelven a los niveles pre-crisis, como lo acabaremos haciendo algún día, ¿es posible esperar que los precios bajen?

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