viernes, 6 de febrero de 2009

Heráclito y los infiernos

AOG, Madrid

Ayer tuve el placer de cenar en casa de una buena amiga y disfrutar de su conversación y compañía hasta las mil. Mientras cenábamos, hablamos, curiosamente, de la Unión Soviética.

Unos famliliares suyos vivieron en Moscú un año en la época de la Perestroika.

Durante un buen rato escuché con mucho interés las costumbres y la vida en aquella parte del mundo en esa época. Siempre me ha interesado la región. Escuche historias de espías, de mentiras, de escasez. Finalmente, escuche una bella historia de amor. De las que se suelen hacer películas. O se solían hacer.

No la relato puesto que implica a personas que aún viven. Además, no es mía para relatarla.

Después de la medianoche hablamos de libros en general, pero específicamente del buen releer de libros.

Le comenté que, aunque lo hago poco, sí ha pasado que, con el tiempo, vuelvo a algún libro y leo cosas que se presentan como si fuese la primera vez que las leo.

Como si las páginas salieron solas en el intervalo literario.

Es porque no tenías edad de verlo”, me dijo.

Me gustó la idea. Primero que nada, por verídica. Es cierto que la edad que tenemos nos influye inclusive más de lo que pensamos. No entraré en el debate Heracliano, pero es cierto que uno cambia con el tiempo. Inclusive de minuto a minuto.

ποταμοις τοις αυτοις εμβαινομεν τε και ουκ εμβαινομεν, ειμεν τε και ουκ ειμεν τε

Y segundo porque, en un momento transcendental y nocturno, me gustó la idea de que los textos se desvelen con el tiempo, lo cual hace que cualquier única lectura de cualquier texto sirva sólo para un reducido momento en el tiempo y el espacio. Es decir, en nuestras vidas.

El Infierno

Curiosamente, camino de casa de mi amiga Rusia estaba en el aire. Premonición. El taxista que me llevó tenía la radio puesta. Me parece que era Onda Cero.

Resulta que estaban dando un programa que tenía una grabación hecha al principio de los años 1970 en la URSS.

Se trataba de un experimento que la Unión Soviética hizo en aquella época en el que trataba de perforar un agujero de varios kilómetros de profundidad en la península de Kola. Al final consiguieron taladrar unos 12 kilómetros dentro de la corteza planetaria.

En este enlace cuentan cómo fue el proyecto.

Lo que el artículo no cuenta, pero Onda Cero sí, es la grabación sonora que se supone que se hizo a esa profundidad.

Para muchos se trata del sonido del Infierno. En ella se escuchan gritos y alaridos y puede que alguna que otra palabra indescifrable, pero decididamente indoeuropea.

El taxista no dijo nada mientras escuchábamos la radio, y yo tampoco estaba por interrumpir la emisión.

Hoy, al hacer un poco de labor investigativa para este post, he descubierto por internet que se trata de una leyenda urbana.

Datos aquí.

En varios sitios se leen enlaces al supuesto sonido del Infierno. Yo he dado con este pequeño film que dramatiza la leyenda.

En YouTube (¿dónde si no?) tienen la grabación que escuché ayer.



Según la historigrafía de la leyenda, esta empezó a forjarse allá por los años 1980. Yo me enteré ayer.

En estos sitios se habla más del tema (aviso, algunas perspectivas son religiosas):

http://www.religioustolerance.org/chr_cul4.htm

http://www.truthorfiction.com/rumors/d/drilltohellfacts.htm
http://www.snopes.com/religion/wellhell.htm
http://www.paranormalknowledge.com/articles/


No quiero hacer una conexión quantico-espiritual pero sí me pregunto cómo esta leyenda urbana no llegó a mis oídos hace años. Siempre me han gustado los temas un poco esotéricos y paranormales y este, de alguna manera, siempre se me escapó.

No creo que haya algún mensaje escondido (al menos no más allá de "deja de creer en tonterías"), pero me ha parecido curioso.

La única lectura de que me atrevo a hacer es que el haber vivido en la Unión Soviética ha de haber sido un verdadero infierno para muchos. Creo que para la inmensa mayoría.

Y cuando pienso en el día de hoy, me alegro que los rusos no tengan que mantener aquel régimen más (aunque el de Putin también deja mucho que desear), y pienso en Cuba, y en lo mucho en común que ambos totalitarianismos tienen.

Confieso que escuchar el video de YouTube, da miedo. Es cierto. No es nada placentero.

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