lunes, 4 de septiembre de 2006

Madonna en Amsterdam



El concierto de Madonna en Ámsterdam de ayer empezó unas horas antes de que ella saliera en el escenario.

Para la chica italiana que me pidio 10 céntimos para poder pagarse el último billete que le faltaba para llevarla a ella y a sus seis amigos hasta la Ámsterdam Arena- estadio privilegiado en donde tendría lugar el concierto de Madonna ayer por la noche- el concierto seguramente empezó en ese momento.

Para Enrique, un chico mexicano con el que tomamos desayuno un par de veces en el hotel de Amsterdam, el concierto empezó días antes cuando salió de Oslo para venir a ver a Madonna.

Cuando estaba de camino al concierto, en el andén de la estación central, la conductora del tren, una señora de complexión fuerte y pelo rubio sale a gritos al andén para pedir a la gente que se baje. “
¡Señores, por favor! ¡Así no voy a mover el tren un centímetro!” “Hace bien. Si tenemos un accidente, ella es la responsable” pensé yo, pero no me moví un ápice.

No hubo malas caras, ni escenas de las que se suelen dar en otros países. La conductora, habiéndose cerciorado de que el tren iba seguro, se subió a la cabina y enfiló hacia la estación de Bijlmer, a cinco paradas de la estación central. Para mi, en ese momento acababa de comenzar el concierto.

Nada más llegar a la plaza que está abajo de donde te deja el tren, te das cuenta de los diversos tipos de admiradores que tiene Madonna. Desde un grupo de 5 chicos todos de blanco con una boa de plumas rosas hasta un grupo de mujeres de unos 45 años como edad media, todas peinadísimas, puestísimas, con las pestañas larguísimas y con unos tacones de aguja tan afilados que daba miedo pensar como acabarían esos pies al final de la noche.

También había un montón de chicas -de todas las edades- con sombreros de vaquero de color rosa y una diadema de diamantes en la cresta y otro tanto de chicos con el mismo sombrero pero de color azul. Todos haciendo cola de manera civilizada, riéndose, pasándolo bien. Todos con ganas de ver a Madonna. Era otro país, otra cultura. Otra manera, menos salvaje, de hacer las cosas.

Una vez dentro del Ámsterdam Arena- estadio cubierto y de enormes dimensiones con capacidad para 51 000 personas- hubo que esperar un buen rato antes de que Madonna saliera al escenario. Pero valió la pena. ¡Y con creces!

Primero, mientras que la gente llegaba, tres chicos que estaban en el césped, se apuntaron como animadores y estuvieron un buen rato tratando que los ahí presentes hiciesen una ola mexicana.

Al poco rato, y ya cuando por fin lograron una ola de entre 500 mil intentos, salió en escena el DJ Paul Oakenfold. Su set fue magistral. De Depeche Mode a U2 pasando por Miss Kittin, la música ayudó a ambientar la espera. Tras acabar su set de una hora, los animadores volvieron. Esta vez con más suerte. Claro, estábamos ya más a punto todos. Había ganas de marcha.

No solo las gradas hacían la ola, sino que el césped participaba también. Así estuvimos un rato hasta que, de repente, se oyeron unos pasos de caballo a pleno galope. Empezaron los gritos del público. Se apagaron las luces y el sonido invadió el espacio. El concierto acababa de empezar para todos.

Con una estética hípica impecable, el primer tramo del concierto se dio lugar. Entre arneses, fustas, látigos, monturas y estribos, desde el interior de una bola de cristal de discoteca gigante, cortesía de Swaroski, Madonna declaró “
Damas y caballeros, el espectáculo acaba de comenzar”. ¡Y como!

Cuatro números sacados de su último disco: Confessions on a dance floor, con coreografía más que espectacular es que lo siguió a las palabras de Madonna. Si el espectáculo hubiese acabado ahí mismo, los presentes se hubieran podido haber dado por satisfechos, pero lo que aconteció a lo largo de la noche tuvo el material suficiente como para llenar un circo de tres pistas.


Inmediatamente después de ver a Madonna hacer gimnasia sobre un toro mecánico, sus bailarines nos demostraron las últimas novedades del Parkour- la nueva tendencia parisina (y londinense) de saltar entre edificios y paredes haciendo atletismo- sobre un ring que desciende del cielo. Y mientras que permanecimos boquiabiertos por la pericia de los bailarines, empezó el set más polémico del concierto. Las seis pantallas nos bombardearon con imágenes de niños con Sida, de sangre a borbotones, de estadísticas escalofriantes. En África ahora mismo hay 10 millones de niños con sida.

En el 2010 habrá 20 millones de huérfanos por la enfermedad, y de estos, la inmensa mayoría morirá antes de cumplir los dos años. Mientras las imágenes conmueven, Madonna cantó “
Live to tell” crucificada en la cruz más glamurosa de la cristiandad- también obra de Swaroski- lo cual se ha convertido en la parte más polémica de su concierto.

Y uno no puede más que preguntarse ¿qué es más escandaloso y polémico, el que ella esté cantando desde una cruz, o las estadísticas que acaban de mostrar? Si aún quedaban dudas, Madonna se encargó de dar la dirección de la ONG de Bill Clinton para hacer las donaciones pertinentes antes de mandar a George Bush a la mierda.... o "
Fuck George Bush" que es lo que dijo literalmente.

Recuperados rápidamente de la escena más "
polémica"- que para muchos era “Divina” como dijo Miguel Angel Dionis y para otros explica que como “ella es la reina, es única” según Manolo Cacho de Zaragoza- el concierto siguió la vena globalizadora, y el cantante israelí Yitzhak Sinwani salió a cantar en escena con ella mientras una pareja de dos chicos se enamoraron en el escenario, uno con una estrella de David en el torso; el otro con una media luna y una estrella también en el torso.

Madonna y Sinwani cantaron
“Sorry” versión globalizada antes de que ella se metiese de lleno en sus raíces rockeras norteamericanas y cambiase de rumbo de nuevo, esta vez, guitarra eléctrica en mano, nos cantó “I love New York” como si fuese la versión femenina de David Bowie.
La misma guitarra nos acompañó mientras cantaba versiones acústicas (a lo Madonna claro) de “
Ray of Light”, “Let it Will Be”, “Drowned World” y “Paradise (Not for Me)”. Al poco tiempo, Madonna pidió al público que alzasen las banderas que trajesen y se puso a decir en voz alta el nombre de los países que ella veía.

Brasil, Escocia, Bélgica, México, Italia.....una bandera con un toro...no conozco a ese país....” algo que quedó obvio puesto que no viene a él de gira.

Y después de recibir unas flores, se paró en seco y le dijo a uno que le reconoce y habló con él: un chico italiano del público quien, tras regalarle un sombrero de vaquero, le confesó que la había visto este año 11 veces. Y nos dijo Madonna al final del set “
Este ejercicio es para que veáis la de personas de distintos sitios que puede haber en una misma habitación. Tenemos que respetarnos, y demandar la paz. No lo olvidéis”. Bueno, que cada quien saque sus conclusiones....

Quizá lo bueno de tener una carrera que empezó en los albores de los años 1980, es que tienes material para dar y para regalar, y Madonna lo tuvo. Tras un cambio de escena, enfundada en un trajo de pantalones blanco de
Gaultier, Madonna dejó atrás la acústica y nos llevó hasta los años 1970 mientras que cantaba “Disco Inferno” mezclada con “Music” seguida por “La Isla Bonita” y una versión sólo conocida por los fans más acérrimos puesto que nunca fue lanzada como sencillo de “Erotica” llamada “You Thrill Me”.

Y como último escalón de esta procesión
in crescendo nos cantó un “Lucky Star” que se desvestía y se convertía poco a poco, al igual que ella cambiaba de sastre blanco a maillot púrpura con corsét, en la canción que cerró el espectáculo “Hung Up”.

Y de la misma manera que comenzó, con luces, sonido y estrépito, el espectáculo terminó. Rápidamente, Madonna y sus bailarines dejaron el escenario vacío mientras que el público pidió más. Pero no hubo bís.

A los pocos segundos, unas letras de color rosa a la manera de escritura preguntaron desde el escenario
“¿Ya te has confesado?” No había dudas. El espectáculo había terminado para todos.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Me encanta q te lo pasaras genial en el concierto¡¡yo también fui y pertenezco al pais de la bandera del toro,SI QUIERES TE SACO DE DUDAS,fijate en los colores de la bandera y anula al toro; animal representativo de mi pais,ya te he dado dos pistas paleto¡¡tienes el mismo problema q Madonna con las banderas o q?q fuerte¡¡Madonna es lo mejor pero quedó como una paleta en Amsterdam,yo cuando viajo a otro pais por lo menos me dedico a conocer su bandera y Madonna ya ha estado en España unas cuantas veces ,la verdad es q no nos merece¡venga majo no vayas de listo contandonos tu maravilloso viaje a Amsterdam y quedes como un cateto hablando de cosas q desconoces quedas mejor con la boquita cerrada so cuadro¡¡dedicate a los mariachis no tenia ni idea q a los mejicanos os llegaran noticias del resto del mundo,y muxo menos las nuevas canciones de Madonna creía q ahora la tendencia en Méjico era true blue,fijate también aveces somos un poco paletos pero la verdad para lo q hay q saber de tu pais mejor desconecto¡

AOG dijo...

Lo primero es que no soy de México. Pero si lo fuera, México no es ningún país del cual avergonzarse. Lo segundo es que obviamente no tienes ni idea de lo que es la ironía. Si lees de nuevo la crónica del concierto, verás que aducía a la ignorancia de dos entes: 1- Madonna, y 2- el nacionalismo español que ha metido un toro en la bandera y piensa que el resto del planeta está al tanto de las tonterías que en este país tanto nos gusta armar.

Pero ante todo, un saludo y gracias por haber pasado por mi blog.