miércoles, 14 de mayo de 2008

Cuando un amigo se va

AOG, Madrid

Normalmente en mi vida, por desgracia, he sido yo el que se ha ido en mis relaciones amistosas. Es decir, mis padres hacían las maletas y a viajar. Adiós a todo y a todos. Un patrón que se repitió demasiadas veces en mi infancia.
Un patrón al que nunca me acostumbré.

Ahora, en mi, digamos, adultáncia, ha ocurrido menos. Pero ha ocurrido.

Hace dos años y pico hice las maletas y le dije adiós a 16 años en Londres.

Y ayer, le tuve que decir adiós a cuatro amigos recién hechos. Los chicos de Improcrash.

Son Argentinos y, después de cuatro meses en Madrid y España (porque han estado de gira por la península), se regresan en el vuelo de las 22:oo de Aerolíneas Argentinas.

Ayer por la noche fue su último show en el Beer Station de la Plaza de Santo Domingo. No hubo lágrimas pero sí muchos besos y abrazos, invitaciones mútuas a viajar, volver, venir, ir, escribir, leer blogs, mandar correos, mantenerse informados. En fin.

Es la segunda vez que me ocurre en Madrid. Ya el año pasado tuve que despedir a un amigo chileno.

Espero que no se convierta mi vida en una especia de puerta de hotel donde la gente viene, pasa, se hospeda y se va.

Ya me disgustaba cuando yo era el visitante.

Los voy a echar mucho de menos.

PS: Hoy recibí un mail de mi amigo chileno. Vienen él y su esposa al Norte. Primero a Turquía y luego a Madrid. Tengo ganas de volver a verles y poner en marcha mi plan.

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