miércoles, 10 de enero de 2007

A la búsqueda crucial de un lugar común apartidista

AOG, Londres

Cuenta un artículo de El País que para ETA, el alto el fuego sigue vigente. También que la ETA asume la autoría del atentado del aeropuerto de Barajas. Francamente no sé si esto me alegra, me entristece, o simplemente me confunde. Puedo entender el por qué lo dicen. Porque ven que sus objetivos a largo plazo no tienen resolución. Porque hay una división interna. Porque quieren que el gobierno sepa que siguen siendo poderosos. En fin, un largo número de etcéteras, posibilidades, teorías y confabulaciones que no explican nada.

Será porque ninguna explicación sirve; porque la violencia no tiene nunca explicación. Es intolerable. Siempre existe, como último recurso, el dialogo. Por no decir como únicorecurso. Hablando se entiende la gente, decía una campaña de Tel Mex. Parece ser que no es el caso en España.

Desafortunadamente, el gobierno español y la oposición siguen sin enocntrar, quizá porque no lo quieren ya, un lugar común. Ni Zapatero ni Rajoy tienen ganas de ponerse de acuerdo. Y tampoco parece que lo vayan a hacer. ¿Si entre ellos no pueden hablar y obtener buenos resultados, qué podemos esperar del proceso en sí?

Tras la reunión de ayer en Moncloa, esa parece ser la única conclusión, a pesar de estar (o al menos sentirse) semi obligados por la opinión pública a dar una mínima imagen de unidad tras el atentado de ETA en Barajas. En esto fallaron. Los partidos de ambos bandos parecen estar en constante ebullición por el coste electoral que la bomba de ETA, y la ruptura de la tregua van a producir en ambos. Y de momento, la paz es de nuevo la víctima del los figurantes.

El consenso en materia antiterrorista del mayor número de fuerzas democráticas, por no decir de todas, es, y siempre ha sido, imprescindible. Especialmente tras el atentado. Diría que es crucial que el gobierno y la oposición traten de buscar puntos en común que vayan más allá que los acuerdos entre PSOE y PP. Pero no parece ser el caso. Parece que en vez de reflexionar acerca de lo que ha pasado y buscar una nueva vía hacia la paz (aunque nadie está en guerra por mucho que Batasuna se empeñe) los partidos mayoritarios están haciendo cuentas y no se dan cuenta de que hay un asunto mayor que todo eso. Que hemos vuelto atrás. Que no es el momento de capitulaciones políticas.

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