lunes, 6 de julio de 2009

Perdidos en la tribu 2009

AOG, Madrid

Este domingo vi la final del programa "Perdidos en la tribu", un programa que se ha estado emitiendo en Cuatro desde el 3 de mayo. Abajo un clip del mismo.





Se trata de tres familias que son llevadas desde España hasta un destino exótico. Exótico al menos para los concursantes. No creo que ninguna de las tribus en cuestión se siente exótica en absoluto, y para ellos, seguramente, los exóticos son los que vienen de fuera.

He seguido más o menos el programa desde el principio. Se supone que el ganador es aquel que obtiene de la tribu en la que se aloja el distintivo de pertenecer a ella.


Los concursantes conviven con las tribus mentawai -oriundos de la selva indonesia-, himba -que viven en Nambia-, y bushman -que habitan en el Kalahari-, durante 21 días.

Desde el punto de vista antropológico, el programa me ha parecido fascinante. El ver como dos culturas chocan, se desprecian, y son incapaces de aceptar o incorporar algo foráneo fue fascinante.

Sí, sé que muchas de las situaciones son forzadas. Y que las familias hicieron lo que pudieron. En todas las tribus, tanto las domésticas como las extranjeras.

Aunque, hay que decirlo, hay tribus y hay tribus. Y también, hay familias y hay familias.

De las tres familias, la que más me decepcionó lo hizo por su constante hastío con la situación. No sé cómo lograron que la tribu en cuestión los llegara a considerar miembros de ella. Ni tampoco como no los mandaron a freir espárragos en más de una ocasión.


También es cierto que la tribu de esta familia en cuestión no era mi favorita. Siempre la percibí como hostil. Y cierto, la pobre familia que tuvo que convivir con ella lo tenía dificil.

Las otras dos familias, quien más quien menos, se adaptó a su manera a la situación. Tampoco me gustó mucho los destellos de hipocresía de algunas de las familias.

Una de ellas, tras ser dotada con un talonario por 50.000 euros, soltó que bueno, que si de ese dinero se podía volver a la tribu que lo harían. O no entendí algo, o el mensaje era una especie de intento a la buena educación.

Es decir, este dinero no nos alcanza para volver hasta ese sitio, o, bueeeno, claro, es que volver ahí.... Hubiese sido más elegante decir que o no podían, o que una y no más Santo Tomás. El fingir interés y bondad humana siempre queda mal.

Me preguntaba si la cadena tenía pensado volver a emitir la próxima temporada el programa. Sería interesante ver a familias más avispadas convivir con esos pobres individuos que viven en un estado muy próximo a la inocencia. Y la respuesta es que sí. Incluso están buscando familias para que participen.

¿Y qué hay que hacer? Llamar a un teléfono, y pagar 1,16
desde una red fija, o 1,51 desde el móvil. Iva incluído claro. También se puede mandar un email; ¡menos mal!

Sí, aunque se quieran cepillar a las hijas e hijos de cada familia. Eso es, supongo, de lo que más une a las familias.




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