AOG, Madrid
Este viernes al volver a casa del trabajo, decidí pasarme por uno de los muchos establecimientos regentados por ciudadanos chinos de mi barrio. De todos, es de los más grandes, que no es decir mucho, y, por desgracia, la señora que lo lleva me cae bastante mal.
Sobre todo desde el día que decidió que unos Cds en blanco, casualmente, valían más de lo que ponía el precio y subieron de precio en el momento justo en que fui a comprarlos.
Que conste que antes de aquel día, le había comprado unas tres veces el mismo pack de Cds en blanco al precio original.
Me imagino que la señora, o su marido, se dieron cuenta de que este artículo era de los pocos en su tienda que no costaba al menos un 55% más que en las demás tiendas del mundo con las que compiten, y decidió, en el acto, subirle el precio.
En mi contra, y a su favor. Algo que no harían jamás en el Corte Inglés.
Pero, de mometo al menos, los establecimientos chinos no son el Corte Inglés. No lo descarto en un futuro. Harrod's pertenece a un ciudano egipcio.
Nunca entenderé por qué en los comercios chinos todo es más caro, y lo imposible que se nos hace no comprar ahí. El caso es que desde aquel día, compro poco en ese local. Tampoco ayuda que la señora no sabe hacerse la simpática, y que cuando se hace la simpática, lo echa a perder. Prefiero a su marido taciturno. Me parece más verídico que sus falsos saludos.
El día que un tendero español les haga la competencia en serio, arrasa, me han dicho más de una vez algunas amistades.
Puede ser que sí, aunque no es que los colmados hispánicos sean mucho más baratos.
Lo que es cierto es que mientras don José cierra de 2 a 5, don Chin-Hua se queda abierto, como el Vips. Y nadie le hecha en cara al Vips lo caro que es.
Y eso cuesta. Vale. Lo entiendo.
Acepto rollito de primavera como animal de compañía.
Pero no tan caro.
En fin, estaba en la tienda y mientras que pagaba, por la cena de aquella noche, unos chicos de menos de 25 años estaban relatando entre sí sus hazañas y suertes con el sexo opuesto.
Uno de ellos, que seguramente no era gay sino que sería heterosexual -pero no heterosalido de la muerte como sus amigos-, contaba que había quedado con fulanita y tal hacía un par de días. Y nada había pasado.
Desde mi perspectiva pensé, "el típico niño bueno que no se come una rosca, alias, pagafantas".
Sus amigos, menos iluminados, se encaminaron sin dudarlo un segundo, en el sendero del insulto.
De entre todos los que tuve que oir, además de gilipollas, mamonazo (lo que hace la envidia) etc., el que más me molestó fue este:
"¡Tú eres maricón del culete!" que fue espetado por un colega hacia su amigo, que, por cierto, además de hacer de pagafantas con las chicas, también lo hacía con los amiguetes, versión pagabirras.
Él era el que les pagaba el alcohol que sería consumido en una plaza cercana minutos más tarde.
Maricón de culete.
Hay que decir que no conocía esta especialidad. Quizá lo de "culete" era para quitarle hierro al insulto, al fin y al cabo el del culete estaba comprando el próximo cubata que rozarán los labios del colega in extremis. Sin embargo, me quedé perplejo ante lo insulso del insulto.
"De culete".
Es bastante triste ver que las nuevas generaciones llevan el mismo derrotero machista de sus antecesores.
Espero que el chico en cuestión se busque mejores amigos con el tiempo. Y que el del "culete" se eduque un poco en civismo, no vaya a ser que la vida le regale en el futuro un retoño "maricón de culete".
Este viernes al volver a casa del trabajo, decidí pasarme por uno de los muchos establecimientos regentados por ciudadanos chinos de mi barrio. De todos, es de los más grandes, que no es decir mucho, y, por desgracia, la señora que lo lleva me cae bastante mal.
Sobre todo desde el día que decidió que unos Cds en blanco, casualmente, valían más de lo que ponía el precio y subieron de precio en el momento justo en que fui a comprarlos.
Que conste que antes de aquel día, le había comprado unas tres veces el mismo pack de Cds en blanco al precio original.
Me imagino que la señora, o su marido, se dieron cuenta de que este artículo era de los pocos en su tienda que no costaba al menos un 55% más que en las demás tiendas del mundo con las que compiten, y decidió, en el acto, subirle el precio.
En mi contra, y a su favor. Algo que no harían jamás en el Corte Inglés.
Pero, de mometo al menos, los establecimientos chinos no son el Corte Inglés. No lo descarto en un futuro. Harrod's pertenece a un ciudano egipcio.
Nunca entenderé por qué en los comercios chinos todo es más caro, y lo imposible que se nos hace no comprar ahí. El caso es que desde aquel día, compro poco en ese local. Tampoco ayuda que la señora no sabe hacerse la simpática, y que cuando se hace la simpática, lo echa a perder. Prefiero a su marido taciturno. Me parece más verídico que sus falsos saludos.
El día que un tendero español les haga la competencia en serio, arrasa, me han dicho más de una vez algunas amistades.
Puede ser que sí, aunque no es que los colmados hispánicos sean mucho más baratos.
Lo que es cierto es que mientras don José cierra de 2 a 5, don Chin-Hua se queda abierto, como el Vips. Y nadie le hecha en cara al Vips lo caro que es.
Y eso cuesta. Vale. Lo entiendo.
Acepto rollito de primavera como animal de compañía.
Pero no tan caro.
En fin, estaba en la tienda y mientras que pagaba, por la cena de aquella noche, unos chicos de menos de 25 años estaban relatando entre sí sus hazañas y suertes con el sexo opuesto.
Uno de ellos, que seguramente no era gay sino que sería heterosexual -pero no heterosalido de la muerte como sus amigos-, contaba que había quedado con fulanita y tal hacía un par de días. Y nada había pasado.
Desde mi perspectiva pensé, "el típico niño bueno que no se come una rosca, alias, pagafantas".
Sus amigos, menos iluminados, se encaminaron sin dudarlo un segundo, en el sendero del insulto.
De entre todos los que tuve que oir, además de gilipollas, mamonazo (lo que hace la envidia) etc., el que más me molestó fue este:
"¡Tú eres maricón del culete!" que fue espetado por un colega hacia su amigo, que, por cierto, además de hacer de pagafantas con las chicas, también lo hacía con los amiguetes, versión pagabirras.
Él era el que les pagaba el alcohol que sería consumido en una plaza cercana minutos más tarde.
Maricón de culete.
Hay que decir que no conocía esta especialidad. Quizá lo de "culete" era para quitarle hierro al insulto, al fin y al cabo el del culete estaba comprando el próximo cubata que rozarán los labios del colega in extremis. Sin embargo, me quedé perplejo ante lo insulso del insulto.
"De culete".
Es bastante triste ver que las nuevas generaciones llevan el mismo derrotero machista de sus antecesores.
Espero que el chico en cuestión se busque mejores amigos con el tiempo. Y que el del "culete" se eduque un poco en civismo, no vaya a ser que la vida le regale en el futuro un retoño "maricón de culete".
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