lunes, 18 de mayo de 2015

La 39ª Feria del Libro Antiguo y de Ocasión






AOG, Madrid

Una vez más la ciudad de Madrid, o al menos, los ciudadanos que viven por el centro, se pudieron deleitar con los tesoros y demás hallazgos que la 39ª feria del libro antiguo y de ocasión ofrecia.

Los puestos, alineados como estaban en el Paseo de Recoletos, mostraron sus productos como lo hacen los tenderos de cualquier mercado.

Y hasta ahí las comparaciones.

A diferencia de los mercaderes, los marchantes de libros no suelen ser tan simpáticos. Ni tampoco son muy reacios (con contadas excepciones) a hacer descuentos si uno se lleva la colección entera. O dos tomos. O cuatro libros. 

Bien es cierto que hay algunos libreros que ofrecían libros a 3 por 10€, o cosas por el estilo. Y menos mal que estos señores y señoras existen. Pero en general, tras haber estado visitando la feria desde que abrío el pasado 30 de abril, me llevo muy mal sabor de boca en general al cerrar esta.

He visto como los señores libreros tratan al público en general y, francamente, me asombra su falta de tacto y, en muchos casos, modales. 

Primero que nada, olvídese usted de ir con una lista de la compra. Por desgracia, la mayoría de los encargados no saben lo que tienen. O lo saben pero no lo cuentan. O se les ha olvidado. O les da igual. Tratan la mercancía con el mismo cuidado que tratarían un montón de ladrillos. Muy pocos vi que pudieran hablar de alguna edición en particular (que hay quien sí que lo hace), de una editorial frente  otra. De las copias de algún título.

Por no hablar de la falta de interés en las preocupaciones y necesidades de sus clientes.

¿El mejor ejemplo?

Señora de avanzada edad: "Perdone, ¿tiene usted el libro XXXXXX de XXXX?"

Señor librero sin mutarse, ni moverse de donde está, ni consultar con ningún tipo de catálogo: "No".

Así de simple y perentorio.

Ya me pareció un poco extraño, pero quizá la señora pedía algo difícil de encontrar. Al menos, hasta que, unos cinco minutos más tarde, lo tuve enfrente. En el mismo puesto.

Yo: "El libro que le ha pedido la señora lo tiene aquí".

Señor librero: "Ah. Bueno ya volverá si quiere".

Le daba bastante igual.

Salí en busca de la señora y le dije que el libro que buscaba lo acababa de encontrar en el puesto aquel.

Señora de avanzada edad: "¡Ah, muchas gracias! ¿En qué puesto?"

Yo: "En ese que está ahí".

Señora de avanzada edad mirando al puesto en cuestión: "Gracias, pero no se lo voy a comprar a él. Gracias de todas maneras".

He de decir que tras el trato recibido, no me extrañó el comportamiento de la buena señora.

Es bastante penoso el trato al público que damos en España. Pero parece ser que no es cosa solo de la restauración, donde los ejemplos sobran.

En general, el desdén hacia el público fue bastante penoso. No se interesaban mucho por el cliente. Y además, y esto sí que me molestó mucho, cuando uno encuentra un libro sin precio, esa manera de auscultar el producto mirando de reojo al cliente y repasando el libro para ver cuanto pueden sacar por él, me pareció de otra época. 

Cuando ocurre en las ferias de antigüedades también me molesta. No me gustan los precios hechos a medida del que pregunta. No lo veo honesto. Y lo vi, y lo viví, varias veces en la feria de Madrid.

PRECIOS


Por otra parte, es curioso que, no solo no saben lo que tienen los libreros, sino que muchos de ellos creen que tienen verdaderas joyas de la literatura y que el público debe pagar por ellas precios verdaderamente altos.

http://image.casadellibro.com/a/l/t0/84/9788433973184.jpgBien es cierto que muchos de los libros que venden son del siglo XIX y entiendo que estos valgan un poco más.

Que tienen joyas de la cartografía en las que uno puede ver las colonias españolas de África (Fernando Poo, Sidi Ifni, el Sáhara, Riff, etc.), y entiendo que por esto pidan lo que piden. 

Pero cuando ves una copia de la 6ª edición de '2666' de Bolaño, y te piden 20€... me parece excesivo.
Como excesivo me parece que cualquier libro de Vargas Llosa cueste al menos (¡al menos!) 9,00€. Y no es que no lo valga. 

El caso es que estamos hablando de libros de ocasión. 

De segunda mano. 

Libros muchos de ellos que al abrirlos las páginas se ven sucias. O dobladas. Y cuyas portadas han visto mejor vida. Y que por un par de euros más, lo puede uno comprar nuevo en la Casa del Libro. O mejor, por Amazon.

http://upload.wikimedia.org/wikipedia/commons/0/00/CGJung.jpgPero cualquiera diría que eso, a los libreros de la feria, les da igual. No se inmutan. Es como si la competencia no existiera para ellos.

Si algún día llega a desaparecer, auque la echaría de menos, no me extrañaría mucho.

Lo más curioso, por desgracia, es cuando uno presencia al pobre ingenuo que se presenta con libros en venta y va de puesto en puesto como alma en pena, tratando de vender sus libros. 

En la mayoría de los casos el material no interesa. 

Y cuando interesaba, y esto lo vi con mis propios ojos, ofrecían céntimos por los libros. Menos de un euro. Me quedé sorprendido. 

Pero me parece un poco descarado que un libro en particular (de Jung) lo compraban por menos de un euro, mientras que el mismo puesto tenía otras obras de Jung, ninguna de las cuales bajaba de los 15€. El beneficio para el librero me pareció obsceno.

Entiendo que los libreros, como todo el mundo, tienen derecho a comer. Y a vender sus mercaciás al mejor precio. Pero esto me pareció un abuso por su parte.

En fin, ellos sabrán.

JUSTOS POR PECADORES


Por supuesto, no todos los libreros son así. Algunos, como dije antes, si hacen tratos con los compradores. Sí hacen ofertas del tipo 2 libros x 5€. 

Esto existe. Pero no son todos. Y tampoco la mayoría.

Y me pregunto si estos señores y señoras están al tanto de que hay una crisis. De que si ellos están crisis, sus clientes también. Pero quizá esto les de igual.

Me recuerda bastante a la 'táctica' de los taxistas en Madrid. 

Cuando empezó la crisis se decidió encarecer el producto pues se entendía que los ingresos iban a caer. ¿Solución? ¿No hubiera sido más lógico hacer precisamente lo contrario? 

Esa solución, en otros países, no se daría. De hecho, en esos países, esos que hace tiempo que dejaron atrás la crisis, los precios bajaron. Tuvieron que bajar. 

Pero en España parece ser que somos tan especiales que pensamos que la mejor manera de sobrevivir es encareciendo todo y que sea el cliente, que está con el agua al cuello, el que pague los platos rotos.

Y así estamos.

Varios de los puestos se iban con muchos libros menos de los que trajeron. Pero muchos otros, al pasar por delante esta tarde, cerraban sus puestos y hacían sus cajas con el material más o menos intacto. 

Y con muchas quejas y palabras que aducían a la crisis, y a lo mal que está todo. Y que no han vendido nada. Y que ahora se van a la próxima feria y que a ver si hay mejor suerte.

No me regocijo de que ningún sector lo esté pasando mal, pero vamos, si vendes a precio de oro en una economía basada en el cobre, no te puedes extrañar de lo poco que vendes.






viernes, 6 de junio de 2014

Como aquí

AOG, Madrid

Ayer tuve la suerte de tener el tiempo suficiente como para tomar un café con alguien de Oriente Medio.

No puedo decir que fue con un amigo, ya que es amigo de un amigo y lo conocí 24 horas antes.



Nunca me ha gustado decir que los recién conocidos son amigos míos. Tampoco es un conocido. Lo será con el tiempo, y si lo vuelvo a ver, cosa que no sé si ocurrirá.

Entonces, no sé cómo calificarlo. Diré solamente que es amigo de un amigo.

El chico en cuestión es de Kuwait.



Tuve la suerte de tomar algo con él porque me permitió preguntarle cosas acerca de esa parte tan atormentada del mundo –aunque a decir verdad, Kuwait es, de todos los infiernos de Oriente Medio, uno de los que menos llamas tienen-.

Quise saber de su vida, su trabajo, del día a día en esa parte del mundo.

Me pareció curioso el como él, al igual que suele ocurrir con las personas árabes que he conocido que siempre dicen el cómo se parecen a Occidente, concurrió con las demás experiencias que he tenido y me repitió lo mucho que se parece Kuwait City al barrio de Chueca, y a Madrid.

Tenemos cafeterías, así”, dijo, moviendo la mano para abarcar la planta del local.

Como nunca he estado por esa parte del mundo, nunca sé si lo que dicen es así, aunque las fotos que he visto, siempre me dicen que no.

Que Oriente Medio no se parece a Occidente. Ni de lejos. Pero él insistió.
Me contó como era su vida, sus amigos, su familia. Todo lo que me contaba iba precedido, o seguido, de un solemne “cómo aquí”.

Bueno no todo.

Me encanta España. Es un país muy seguro”, me dijo.

Me pareció curioso que dijera esto ya que España, no es de los países más seguros del mundo.

Cierto, no es Colombia ni Brasil, pero en España, por desgracia, tenemos muchas personas que profesan demasiado amor por lo ajeno.

Inclusive lo profesan cuando llevas lo ajeno en tu persona y ellos quieren amarlo más de cerca.

Hace un par de años hablaba con un compañero de clase acerca de la seguridad en España.

Él había leído un artículo que decía que en las guías japonesas ponía que España era un país peligroso.

Toda la clase estaba asombrada. Toda, menos yo.

Bueno, es que España es un país peligroso”, le dije.

Tuvimos una de nuestras habituales discusiones en las que me suelo enfrentar a un grupo de personas que nunca antes habían sido refutadas en algún punto en particular.

Les pareció muy curioso que los japoneses pensaran que España era un país peligroso y que yo estuviera de acuerdo.

Supongo que cada quien se acostumbra a lo que vive, y normaliza cualquier aspecto anormal de su entorno.

Lo mismo pasa con los comentarios machistas. La gente ( y no sólo los hombres sino que muchas veces también las mujeres) cree que son normales. Piensan que decirle a una compañera en el trabajo que tiene un buen culo es normal. Y no lo es. Es una falta de respeto.

Pero volviendo al kuwaití.
 

Según me contaba, trabaja para algunos de los negocios de sus padres, que son, dijo él, gente normal, humilde, y con poca educación.


Tienen varios negocios. Yo trabajo en el de importación de refracciones de automóvil.

¿Y viajas mucho?

Sí, me permite viajar, y me gusta.

Con el tiempo, empezamos a hablar de la vida gay en Oriente Medio. 


En principio, no existe.

"Es todo en privado. No hay nada público."

Y nadie bebe alcohol, pero todo el mundo tiene alcohol en casa.

"Somos un país normal, con una constitución, un parlamento, con mujeres en el parlamento, con leyes. Todo como aquí."

Pero no puedes ser gay.

No, pero eso es algo personal. Claro que se puede, de hecho muchos lo son.

Supongo que muchos que lo son estarán casados.”

Bueno claro, como aquí. Muchos se casan porque lo dice el Islam.

Más adelante le pregunté acerca de su vida personal.

“¿Vives solo o con tu familia?

Vivo sólo pero con mi familia.

Esta respuesta, confieso, no la entendí del todo. Aunque este chico hablaba inglés bastante bien, quizá se escudaba un poco en el sintaxis.

O se escondía en él.

No quise dejarle en evidencia y continué la conversación.

¿Tienes pareja?

¿Qué quieres decir? ¿Un amante?

No, pareja. Un novio.

No. Tengo amantes, como aquí. Ya no tengo novios. He sufrido mucho.

Precisamente ahí sí que empezó ahí a parecerse a aquí, tal y como se conocía la vida antes y, por desgracia en algunos sitios, todavía.

¿Y saben que eres gay?

No, claro que no.”

¿Y eso?

Como te dije, son gente sin mucha educación, no lo entenderían.”

¿No te preguntan que por qué no te has casado?

Antes, mi padre me lo preguntaba, pero mi madre le decía que dejara de preguntarme. Que era mi vida y que podía hacer con ella lo que quisiese mientras que fuera feliz.

Entonces, tu madre lo sabe.”

Todas las madres lo saben de alguna manera, pero es una de esas cosas de las que no se habla. Está ahí, pero nadie habla de ella.

Y en ese momento, por primera vez en la noche, algo de allá era verdaderamente como aquí.





miércoles, 4 de junio de 2014

¿La Tercera República?

AOG, Madrid

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Hace unas horas el rey de España, Juan Carlos, decidió abdicar. 
Dentro de un par de semanas el Príncipe de Asturias jurará la Constitución y pasará a reinar como Felipe VI.


Hasta aquí bien. 

España es una democracia y, de momento, como tal se comporta. 
El Gobierno promulgará una ley orgánica que permitirá que la situación jurídica refleje la realidad institucional del momento.

Hasta aquí bien. 

Algunas personas han empezado a hacer chistes acerca de la monarquía, de la futura reina, de la reina Sofía y el rey tras su ‘jubilación’. 
Inclusive se hacen chistes acerca de Jaime Peñafiel, presunto torturador de la, hasta ahora, princesa de Asturias.

Hasta aquí bien.

A las pocas horas de anunciar la jefatura del estado que el rey Juan Carlos abdicaba, por toda España se sucedieron varias manifestaciones a favor de varias cosas, todas ellas relacionadas con la idea de una república española.

Hasta aquí bien. 

El problema empieza cuando algunas personas, que por supuesto están en su derecho de hacerlo, empiezan a tratar el tema ‘república’. 

No porque el ser una república es una idea problemática. No tiene por qué serlo. 

No porque el querer que España deje de ser un reino y sea una república sea un crimen. Faltaría más.
El quid de la cuestión es que, en cierta manera, se quiere quitar una cosa, antes de forjar la otra. 

O al menos, de saber qué es lo que se quiere forjar. Y tampoco sin saber cuantos quieren forjarla o no. 

Según los últimos datos del CIS, entre los problemas que preocupan a los españoles, la monarquía es el 0,2. 

Esto no significa que la idea de una república se tiene que desechar, o que no es válida. Simplemente significa, o al menos los datos del CIS así lo indican, que entre las preocupaciones del país, la monarquía no está entre las que más le quitan el sueño.

Es como querer construir una casa distinta de la que uno habita, pero en vez de construir una nueva, destroza el techo bajo el cual vive. Y mientras decide qué tipo de casa quiere, no se da cuenta de que va a dormir con el culo al aire durante muchísimo tiempo.

De aquí en adelante, mal.

Cuando escucho en España el tema 'república', por desgracia solo veo una república en la mente de quien me habla: la segunda. Aquel experimento en democracia que acabó en un golpe de estado y con una dictadura que duró casi 40 años. Más o menos los mismos que llevamos en democracia.

El problema, tampoco es la segunda república en sí. Con sus puntos positivos, y sus puntos negativos, las personas que quieren resucitarla olvidan que el país en el que hoy vivimos es muy distinto del que se amparó en aquella constitución republicana en 1931. 
Para bien y para mal, España ya es otra, aunque, para mal y para bien, sin embargo es la misma. 

Para mí, ese es el principal problema con una república española tal y como se plantea ahora mismo. 
No hablamos de construir una nueva república. ¡Ojala ese fuera el debate! Se habla de resucitar la segunda, o algo parecido a ella.

Se enarbola la bandera republicana por las calles y se sueña con una bucólica reinstauración de esa era, pero a día de hoy.


Curiosamente, y lo digo sin ritintín, en este tipo de manifestaciones, se ven personas a las cuales es fácil tildar de pertenecer a la extrema izquierda, aunque entiendo que no todos los que se manifiestan lo serán. 

Quiero creer inclusive que mucha gente de la que va a esas manifestaciones no es ni de derechas ni de izquierdas. 
Pienso que son gente normal, de todo tipo, probablemente apolítica (o más o menos apolítica) que piensa que el que España sea una república es una buena idea.

Pero cuando uno ve esas manifestaciones, como la del lunes pasado, lo que más se ve es gente que pide un cambio de una manera bastante antidemocrática. 

Y que además, y pongo como ejemplo la inmensa mayoría de personas con las que he hablado del tema a lo largo de los últimos años, piensan que la tercera república española será una especie de panacea izquierdista eterna. 

No los entiendo.

No entiendo que pidan, o que exijan, que se cambie el modelo de estado sin haber discutido el modelo que quieren ya que dan por hecho que será el que ellos dicen. 

Así, tal cual. 

Olvidan que, ahora mismo, en España, el partido de derechas ganó las últimas elecciones generales, al igual que las europeas. No, no olvido que también hemos visto la ascendencia de las alternativas políticas en éstas últimas. Pero si mañana España se convierte en república, el presidente sería probablemente el señor Rajoy, o un sucedáneo.


Pero me sorprende que no hablemos seriamente de una tercera república en la sociedad española. De cómo sería o podría ser de verdad.

Me entristece que hablemos a nivel de la calle de acabar con la monarquía porque sí. Yo entiendo que no sería simplemente porque sí. Pero cuando hablo del tema con personas republicanas, la inmensa mayoría me da unas razones que son lícitas, por supuesto, pero francamente poco meditadas.


Decir cosas como que hay que dejar de mantener al rey “porque vive en un palacio” me sorprende. Sobre todo porque luego dicen, o piensan, que ese dinero, da alguna manera, irá a parar a otro sitio. Como por ejemplo a su bolsillo, o al de las familias más necesitadas. 

¿No saben que ese dinero, esos ocho millones que el estado da a la casa real para que se mantenga, irían a parar a la casa del siguiente jefe del estado, o algo/alguien por el estilo?

Me asombra oir que no quieren mantener eso. Sobre todo cuando estas mismas personas (y el resto de las personas que vivimos en España) mantienen cosas muchísimo más caras y muchísimo menos eficaces, que la casa real.

Mantenemos 17 administraciones públicas. Mantenemos a 17 presidentes autonómicos y a sus designios, políticas, equipos de gobierno y favores.  


Mantenemos aeropuertos fantasma, palacios de la cultura carísimos de construcción y mantenimiento, y otros proyectos faraónicos a lo largo y ancho de la geografía del país.  

Mantenemos un sistema bancario en el cual, a diferencia de otros países, un banco te quita el piso, pero te quedas con la deuda el resto de tu vida. Que te llena de tasas, multas, cargos y recargos por doquier, a la vez que te ‘preselecciona’ para darte un crédito que no has pedido, y te vende productos aunque no sepas leer o escribir. 

El territorio nacional mantiene varios kilómetros de autopistas de peaje deficitarias, y una red impresionante de trenes de alta velocidad que unen puntos cuyo tráfico no justifican su presencia. Y no olvidemos que esta flamante red aún está por darse por terminada.  

Mantenemos unas compañías de la luz y de telecomunicaciones que son entre las más caras de Europa.

Mantenemos un sistema inmobiliario que está esperando a que la economía remonte para volver a las andadas ¿o es que alguien pensó que esos días se acabaron?  

Mantenemos un sistema económico en el cual el 60% de la gente asalariada no llega a mileurista, pero en el que nos damos el 'gustazo' de codearnos con Europa en lo que a el precio de todo se refiere.


Mantenemos, por último, una vida política de la que podría decirse sin mucho margen de error, que vive de escándalo en escándalo desde hace años. 
Pero el problema es que no se quiere ‘mantener’ un rey que vive en un palacio...
Irónico es poco. 

Y como en todo debate, francamente echo de menos que no se hable de la alternativa. 

No hablamos del lado positivo de ser una monarquía parlamentaria. No hablamos de los beneficios que el país saca de tener una institución -‘de adorno’ para muchos- al estilo de las demás monarquías parlamentarias. 
No digo que esté bien o que esté mal. Simplemente digo que no se habla de ello. Ni en la calle, ni en el Congreso de los Diputados.
Creo que es esta manera de tomar las cosas por hechas lo que verdaderamente nos hace daño como país.

Y entiendo que, si no se habla mucho del tema, a simple vista no es necesariamente una mala idea el dejar de mantener un rey. 
Pero vamos, el rey es prioridad número quinientos mil ahora mismo. 

Arreglemos todo lo demás antes. Hablemos del tipo de república que queremos ser. Pero hablemos en serio. Hagámoslo como una sociedad plena, no como un resquicio político que piensa que una república resucitada es la solución a todos nuestros males.

¿Queremos que una tercera república sea presidencialista, al estilo americano?

¿Qué sea más parlamentaria, con un presidente ‘de adorno’ y un primer ministro?

¿U otra cosa?

Y ya que estamos, si de verdad queremos un cambio en el modelo de estado, ¿por qué no hacerlo por el cauce legal? 
¿Por qué no exigirlo de nuestros representantes? 
¿Por qué no pedir a nuestros partidos que hagan el favor de tratar el tema y le den curso legal?
Y si no lo hacen, ¿qué nos impide entrar en política nosotros mismos e instar el debate y el cambio? 
¿Por qué no? ¿Qué pasaría si hiciéramos bien las cosas y no de manera precipitada y oportunista?

¿Es mucho pedirnos eso a nosotros mismos?
Diría que no.

Diría que respetar la ley de ahora es un buen precedente para pedir que se respeten otras leyes futuras.


De la misma manera que todo cambio sistémico provocado a golpe de cataclismo político sólo deviene en una repetición de lo mismo para dejar las cosas como estaban.

Y creo que en España ya tuvimos bastante de eso en el siglo XX. 



Igual nos conviene dejar de lado las pasiones y usar la cabeza, como solemos hacer cuando ya no nos queda otra opción.









lunes, 29 de abril de 2013

Libros al azar


  AOG, Madrid

Hace un par de días una buena amiga que vive en Texas me mandó una de esas listas en la que te apuntan (tag) por Facebook*.

En esta ocasión se trataba de listar 15 libros al azar que crees que han sido importantes para ti. 

Mi lista ennumeraba más de 15, pero según las reglas, había que ennumerarlos en 10 minutos y poco más.

Desde hace un par de días pienso mucho en esa lista y en los 15 libros que escogí subconscientemente.

No pude explicar el significado de cada uno, asi que aprovecharé este espacio para hacerlo. O al menos, lo que cada uno me aportó en su momento... si es que me acuerdo claro.

Los títulos los pongo en inglés pues escribí la lista en inglés. 

Ahí va:

1. Brave New World de Aldous Huxley. En español se titula "Un mundo feliz".

Este libro lo leí en el instituto en EEUU con unos 13 años y fue de los primeros en dejar huella.

Ya desde pequeño me gustaba la ciencia ficción.

Sí, lo admito, soy un producto de la mezcla entre la saga de Star Wars y Mafalda, y a mucha honra. 

La novela fue escrita en 1932 y su título proviene a su vez de la obra de Shakespeare "La tempestad":

O, wonder!
How many goodly creatures are there here!
How beauteous mankind is! O brave new world,
That has such people in't!


Cuando leí la novela, me pareció algo increible y a la vez, muy factible. Una sociedad donde todo el mundo es apuesto, bien parecido, donde la humanidad, para no entristecerse toma pastillas de Soma, la píldora de la felicidad.

El conflicto aparece cuando un salvaje (en este mundo del futuro casi toda la tierra está hiper civilizada, aunque hay huecos de "incivilización" aquí y allá) cuya madre pertenecía al mundo moderno hasta que le dio luz a él, va a vivir a este nuevo mundo, distinto del suyo.

Un mundo donde la gente nace en tubos y pertenece felizmente a una de tres castas.

Donde te indoctrinan a creer que tu casta es la mejor de las tres, sea esta cual fuera. En fin, una especie de comunismo hormigaceo en una sociedad humana.

Me encantó la idea, la ejecución, el planteamiento, y la visión de futuro de Huxley. Qué parecida es la sociedad occidental del 2013 a aquel mundo feliz.

2. Before Night Falls

En Español "Antes que añochezca", del escritor cubano Reinaldo Arenas, uno de mis escritores favoritos. 

Esta novela la leí en Londres hace unos años, y años después de haber visto la película de Bardem. Creo que es de las pocas novelas de películas que he leído con agrado y, como todo el mundo dice, la novela no tiene nada que ver con la película. Es muchísimo mejor.

 Además de que la novela me parece magistral, en mi panteón personal tiene la distinción de ser la primera novela que me incitó a ecribir en serio. 

Diría que inspiró, pero sería un error ya que siempre he encontrado inspiración por todas partes.

Pero nunca antes una lectura me había provocado el deseo de coger papel y lápiz y ponerme a crear un universo literario como esta novela lo hizo.

Amores, deseos, tragedia, en fin, la vida de Arenas (ya que la novela es autobiográfica) es tremenda, y él mismo era tremendo. Al menos la manera en la que él se autorecuerda en ella, lo es.

Leer esta novela me provocó el leer "Celestino antes del Alba". Esta novela me gustó muy poco, por no decir nada. Me obligué a mi mismo a terminarla y creo que es de las cosas más difíciles que he leído en mi vida, y cuento con el "Ulisses" de Joyce en esta declaración.

3. Animal Farm

Conocida en lengua castellana como "Rebelión en la granja". Un mal título, pero dentro de la extraña línea de los que en España se suelen dar a las obras extranjeras.

Creo que siempre he sido apolítico. Nunca he conocido un político, ni mucho menos una ideología, que case conmigo (aunque Obama es cosa aparte). Respeto a la clase política mucho más que a las ideologías, que siempre me han parecido una cosa peligrosa. 

Sobre todo en el siglo XX, adonde en muchos países no solamente era peligroso tener una ideología distinta a la oficial, era más peligroso aún no tener la oficial a secas. 

Recuerdo haber leído una vez que la guerra Civil española fue el primer conflicto de la humanidad donde era un crimen ser del bando contrario. Esto, parece ser, no había pasado nunca entre los civiles.

Cuando leí Animal Farm algo en mi fue asintiendo con la cabeza con cada página que leía. 

Es obvio que Orwell era un escritor magistral. 

Pero es igual de obvio que mi intelecto de adolescente encontraba en la hipocresía de la jerarquía porcina un claro ejemplo en mi mundo en aquel entonces. 

No soy apolítico por haber leído "Animal Farm", lo era de antes, pero tras haber leído la novela, sé por qué lo soy.

4. Lord of the Flies

Esta novela -El señor de las moscas-, la leí con menos de 15 años. Me impresionó que alguien se hubiese dado cuenta de la crueldad de los niños. Pensaba que sólo yo lo había visto, pero no es así. Golding lo sabía también.

Nos contó la profesora que William Golding había escogido niños ingleses (él era inglés) porque pensaba que eran los que mejor se portaban del mundo.

Habiendo vivido en Reino Unido, solo puedo declarar que Golding cometió un gran fallo con esa idea.

5. The Aleph

Borges, eternamente Borges. Nunca sabré ni la mitad de lo que él supo. Ni podré jamás llegar a descifrar sus historias del todo. Es simplemente laberíntico.
'El Alef' fue el primer libro escrito por él que cayó en mis manos.

Fue en Londres, durante la carrera, cuando empecé a conocer a Borges.
Supongo que se debe a ese extraño lazo cósmico que hace tiempo unió Londres con Buenos Aires -aunque nadie en Londres lo sepa-.

6. Le Petit Prince

De pequeño, cuando vivía en México, mi madre nos llevó a mi hermana y a mí al cine a ver esta película. No la entendí del todo.

Por no decir que no la entendí en absoluto.

Era el tipico libro escrito por y para adultos pero disfrazado de libro infantil.

Como Mafalda (aunque Quino es un filósofo que dibuja sus teorías).

Durante muchos años le tuve manía al libro (luego resulta que no estaba solo, que muchos le tienen manía al libro también) aunque ya no se la tengo. 

Años después, ya en Londres también, un ciber-amigo (es decir, un amigo con el que me carteaba pero que nunca conocí en persona), me escribía frases con referencias literarias del libro. 

Hubo una que me cautivó para siempre:

"Pero si tú me domesticas, entonces tendremos necesidad el uno del otro. Tú serás para mí único en el mundo, yo seré para ti único en el mundo..." 

Y ya de mayor, lo entendí....creo.

7. No News from Gurb

'Sin Noticias de Gurb'. Es un libro que entró en mi vida mucho antes de que lo leyese.

Tuve una compañera de piso que hablaba de él mucho. 

En casa el libro vivía en régimen de prestado hacia mí. 

Lo veía, lo miraba. Pero no lo leía.

 Pasó el tiempo y el libro volvió a mí. 

Esta vez de mano de mi pareja. Y no me lo prestaron. Me lo regalaron. Y claro, ¿cómo no leer un libro regalado?

Obviamente, me gustó mucho. Muchísimo.

Me pareció ocurrente y original. Y me reí mucho con él.

Siempre me pareció curioso el momento en el que decidimos hacer las cosas que nos preparan de antemano. No sé si lo decidimos nosotros, o si se decide sólo.

Aunque tuve el libro al alcance de la mano durante mucho tiempo, no fue hasta que el libro tuvo una razón de ser que me puse a leerlo.

8. The Temple of the Golden Pavillion

Este título japonés vino a mí, curiosamente, en Madrid, una de las ciudades menos japonificadas del mundo. Un día, volviendo a casa de la radio, pasé por una librería modernilla que hay en la calle Hortaleza.

Entré, y lo primero que vi fueron unos libros a la izquierda con una estética japonesa a la que desde siempre he sido muy adepto.

Vi el libro y su portada y me encantaron. Pero había un problema.

Quise comprarlo ahí mismo, pero no en castellano. 

No me gustan las traducciones que se hacen en España, creo que tiran mucho de google y a veces no se entienden las frases. Y esto con libros en inglés o francés.

No quiero ni pensar lo que pasaría con un libro en japonés, aunque por aquel entonces se me dijo que no tendría de qué preocuparme pues el libro de España es más que seguro que se habría traducido del inglés.

Es decir, la traducción de la traducción.

No se me ocurre mejor manera de estropear un texto.

Lo busqué en inglés por todo Madrid, pero no hubo suerte.

Cuando fui a Londres, me compré la edición británica del título y desde ese momento, el autor, Yukio Mishima, se convirtió en uno de mis favoritos. 

Quizá en mi primer autor fetiche.

9. The Clash of Civilizations

"El choque de las civilizaciones" en castellano, me marcó por ser de los primeros libros de texto (es decir, que lo leí por formar parte de mis estudios) con los que no estuve de acuerdo en muchas cosas.

El académico Samuel P. Huntington asegura que las civilizaciones, son una cultura más o menos cerrada y con una tradición cultural más o menos hermética e impermeable, la cual, por esta razón, se encuentra en oposición a otras civilizaciones con tradiciones diferentes.

Hasta ahí bien.

Para mí el problema fundamental de su teoría era la lista de civilizaciones que hacía. Me pareció extraño que a Hispanoamérica no se le considerase como parte de la civilización occidental a la que EEUU y Canadá, además de Oceanía, sí pertenecen.

La frontera racista del Río Grande me pareció equivocada y prejuiciosa.

Igualmente con la ubicación en una cultura "Ortodoxa" a Rusia y la mayor parte de Europa del este.

Aprendí mucho de este libro, y me encantó estar en desacuerdo con el autor. Descubrí durante mis estudios que no estaba solo y que otros académicos estaban en contra.

Curiosamente, fue el presidente Zapatero el que quiso darle un giro a la idea y creo en 2004 su célebre (aunque ya olvidada y enterrada) Alianza de civilizaciones.

10. Leaves of Grass

Walt Whitman es el responsable de escribir el primer libro de poemas que me hizo interesarme por la poesía de una manera distinta hasta ese momento.

De pequeño, mi madre me compró un poster con el poema 'If' de Kipling, escrito en 1895. Aquel que termina con el estrepitoso 'serás un hombre hijo mio'. 

Más que poema, era una especie de lista de instrucciones para la vida y siempre pensé que, para un niño de 12 años, era demasiado difícil.

Sin embargo, el día que leí 'There was a child went forth', escrito en 1855, cambió todo.

Cambie yo mismo.

En fin. Fue algo muy especial.

También fue el momento en que pensé, aún a pesar de que tenía sólo 14 años, que podría ser un escritor.

Por no hablar del 'Oh Captain! My Captain!'


11. The Happy Prince and Other Fairytales

Si alguna vez un libro de cuentos de niños me hizo llorar, el 'Príncipe Feliz' de Oscar Wilde es ese libro.

De pequeño había leído otros cuentos, los típicos, los de todos los niños.

Cuando leí este libro de Wilde me pareció estar leyendo los cuentos más tiernos del mundo.

Me estremezco nada más pensar en ellos.

12. Little Painted Mouths

Boquitas Pintadas, de Puig. He de decir que este libro me marcó por lo novedoso que me pareció su contenido. La manera de contar la historia se me quedó muy grabada en el subconsciente. Me pareció asombroso el como diversas voces te pueden contar una historia. Para mí el libro es maravilloso.

Lo compré en Buenos Aires en un momento de locura literaria cuando fui a una de las hermosas librerías de la ciudad y empecé a coger libros que por alguna razón pensé que no llegaría a ver en España.

Cuando empecé a leerlo me pareció increible lo novedoso que me parecía, aunque el libro fue escrito en los años 1960.


13. World on Fire

Este libro no sé si siquiera existe en España. Se trata de un texto político, obra de la academica Amy Chua y que habla de las divisiones étnicas y sociologicas dentro de los sistemas económicos y gubernamentales de distintas sociedades. 

Cuando acabé el master en Relaciones Internacionales fue el primer libro de la materia que compré y leí que no fuera parte de la lista de lecturas recomendadas de la misma. Leyéndolo entendí que aquello que a nosotros en Occidente nos parece lo más normal del mundo, en otras culturas produce problemas sociales y económicos con resultados a veces escabrosos.


14. Humane Warfare

Mi antiguo profesor de Política Internacional ecribió este libro. Cuando lo leí, allá por 2002, empecé a comprender lo que se entiende por 'guerras humanitarias', como por ejemplo Kósovo, y por qué, se supone, que se están desarrollando tecnologías que harán de la guerra algo más humano - o quizá menos inhumano-. 

El libro habla de la supuesta tendencia en Occidente de humanizar la guerra y, por lo tanto, de humanizar a la modernidad. 


 Mi profesor hablaba en clase de si el intento por hacer la guerra 'virtual', o 'virtuosa', podría tener éxito o si Occidente se engañaba a sí mismo, que no a sus enemigos, al pensar que algo como la guerra podría ser algo 'humano'.

Según él, el humanismo occidental fallará pues las sociedades no occidentales se asegurarán de ello. Fue un libro que me impactó muchísimo.


Y por último...

15. The Meditations of Marcus Aurelius

Las meditaciones de un emperador romano que fueron escritas para sí mismo únicamente. Este libro cayó en mis manos en Londres, y me pareció de una modernidad increible. Sobre todo si tenemos en cuenta la de años y siglos que han pasado desde entonces. Él murió en el año 180 de la era moderna. 

Entre mis favoritas, estas:

"La vida del hombre es una simple duración, un punto en el tiempo, su contenido una corriente de distancia, la composición del cuerpo propensa a la descomposición, el alma un vórtice, la fortuna incalculable y la fama incierta. Las cosas del cuerpo son como un río y las cosas del alma como un sueño de vapor, la vida es una guerra y la fama después de la muerte, solo olvido."

"La duración de la vida de cada uno es irrelevante, un paso para ver el enorme abismo de tiempo detrás de ti y antes de ti en otro infinito por venir. En esta eternidad de la vida de un bebé de tres días y la vida de un Néstor de tres siglos se funden como uno sólo." 

"Los deseos conducen a la permanente preocupación y decepción, ya que todo lo que se desea de este mundo es miserable y corrupto."

 * Este post lo empecé a escribir en primavera de 2009, y lo he terminado en primavera de 2013. Por el camino lo dejé olvidado, pero volvió a mí hace un par de días. Decidí terminarlo.

viernes, 19 de abril de 2013

La Buena Aeroeducación

AOG, Londres

Esta historia es de hace tres años. La escribí, pero no la publiqué. No sé bien por qué no lo hice. Ahora la leo, y me pregunto donde estarán todos sus personajes hoy en día. 

Desde 2010 hasta 2013 mira que ha llovido...

Aquí el post perdido: 


La visita no empezó mal, o casi sí, pero cambió. Empezó en el aeropuerto. En la fila de la puerta B29. 

Donde me puse en fila detrás de dos chicos de canarias quienes me aseguraron que, a pesar de se la fila de Easyjet para Edimburgo, también era la fila del vuelo a Londres. Y nos reímos. 


Y vino un chico, y le dijimos los tres lo mismo. Y luego una chica británica, a la que le dijimos que pasara por delante nuestro, que era su vuelo, y el nuestro vendría después. Y llegó otra chica, española esta vez, y lo mismo. 

Y otra, que se quedó con nosotros cuatro. Los mismos que al llegar a la puerta de embarque, sin podernos creer que éramos los primeros de la cola, escuchamos al personal de la misma decirnos que no tenía ni idea de vuelos alternativos.

 Y fue el guardia civil, que todo lo saben, el que nos dijo que teníamos que ir a la B25, que ahí estaba nuestro vuelo.
Y los cuatro nos enfilamos hacia allá. Llegamos los últimos de una fila inmensa, justo detrás de un matrimonio español  ya jubilado, que iba a Cambridge a visitar a alguno de sus retoños. 

Nos pusimos a hablar con ellos, porque ellos se pusieron a hablar con nosotros. Al menos con el chico que llegó segundo y conmigo. Los chicos canarios se esfumaron y la chica quedó algunos pasajeros más atrás y no quiso adelantarse con nosotros.
El chico que estaba a mi lado, no intercambiamos nombres, era de Salamanca y también iba a Cambridge. Ahí empezó la conversación con la pareja. 

Curiosamente, el señor nos hablaba de usted a los dos. Qué curioso. Un señor de los de antes. 

Y es triste decir esto, pero es que los señores de ahora, tutean. Aún no he decidido si yo seré de los de antes cuando me jubile, o de los de ahora. 

 Es cierto que hace un par de meses, volviendo de la Gran Bretaña, estuve hablando con unos chicos mexicanos que me empezaron a hablar de usted, mientras que yo les hablé de tú todo el tiempo.  

Y les dije que por favor no me hablen de "Usted". 

La diferencia de edad no era tanta, y lo achaco a la buena educación que hay en México. 

Pero, es obvio que uno es más mayor de lo que uno se piensa. 
Mientras que hablábamos con el señor, su esposa se preguntaba, y a mi me preguntaba, si tenía tiempo de ir a comprar una revista para el vuelo. Le convencimos que sí. 

Y a los ocho minutos, la cola se empezó a mover muy rápido. Me ofrecí a ir a por la  buena señora antes de que volviese y no viera a su marido. 

El señor me lo agradeció. Fui a por ella corriendo, y volvimos los dos. Ella un poco apurada. Llegamos y ella se disculpaba y el marido me lo agradecía por todo lo alto. 

Innecesario, pero curioso. 

La buena educación española, de la que queda cada día menos, pero queda. El chico de Salamanca también era muy bien educado. 

Y yo, ¡claro!
Fuimos hablando y nos sentamos en la misma fila él y yo. Hablamos de España, Inglaterra, Belén Esteban, las oposiciones, el mercado público, el privado. 

Y concordamos en muchas cosas. Lo cual estuvo bien. Poco antes de cerrar las puertas, la azafata nos interpuso en la mitad a una chica coreana que tenía cero ganas de ir entre nosotros dos. 

Y por no molestarla, nuestra conversación se apagó todo el vuelo. 

Nos dimos la mano para despedirnos antes de bajar del avión "Por si no nos vemos más tarde". 

Una manera elegante de despedirse de alguien a quien probablemente no veas nunca más, pero a quien te hubiera gustado conocer un poquito mejor. Quizá hasta entablar una amistad. 

En fin, la educación nos mantuvo a los dos, a los cuatro, a los siete, en ese aire de civilización del que tantas veces al día nos separamos.

jueves, 18 de abril de 2013

Y ahora, también guionista

AOG, Madrid

Hace unos meses, por providencia divina o lo que sea, quizá por necesidad o hasta por azar, descubrí un grupo de escritores en lengua inglesa aquí en Madrid. 

Se trata de un grupo formado por personas de todas partes del mundo, aunque la mayoría de los asistentes son británicos, con algún estadounidense que otro, y mujeres. 

Es curioso la de pocos hombres que acuden a las reuniones de los martes. Curioso, pero verídico. 

En total somos unos cinco o seis de 20-25 personas, dependiendo del día.

El grupo lo creó un chico irlandés que está afincado en España desde hace un par de años y él se ocupa de que el grupo siga las reglas y no deje de acudir. 

De alguna manera, la disciplina ha hecho que tan dispar asociación se mantenga más o menos constante semana tras semana. 

De hecho, el día que acudí por primera vez, fue el mismo día en que se introdujeron unas normas que se esperaba se siguieran a rajatabla. 

Siendo un grupo no-latino, el respeto ciego a las normas es bastante general. Esto no quiere decir que la gente no se pase de lista de vez en cuando, humanos todos al fin, pero en general, a la gente le gusta que estas reglas existan. 

Ayer mismo encontré algunos de los ejercicios de escritura que hice con ellos y que tenía bastante olvidados. Vi la fecha: noviembre 2012. Han sido seis meses interesantes, he de confesar.

Y más interesantes que se van a poner.

En marzo se nos informó como grupo de que un director francés estaba buscando guionistas. 

Los interesados debíamos mandar algún tipo de escrito que sería valorado por el director y su asistente. Quise participar desde un principio, y así se lo dije al encargado del tema. 

Pasaron los días, y no me escribía nadie. 

Inclusive pasaron hasta un par de semanas, en las que no fui a la reunión un par de veces por temas de trabajo, y decidí a la vuelta de la segunda vez, preguntar si ya se había pasado el plazo o si aún podía participar. 


Hubo disculpas por no haberme escrito y me mandaron el correo pertinente.  

Este contenía unas 12 imágenes de las que había que hacer algún tipo de relato de unas 300 palabras. Estuve pensando en las imágenes un buen rato, tratando de apuntalar de alguna manera los cientos de argumentos e historias que me venían a la cabeza.

Varias horas más tarde - en el AVE que va a Barcelona y a todo correr pues me llegó un correo que decía que era urgente que mandase algo- escriun relato en primera persona. 

Lo mandé y no volví a saber nada hasta hace unos días.

Estábamos celebrando el cumpleaños de uno de nuestros miembros, y quise preguntar por mi escrito. 


¿Gustó? ¿Fue en desastre? 

Incluso me ofrecí a escribir otra cosa.  

Siempre pensé que lo que escribí era un poco oscuro y cercano a la alienación de la persona. 

Quizá algo pesado emocionalmente.

Al final, resulta que me habían escogido como cuarto guionista, pero que aún no le habían dicho nada a nadie. 


Así que ahora estaré encargado de producir un guión junto con tres personas más, uno de ellos con un Master en Guiones de alguna universidad británica. 


Hemos quedado este sábado para dar vida al proyecto.

Ayer se lo conté a una amiga, y me preguntó "¿Y de qué va el cortometraje?". 

Me detuve a pensarlo un momento.

"No lo sé todavía. De lo que querramos que vaya, lo escribiremos nosotros". 

Llevo unos días leyendo 'El Guión' de Robert McKee.


Me siento halagado, y afortunado. Nunca pensé que llegaría a escribir un guión en mi vida.

Y nervioso. También nervioso.