martes, 31 de julio de 2007

Gerontocracia revolucionaria



AOG, Madrid

Hoy se cumple un año desde que el anciano (tiene 81 años) y enfermo Fidel Castro cediera -muy a regañadientes - la presidencia de Cuba a su, también anciano (tiene 76 años), hermano Raúl.

Desde entonces, han surgido muchas teorías acerca del futuro de Cuba; tanto a corto, cómo a largo plazo.

De La Habana para afuera, se está empezando a tratar el tema sin contar con la presencia del dúo Castro, y las potencias interesadas empiezan a tomar posiciones al respecto al márgen del propio pueblo cubano, pero por supuesto, en su nombre. De La Habana para adentro, se teoriza incesantemente la continuidad del régimen revolucionario post Fidel Castro.

Sin embargo, el régimen no se da por enterado. Hoy, en un acto homenaje a un revolucionario, Raúl ha asegurado que la revolución será "eterna" por estar sustentada firmemente en la unidad del pueblo y que seguirá "enarbolando bien alto" la bandera del socialismo y la dignidad.

"Su fuego será tan eterno como esta revolución por estar sustentada firmemente en la unidad de un pueblo que ha demostrado con creces su disposición a dar la vida por la patria y sus ideales", declaró Raúl. ¿Será que el pueblo en cuestión no tiene más opciones que la de claudicarse al régimen? ¿Quieren decir algo verdaderamente estas palabras? ¿Hay algún mensaje? ¿A quién van dirigidas, al pueblo, al extranjero, a sí mismos?
Curiosamente, los Castro, y los que les rodean, parecen vivir estancados en 1959. En una época que tuvo su momento, pero que poco tiene que ver con 2007.

La Revolución que en 1959 parecía un acto de modernidad contra una dictadura corrupta, hoy se agarra a un clavo ardiendo para perpetuarse en el poder. Esputa diatriba tras diatriba para asegurar que la gerontocracia fidelista tendrá alguna trascendencia más allá de la eventual defunción de su máximo dirigente, el Comandante Castro.

Tristemente, Cuba es una anacrónica fotocopia caribeña de las demás dictaduras que aún abundan por el mundo. No se quiere entender que tiene los días contados, y de que el cambio que se acerca barrerá de golpe todo lo que se ha venido haciendo desde 1959. Todo lo malo, al igual que todo lo bueno. La Cuba post castrista, por mucho que se empeñen los hermanos Castro, no seguirá como hasta ahora. Cuba pide a gritos un cambio a mejor.




No se puede educar a una población durante años, prometiendole el oro, el moro, el loro, para después mantenerla en estado de pausa en todos los sentidos. No hay posibilidad de desarrollo personal, ni laboral, ni económico, ni cultural. No hay futuro porque el presente del país está anclado a un evento que ocurrió hace 48 años y que mantiene al país en estado de animación suspendida. Como si el mundo exterior no fuera capaz de afectar la isla.

Juventud cubana

Lo más triste, es que ninguno de los dos Castros, ni quizá sus aduladores y colaboradores sin cuya ayuda la dictadura no estaría aún en pie, ni nadie del entorno, parece tener nada nuevo que decir a sus ciudadanos más jóvenes que no esté ligado a los eventos de la Revolución cubana y a los últimos años de sacrificio. La retórica es la misma. Y los jóvenes se sienten alienados.

Es decir, al 70% de una población de 11 millones de habitantes, que nació después de 1959. De este porcentaje, unos 3 millones tienen menos de 20 años. Ellos sólo han conocido el rigor y el deterioro de los valores de la Revolución.

Y son precisamente ellos los que más contacto tienen con el mundo exterior pues son ellos los que hablan y se juntan con los millares de turistas que la isla recibe al año. El gobierno cubano ha conseguido cerrar todas las fuentes de disidencia e información salvo por una, la boca de los turistas, que con su mera presencia y aspecto hablan a mares de la enorme distancia entre el año 2007, y el año en el que vive Cuba, cualquiera que éste sea.

Dent
ro de poco, la generación histórica, la que vivió el golpe de estado virtual que Castro provocó a partir de 1956, desaparecerá, sin que sus hijos y sus nietos, ni ellos mismos, hayan vivido en la isla prometida por Castro y que desde su creación hasta la caída de la URSS, existió únicamente porque Moscú accedió a subvencionar el régimen de La Habana por razones geopolíticas. Hoy, el suero que mantiene vivo el régimen revolucionario proviene de Caracas, y si este llega a fallar, el periodo especial que se viene viviendo desde que Moscú cerró el grifo financiero, entrará en una nueva fase. Quizá una fase que en verdad será una revolución con transcendencia.

Burbuja caribeña

Cuando uno visita Cuba, se da cuenta de lo atrasado que está el país, de que el siglo XXI aún está por llegar. Por no decir la década de los 1980.

La Habana pierde sus cimientos cada día que pasa: sus edificios están en mal estado la mayoría, cuando no derruidos. No es sorprendente encontrarse con un montón de escombros en La Habana Vieja.

No existe un verdadero mercado laboral en el país, ni nada que se parezca a una industria moderna de ningún tipo. Si Cuba conversa con el mundo exterior, es porque éste le presta los medios, le construye los hoteles, y le proporciona el turismo.

Muchos cubanos han dejado su trabajo para trabajar en un mercado clandestino que sirve a la industria turística. La última vez que estuve en Cuba, un médico me dijo que su antiguo sueldo, de 40 pesos al mes, era de los mas altos del país. Ahora ganaba unos $200 dólares a la semana trabajando con turistas. Y no es el único que ha perdido la confianza en el estado para poder subsistir.

Según informa El País, los campesinos privados, que producen el 60% de los alimentos de la isla con el 30% de las tierras, no quieren entregar sus mercancías al Estado cubano si este no les paga más por ellos. Con más del 25% de las tierras del Estado sin cultivar, la alimentación en Cuba es un problema.

Por si fuera poco, además de la hemorragia poblacional que Cuba padece con el éxodo de miles de personas al año (de las cuales unas 20.000 parten hacia EEUU), por primera vez la población cubana decreció el año pasado.

En sus trece

Aún así, aún con toda la evidencia, con el peso del presente sobre sus hombros, la gerontocracia cubana se empeña en aferrarse al poder. Raúl ofrece una rama de olivo al siguiente presidente de EEUU mientras que desde su lecho, Fidel manda mensajes al pueblo. Que nadie piense que no está en control del país. Sobre todo él mismo.

La Revolución se auto referencia y busca la culpa de todos sus males allende sus fronteras porque no tiene soluciones nuevas; porque no sabe como re inventarse y ser imprescindible; porque ninguna otra referencia tiene a mano para justificarse en las mentes del pueblo cubano, un pueblo que está a la espera de una transición que renueve el país de una vez por todas. Algo que se quedó por el camino de la Revolución castrista.

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