Rusia ha revelado que el gobierno británico ha dado por terminado su cooperación con la agencia sucesora de la KGB a causa de la controversia causada por el caso Litvinenko. Moscú ha prometido que responderá a la expulsión de sus diplomáticos de Reino Unido de manera “precisa y apropiada”.
Mientras que los británicos esperaban que el caso de las extradiciones podría ser contenido por la expulsiones mutuas de diplomáticos, el vicecanciller de Exteriores ruso, Alexander Grushko, declaró ante la prensa que las autoridades británicas serían informadas de su respuesta “en un futuro cercano”.
El ministro también ridiculizó la decisión británica de expulsar a cuatro diplomáticos rusos. La medida fue anunciada por el ministro de Exteriores David Miliband, para protestar ante la negativa rusa de extraditar a Andrei Lugovoi, principal sospechoso del asesinato del ex agente de la KGB, Alexander Litvinenko en Londres.
“Nos están castigando por observar nuestra constitución”, dijo el señor Grushko añadiendo que Rusia había sido informada por Reino Unido de que éste ya no cooperaría con la FSB, la agencia doméstica de inteligencia, para la cual tanto el señor Lugovoi como el señor Litvinenko habían trabajado.
Sospechas por ambas partes
Los británicos sospechan que la agencia rusa de inteligencia tiene algo que ver en el envenenamiento del señor Litvinenko con la sustancia radioactiva Polonio-210, aunque el señor Miliband no hiciera referencia al FSB durante su discurso en el Parlamente. Únicamente dijo que Londres estaba revisando su cooperación en “una gama de temas”.
El señor Grushko ha dicho que la decisión británica de cortar sus conexiones con el FSB, mientras que continuaba cooperando en temas de contraterrorismo era “contradictoria” ya que la agencia rusa tiene “un protagonismo central” en contraterrorismo “dentro de Rusia e internacionalmente”.
“Está claro que la línea tomada por Londres hará más difícil –cuando no imposible- la cooperación entre Moscú y Londres en temas que tratan del interés por la seguridad de millones de británicos y rusos”, añadió el ministro ruso.
Según diversos analistas basados en Moscú, se espera que el Kremlin fotocopie las acciones británicas. “Expulsarán a cuatro diplomáticos y harán los trámites de visados más difíciles para los oficiales británicos”, ha dicho Dimitri Suslov, vicedirector del Consejo de Política Exterior y Defensa, un think-tank basado en Moscú.
Respuesta pendiente
El señor Grushko no ha dado más detalles de la que será la respuesta rusa, pero sí ha dicho que no afectará a los turistas ni a los hombres de negocios.
Londres por su parte ha dicho a través de un portavoz de la Foreign Office que “Ninguna represalia por parte de Rusia está justificada”, después de que el señor Miliband explicara la posición del gobierno británico en la House of Commons, la cámara baja del Parlamento.
Por su parte, la presidencia de la UE ha expresado su "desilusión" al ver que Rusia no ha manejado a Reino Unido de manera "constructiva" en lo que al caso Litvinenko se refiere.
Alemania mientras tanto, opina que el Reino Unido ha reaccionado sobremanera en este asunto. Al parecer, cuando Gordon Brown se reunió con la canciller Alemana Merkel, la recepción ante su búsqueda de apoyo era, como poco, "tibia", según informó el Guardian.
Mientras que Rusia ha ofrecido enjuiciar al señor Lugovoi en Moscú, el gobierno británico ha rechazado la oferta, y éste no espera que las autoridades rusas cambien de posición y cedan a la demanda de extradición.
Los ánimos en Moscú parecen estar bastante beligerantes. Analistas y prensa han expresado su sorpresa ante las medidas británicas. El periódico Izvestia se preguntaba “Necesita verdaderamente Gran Bretaña abrir un segundo frente cuando todavía no se ha hecho a la idea de que los terroristas le han declarado una Yihad?"
Otros periódicos recalcaban en un dato: Rusia ha hecho 21 peticiones de extradición a Reino Unido en los últimos seis años y ninguna de ellas ha sido aceptada. El ministro Grushko también mencionó este punto en su reunión con la prensa, añadiendo que si Rusia hubiese expulsado cuatro diplomáticos cada vez que una extradición era denegada, a estas alturas hubiera expulsado "un total de 80 diplomáticos" británicos.
También pidió a los demás países de la UE que mostraran “sentido común” y que no se dejaran arrastrar a la disputa.
La Royal Air Force en alerta
Según menciona el diario Kommerstant, que a su vez apunta al Times, el pasado martes dos cazas de la RAF despegaron para interceptar a dos bombarderos estratégicos rusos que, según el Times, se dirigían hacia el espacio aéreo ruso (algo que Kommersant niega).
Una medida que la prensa británica se tomó como la “vuelta del espíritu de la Guerra Fría” sobre el Atlántico norte, ya que los bombarderos, modelo Tu95 (bombarderos Oso- en la imagen superior-) partieron de su base en el círculo polar en la península de Kola y se dirigieron hacia Reino Unido.
Algo que la prensa tildó de extraño y cómo metáfora del desplante entre Londres y Moscú sobre el caso Litvinenko diciendo que “mientras que el Kremlin titubea sobre qué hacer ante la expulsión de los diplomáticos rusos, las FFAA rusas se entretuvieron haciendo una demostración de fuerza chapada a la antigua”.
Aunque la Fuerza Aérea rusa, basada cerca del puerto del Murmansk, patrulla regularmente las aguas cercanas a la costa noruega, la RAF declaró que era muy extraño que volaran tan cerca de Escocia como lo hicieron.
Dos caza Tornado, parte de la Quick Reaction Alert (Alerta de Reacción Rápida) despegaron de la base de Leeming, en Yorkshire, para confrontar los bombarderos rusos, mientras que estos estaban siendo seguidos por dos F16 de la Real Fuerza Aérea noruega, según reportó el Times.
Un portavoz de la RAF declaró que “los rusos dieron la vuelta antes de entrar en espacio aéreo británico”.
Sin embargo, no hay evidencia de que este incidente esté conectado con la grieta diplomática entre Moscú y Londres.
Rusia emite una pequeña señal
Según el diario Kommersant, el embajador ruso en Londres, Yuri Fedorov, Rusia necesita tiempo para responder a las acciones británicas. “Necesitamos tiempo para responder. Somos un pueblo serio”, dijo Fedorov. “Lo principal es no dejarse llevar por las emociones y prácticamente sopesar todas las circunstancias y buscar que Rusia sea tratada como se lo merece, con respeto”.
Según el señor embajador, muchos oficiales en Londres buscan una pronta resolución a la crisis. “Hay algunos problemas en nuestras relaciones bilaterales y tenemos que pensar en cómo sobreponerse a la situación presente. Esto depende de la voluntad política del gobierno británico en muchas maneras”, dijo Fedorov.
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