La economía británica entra esta semana en una coyuntura económica en la que no se ha visto en muchos años. Mientras que David Cameron asegura a EEUU que Reino Unido seguirá siendo una potencia militar de "primera clase", comprometida con la OTAN, los sindicatos denuncian que los recortes previstos por el ministro de Finanzas, George Osborne -que tiene como propósito reducir un déficit de unos 177.000 millones de euros -, afectarán a los miembros más pobres de la sociedad británica.
Paradójicamente, la clase empresarial británica apoya los planes de Cameron, caiga quien caiga.
Los presupuesto militares anunciados hasta el momento, según el Gobierno, permiten que el país siga siendo una potencia del primer rango ya que apenas afectan a las cuentas de Defensa.
Inicialmente éste Ministerio iba a sufrir recortes de hasta el 20% pero finalmente se espera sean del 8%, e incluyen la fabricación de un portaaviones -para muchos un proyecto faraónico que costará 3.000 millones de libras-, que nunca llegará a ser utilizado plenamente por la Royal Navy y que, probablemente, será vendido tres años después de ser botado.
Este lunes David Cameron aseguró por teléfono al presidente de Estados Unidos, Barack Obama, que Reino Unido seguirá siendo una potencia militar de "primera clase" y que seguirá asumiendo sus responsabilidades en la OTAN, informándole del contenido de la nueva Estrategia de Seguridad Nacional que se publicó este martes. Ambos mandatarios abordaron la revisión sobre Seguridad y Defensa del Ejército británico durante su conversación.
Miedos fundados en EEUU
La semana pasada la secretaria de Estado de EEUU, Hillary Clinton, expresó públicamente su preocupación por los recortes que el Gobierno británico quiere aplicar a su presupuesto de Defensa como parte de los ahorros generales en el sector público.
En una entrevista con la BBC, indicó que la OTAN es "una alianza que compromete a todos a una defensa común" y "cada país tiene que hacer las aportaciones apropiadas".
Las advertencias de Clinton coincidieron con las lanzadas por el jefe del Pentágono, Robert Gates, quien indicó que, si los aliados recortan sus capacidades militares, se espera de EEUU que llene estos huecos cuando tiene sus propios problemas.
El ministro británico de Defensa, Liam Fox, está presionando para que se moderen los recortes presupuestarios a su departamento, que el Tesoro quería que fuesen de entre un 10% y un 20%, pero que finalmente pueden quedarse en un 8%, según los medios británicos.
Obama, por su parte, resaltó que valora mucho las aportaciones del Reino Unido a la seguridad global, según la Casa Blanca.
El mandatario estadounidense afirmó que en el contexto de la relación especial que mantienen ambos países y el compromiso compartido que les une como aliados de la OTAN, aprecia la determinación del Gobierno de Cameron a "mantener el pleno espectro de las capacidades militares que permita" a las fuerzas "cooperar eficazmente en todo el mundo".
Manifestación en Londres
Por su parte, este martes miles de sindicalistas se manifestarán frente al palacio de Westminster, sede del parlamento británico, como señal de protesta contra los recortes anunciados por el Gobierno de coalición de conservadores y liberal demócratas que, aseguran los sindicatos, harán de Reino Unido un país más desigual.
Líderes sindicalistas, manifestantes antipobreza y hasta conocidos actores de cine estarán entre los participantes que proclamarán que los planes económicos conducirán a pérdidas de empleo, recortes salariales y a una reducción de los servicios sociales.
Brendan Barber, secretario general del Trades Union Congress (TUC), uno de los mayores sindicatos del país, asegura que los planes del Gobierno son parte de un programa político, no una necesidad económica, que hará que la nación sea "más desigual, más escuálida, y más tremebunda".
Quizá la palabra "tremebunda" no sea la traducción más apropiada ya que lo que el señor Barber dice es "nasty", que es como decir "malo", en el sentido de maldad, no de calidad. Seremos un país malo. No un mal país, un país que produce maldad.
"Reino Unido es un país en el que se trabaja duro y que puede generar los impuestos que pueden pagar el diferencial del déficit, que puede crear los empleos que una generación pérdida de jóvenes necesita, y que puede superar los retos que encaramos como sociedad".
Barber aseguró que los recortes "sin precedente" en el gasto público que se conocerán este miércoles "afectarán hondamente a nuestra sociedad, y afectarán a los miembros más pobres y más vulnerables de nuestra sociedad".
"Nos quieren hacer creer que no tienen otra opción, y que esto es una necesidad económica. Sin embargo, muchos expertos económicos de todos los colores políticos nos advierten de que los recortes son muy profundos y demasiado súbitos. Y los avisos vienen de la Casa Blanca, del Departamento del Tesoro, de premios Nobel de Economía como Paul Krugman y Joseph Stiglitz, del Banco de Inglaterra, de periodistas jefe de economía del Financial Times, y, sí, hasta desde el alcalde de Londres", aseveró el líder sindicalista.
"Lo peor que puede pasar es que con los recortes el país vuelva a caer en la recesión, y lo mejor es que nos condenen a un periodo de años perdidos con una tasa de desempleo altísima y un crecimiento tan débil que el déficit bien puede que se mantenga alto".
Apoyo empresarial
Así, mientras que los sindicatos se manifiestan ante los planes económicos de Downing Street, los líderes empresariales de 35 de las mayores empresas del país expresaron su apoyo a los planes de recorte del gasto público adoptados por el Gobierno.
Los dueños de compañías británicas como los grandes almacenes Marks and Spencer, el gigante de telecomunicaciones British Telecom o la farmacéutica GlaxoSmithKline, entre otras, firmaron una carta que enviada al diario británico The Daily Telegraph.
En la misiva, estos empresarios señalaron que sería un "error" que el ministro de Finanzas, George Osborne, suavizara su programa para reducir el déficit presupuestario del país tal y como piden muchos sectores de la sociedad británica.
El titular de Economía de Reino Unido anunciará este miércoles los detalles del plan de recortes presupuestarios del Gobierno de David Cameron.
En la citada carta, los empresarios apuntan que no hay motivos para creer que el enfoque de Osborne socavará la recuperación económica.
"Hacer frente al problema de la deuda de forma decisiva mejorará el negocio y la confianza del consumidor", explican estos líderes empresariales.
Además, los empresarios indican en la misiva que "reducir el déficit de forma más lenta implicaría un endeudamiento adicional cada año, una mayor deuda nacional y por ello, un mayor gasto en concepto de pagos de intereses".
"El sector privado debería ser más que capaz de generar empleos adicionales a aquellos que se han perdido en el sector público", argumentan los signatarios.
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