AOG, Madrid
Toda tragedia requiere dolor. La que está ocurriendo en Haití no se queda atrás. El sábado pasado leí con lágrimas en los ojos los reportajes que empezaban a llegarnos de los corresponsales en Puerto Príncipe.
Es obvio que el estado haitiano está destrozado, al igual que el país que regía.
Desde entonces, la cosa no ha hecho más que empeorar. Hoy en El País, la noticia es que la gente empezó a comportarse como la mala especie que somos.
El caos producido por el total colapso del país asegura que la gente haya empezado a asegurarse el pan nuestro de cada día. Algunos de una manera más civil que otros, que lo hacen de manera más bárbara.
Lo curioso es que la manera que se utilice, independientemente de nuestro adjetivo calificativo, es de origen humano.
Esta foto nos demuestra el cómo los humanos nos comportamos antes los humanos que se quieren (en nuestra humilde opinión) pasar de listos.
Fue publicada en El País y nos muestra como los ciudadanos de la capital tratan a un hombre acusado de robar en el barrio de Petion Ville, en Puerto Principe.
Primero lo desnudan, luego lo linchan y lo arrastran por la ciudad para que escarmiente. Como muestra la foto, no está de más darle algún golpe en el camino. Seguramente se lo merece. ¿No es esa la ley del Talión?
Y por supuesto, la población, una vez más, busca en los cielos lo que necesita en la tierra.
Esta galería de fotos de El Mundo nos demuestra a los fieles suplicando, rezando, en fin, pidiendo a los seres superiores que amelioren la situación en este plano. ¿Es noticia que la gente rece y pida por sí?
¿No es lo que hacemos siempre ante cualquier contratiempo, ya seá un terremoto o un partido de fútbol adverso?
Yo, desde mi cómoda casa ubicada en un país libre de este tipo de tragedias (de momento), me escandalizo cuando veo que esto pasa.
Pero más que escandalizarme, me aterra pensar que, a pesar de los miles de años de evolución histórica, aún estamos a pocas horas del momento en que, como especie, empezamos a caminar erguidos.
Nos comportamos como los animales que somos. Peor aún, nos comportamos como personas. Los animales no creo que conozcan este concepto del linchamiento y del castigo vengativo público.
Y me aterra pensar que yo bien podría ser ese señor al que ahora sus conciudadanos castigan y escarmientan. Yo podría haber tratado de robar comida para darme de comer a mi, o a mi familia.
Lo peor es que esta foto no es la única de este tipo. Ante la falta de una autoridad, el pueblo de Haití ha decidido tomarse la ley en sus propias manos.
¿Qué nos diferencia de ellos? Apenas unas horas con comestibles en las tiendas, y poco más.
Es muy triste que este tipo de tragedias, en vez de sacar lo mejor de nosotros, sacan lo peor porque sacan lo más humano que llevamos dentro: el instinto de supervivencia.
Toda tragedia requiere dolor. La que está ocurriendo en Haití no se queda atrás. El sábado pasado leí con lágrimas en los ojos los reportajes que empezaban a llegarnos de los corresponsales en Puerto Príncipe.
Es obvio que el estado haitiano está destrozado, al igual que el país que regía.
Desde entonces, la cosa no ha hecho más que empeorar. Hoy en El País, la noticia es que la gente empezó a comportarse como la mala especie que somos.
El caos producido por el total colapso del país asegura que la gente haya empezado a asegurarse el pan nuestro de cada día. Algunos de una manera más civil que otros, que lo hacen de manera más bárbara.
Lo curioso es que la manera que se utilice, independientemente de nuestro adjetivo calificativo, es de origen humano.
Esta foto nos demuestra el cómo los humanos nos comportamos antes los humanos que se quieren (en nuestra humilde opinión) pasar de listos.
Fue publicada en El País y nos muestra como los ciudadanos de la capital tratan a un hombre acusado de robar en el barrio de Petion Ville, en Puerto Principe.
Primero lo desnudan, luego lo linchan y lo arrastran por la ciudad para que escarmiente. Como muestra la foto, no está de más darle algún golpe en el camino. Seguramente se lo merece. ¿No es esa la ley del Talión?
Y por supuesto, la población, una vez más, busca en los cielos lo que necesita en la tierra.
Esta galería de fotos de El Mundo nos demuestra a los fieles suplicando, rezando, en fin, pidiendo a los seres superiores que amelioren la situación en este plano. ¿Es noticia que la gente rece y pida por sí?
¿No es lo que hacemos siempre ante cualquier contratiempo, ya seá un terremoto o un partido de fútbol adverso?
Yo, desde mi cómoda casa ubicada en un país libre de este tipo de tragedias (de momento), me escandalizo cuando veo que esto pasa.
Pero más que escandalizarme, me aterra pensar que, a pesar de los miles de años de evolución histórica, aún estamos a pocas horas del momento en que, como especie, empezamos a caminar erguidos.
Nos comportamos como los animales que somos. Peor aún, nos comportamos como personas. Los animales no creo que conozcan este concepto del linchamiento y del castigo vengativo público.
Y me aterra pensar que yo bien podría ser ese señor al que ahora sus conciudadanos castigan y escarmientan. Yo podría haber tratado de robar comida para darme de comer a mi, o a mi familia.
Lo peor es que esta foto no es la única de este tipo. Ante la falta de una autoridad, el pueblo de Haití ha decidido tomarse la ley en sus propias manos.
¿Qué nos diferencia de ellos? Apenas unas horas con comestibles en las tiendas, y poco más.
Es muy triste que este tipo de tragedias, en vez de sacar lo mejor de nosotros, sacan lo peor porque sacan lo más humano que llevamos dentro: el instinto de supervivencia.
6 comentarios:
El hombre, a pesar de las teorías evolutivas de Darwin, y aunque "domesticado", sigue siendo un animal, y tal vez el peor de todos.
El hombre ha encontrado que la propia conciencia, está sujeta a conveniencias. En verdad, qué lamentable...
Me cuesta pensar que esas circunstancias, mi parte humana más irracional fuese semejante actitud. No obstante es fácil de decir desde mi humilde, pero acomodada vida al fin y al cabo.... Siempre he pensado en la lucha sin descanso para poder sobrevivir, sin embargo caer en semejante aberración con un semejante...
En fin, Haití nos mueve la conciencia a todos, es terrible todo lo que nos llega desde allí. Los desheredados de sus semejantes y del divino. Yo también lloro, sobretodo, cuando veo los ojos tristes de los niños...
Por cierto, coñazo, viene de caña, planta que en mi tierra crece en la orilla de los arroyos. EL tronco o tallo, es largo y con nudos. Se utiliza para muchas cosas... Según mi hermano al nacer me dieron en la cabeza con una de ellas, es decir "un cañazo", lo mismo que garrotazo o golpe con un palo....
Un beso
Ostras Ynot, vuelvo a leer mi comentario, haber si ha quedado bien redactado. Y ese "Coñazo", jajaja.
Lo siento, tu entrada es muy seria y triste, para frivolizar de esta manera.
Coñazo; es un cenizo/ceniza que siempre aparece cuando menos te esperas para ponerte de los nervios, osease, como yo en este momento.
También, por mi tierra, coñazo es una legumbre que se llama altramuz,muy típica aquí en la semana santa, se consume cruda, después de estar unas 24 horas como mínimo en agua con sal...
Perdona es que esta luenga es un trapijo... uif!, otra vez me he equivoquido... mejor me voy... besos... Antoñi
Antoñi, no te preocupes. No censuro en absoluto. Tú escribe lo que quieras, que al fin y al cabo es como tú eres y nada más. No tienes que pedir disculpas.
Y si te sirve de consuelo, te diré que los chistes acerca de Haití ya tardan, pero sé que vendrán -y no lo digo porque quiera escucharlos si no porque eso siempre suele ocurrir-.
Un abrazo
GatoPardo , sí, somos lamentables.
Perdona pero no voy a comentar tu entrada, bajé un poco más y me quedé colgada con la música de Enya y con tus fotos.
Voy por la 200, y creo que ahora te conozco un poco más.
Un beso Ynot
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