miércoles, 7 de enero de 2009

Fatibomba Airlines

AOG, Madrid
La India es, en mi opinión, uno de los sitios más fascinantes del mundo. Sin haber estado nunca, y por lo que me cuentan, me imagino que también puede ser de los más desesperantes.

Se trata de una potencia nuclear y la democracia más grande del mundo que tiene una economía bastante fuerte –capaz de competir con China–, y que a la vez mantiene vivo un sistema social de castas y una pobreza inaudita, que facilita que su población viva en un estado social comparable al nivel de vida que existía en el siglo XII.

Y otras contradicciones y anacronismos que no pegan con el siglo XXI.


Para muchos es únicamente un país de 900 millones de pobres miserables regidos por 280 millones de personas corruptas (India tiene la clase media más numerosa del mundo). Una sociedad impotente y feudal, obsesionada por el sistema de castas y las divisiones raciales.

Leo que, a pesar de que acabamos de estrenar un año nuevo -y uno en pleno siglo XXI-, y de que si esto llega a pasar en occidente se montaba la de Dios es Cristo, en Air India no te dejan ser gorda y azafata a la vez. 


Parece ser que el año pasado la aerolínea de bandera dejó en tierra a 140 azafatas por estar gordas.

¡Lo que nos faltaba!

El artículo del Times de Londres que trata el tema no tiene desperdicio.

Entre otras maravillas, nos informa de que:

- En los 1990, la aerolínea quería reclutar a ex concursantes de Miss India a las que les pagarían más que a las azafatas normales.

- Que no fue hasta el 2001 que, gracias a una sentencia de la Corte Suprema del país, las azafatas pudieron jubilarse a la misma edad que los hombres: 58 años. Antes les obligaban a jubilarse a los 45.
Y ya que estamos:

- Que en Air Pakistan, si tienes pelo en las manos o en los brazos, no puedes ser azafata. Y tambien se fijan en el tono de piel.

Resulta que a una tal Sheila Joshi, de 51 años -y 27 de servicio con la empresa (pública)-, se ha puesto muy gorda según la aerolínea, y la han despedido.

Y lo que es peor, la Corte Suprema del país no ha fallado a su favor.


La pobre mujer se queja y dice que el ser azafata no es lo mismo que ser modelo de pasarela, con toda la razón del mundo (¡que se lo digan a Iberia!).

Además asegura que todo esto es un plan por parte de la compañía aérea por atraer a más clientes.

Me parece un escabroso caso de discriminación sexual y fascismo físico.

Kingfisher Airlines, una aerolínea india privada y "upmarket" según el artículo, tiene como política de empresa que el dueño de la misma, Vijay Mallya, escoja personalmente a las aeromozas. Y todas son jovencitas.

Además, en sus anuncios asegura que sus azafatas son las más guapas de todas las aerolíneas indias.

Al igual que en Virgin Atlantic, el uniforme suele componerse de tacones y minifaldas. Bastante machista.

Para hacernos una idea, ver lo que un fan de la aerolínea ha compuesto en este video de YouTube:



Curiosamente esta es la misma aerolínea que ha informado a la vicepresidenta De La Vega de que este año Kingfisher abrirá una ruta directa entre India y España, decantándose por Barcelona, que es donde el señór Mallya atraca su yate durante largas temporadas al año.

Aún no se sabe si los vuelos saldrán de Nueva Delhi o Bombay (Mumbay).

Es curioso que De La Vega, tan feminista (y con razón), no haya dicho nada de esto, aunque, también es cierto, no podemos comparar una empresa privada, con una pública y si al dueño le gustan jóvenes, y delgadas ¿qué se la va a hacer? No deja de ser descriminatorio.

Si no por la talla de las azafatas, sí por la edad.

Aún no me creo que una persona 'mayor' es menos capaz de servir un plato de comida recalentada en un microondas a 800 kilómetros por hora y a 3.000 pies de altura que una persona joven.

Ni de cualquier otra cosa.

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