lunes, 6 de agosto de 2007

Irán: de nuevo en el punto de mira

AOG, Madrid




Irán demuestra que puede con el Internet. Aunque cerca del 70% de la población iraní tiene menos de 30 años, y el 28% más o menos está en el paro, la revolución islámica se empeña en hacer vales sus creencias en los más jóvenes.

En un concierto en Karaj, localidad a las afueras de Teherán, la policía detuvo la semana pasada un concierto calificado de satánico por las fuerzas de seguridad iraníes que había sido organizado por Internet. Las autoridades del país tienen por costumbre considerar a casi toda la música y la cultura popular occidental como decadente.

La policía detuvo a 230 festivaleros, muchos de ellos pertenecientes a “familias adineradas de origen iraní afincadas en Suecia y Reino Unido”, según informó Reza Zarei, el jefe de la policía provincial de Teherán, y muchos de los festivaleros eran chicas jóvenes ataviadas de manera “indecente”, según dijeron los oficiales.

Durante el concierto, se incautaron drogas, alcohol y 800 CDs “ilícitos”, además de 20 cámaras de video, que iban a ser utilizadas por los organizadores del concierto para grabar imágenes obscenas y luego chantajear a las chicas con ellas, según la policía.

El evento incluía a cantantes de rock y raperos, además de varias cantantes, algo que las leyes islámicas del país prohíben.


Internet


Las preparaciones habían sido tan secretas que los participantes no se enteraron de la ubicación del concierto hasta horas antes, y aunque se habían contratado guardias de seguridad para hacer de vigías y se habían hecho planes para limpiar la zona al terminar el evento, la policía encontró hasta 150 botellas de alcohol y bastante marihuana.

Según Zarei declaró a ISNA, la agencia de noticias iraní, esta era la primera vez que decenas de hombres y mujeres habían sido “convocados a través de Internet”. El régimen rara vez permite conciertos de rock aunque a veces estos ocurran en locales ilegales tales como un parking bajo tierra.


Moral islámica


La redada del pasado miércoles formó parte de la campaña gubernamental de “seguridad social” durante la cual la policía ha arrestado o sancionado a miles de mujeres cuyas prendas y pañuelos no fueron calificados de ser lo suficientemente islámicos.

Aunque estas campañas ocurren periódicamente en el país, las de este año han sido particularmente intensas y han durado bastante más que en otras ocasiones dado el sentimiento por parte del gobierno de que EEUU está tratando de derrocar al régimen islámico a través de una revolución suave (Soft revolution).

El mes de Julio la policía dobló el número de oficiales que participan en las denominadas “patrullas morales” y les han mandado arrestar a cualquier chico que lleve un corte de pelo occidental.

Después de arrestados, los jóvenes son puestos en libertad únicamente tras haber denunciado a su peluquero y haber firmado una promesa de cambiar de corte de pelo. Tienen por obligación el volver a la comisaría para demostrar que lo han hecho. La imagen muestra a una agente de policía pidiendo a una chica que se ajuste el pañuelo y observe el Hijab.


Cierre de un periódico


Esta semana, el Poder Judicial de Irán ha ordenado por segunda vez en menos de un año, el cierre del periódico reformista más popular del país, Shargh (Oriente), por haber publicado una entrevista con la escritora iraní Saghi Ghahraman, exiliada en Canadá y conocida por su postura crítica contra el régimen chií de Teherán. Ghahraman está acusada por el régimen de “actuar contra la revolución" islámica y de promover la homosexualidad.

El vicedirector para Asuntos Relacionados con la Prensa del Ministerio de Cultura y Orientación Islámica, Ali Reza Malekian ha declarado que la Sharg “ha sido cerrado por haber publicado una entrevista con una persona antirevolucionaria que tiene fama de transmitir temas inmorales” y ha señalado que Ghahraman "es conocida por su revista electrónica en Internet Cheragh (luz) (www.cheragh.pglo.org) , donde muestra contenidos inmorales".

El abogado de Sharg, Mahmud Alizadeh, ha rechazado las acusaciones contra el rotativo y ha calificado de "ilegal" la decisión de cerrarlo, ya que "no pueden impedir la publicación de un periódico por una entrevista donde no se ha hablado de asuntos inmorales". Una postura similar ha manifestado el director del diario, Mehdi Rahmanian, al recordar que en la entrevista "no había nada inmoral".

El periódico Shargh reapareció en Irán en mayo pasado, unos nueve después de que fuera cerrado por primera vez por haber publicado una caricatura que fue considerada como falta de respeto a Mahmud Ahmadineyad.

La foto que incluyo la he sacado de la página de la organización IRQO: Iranian Queer Organization. Muestra a dos jóvenes iraníes que han sido latigados públicamente por organizar una fiesta gay.


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