jueves, 3 de junio de 2010

Madrid de noche # 1

AOG, Madrid

He vuelto a casa andando, como tengo por costumbre desde hace tiempo. 

Una amiga se había ido a una "society" fiesta en la embajada italiana (sin invitación) y pensé en acompañarla. Sin embargo, preferí volver a casa.

Fue un paseo placentero. Ir de noche por Madrid siempre suele ser agradable. Me despeja un poco.

Me he dado cuenta que desde que ha vuelto el calor a la ciudad, la gente abre más las ventanas. Las vidas ajenas se asoman más a la calle. Anónimas pero visibles. 

Es curioso, y a la vez embarazoso, asomarse desde la acera a las salas que asoman con luz tenue a la calle. También lo es morboso.

Al llegar a la plaza de Colón,  frente a las piedras escultóricas, sopló una brisa caliente. Me gustó. No me suele gustar el calor, pero me gustó ese aire nocturno caluroso.

La plaza de Colón está invadida de chicos jóvenes que practican con la bici, la patineta (¿el patín?) -alias Skateboard-, o los patines aprovechando que la ciudad está en otro sitio y que la plaza es mayoritariamente suya. 

Me gusta que estén ahí, practicando, y no por otros sitios haciendo otras cosas. No por juzgarlos, sino porque es más sano que hagan eso. 

No sé si conocen a los chicos que se ponen a hacer un poco de breakdancing bajo las torres de Colón, a escasos metros de ellos.

Quizá no, la juventud es tan sectaria. 
O bailas o patinas. 

Los bailarines suelen tener más chicas con ellos, practicando.

Los de la plaza de Colón no suelen verse rodeados de chicas aunque de vez en cuando se ve alguna.

Pues andando, por el paseo central de la plaza, alcé la vista y vi como la brisa mecía la bandera que está ahí colgada.

No soy muy de banderas ni de nacionalismos, pero es cierto que ver un trozo de tela ondear suavemente al viento es algo muy relajante. 

Me puse a pensar por qué me gustaba ver esa bandera, y creo que es porque la tela de la misma mecía como si fuese de seda.

Pensé si a alguien se le había ocurrido ondear banderas blancas, o de otro color, sin mensaje político alguno. 

Creo que Christo suele hacer cosas parecidas. Espero poder verlo en persona algún día.



Salí de la plaza sin más, dejando atrás a los chicos, y me pregunté por el paradero de los amigos que he dejado atrás en otros países durante años.

Es cierto que el Facebook ayuda a acercarte a algunos de ellos, pero no a todos. 

Y llegué a casa un poco acalorado, y pensando en ellos, y en que, de momento, no he logrado llenar sus puestos -no he consiguido reemplazarlos-, en Madrid, y eso que llevo varios años de audiciones. En otras palabras, estoy falto de varios amigos todavía. 

2 comentarios:

Antonia Maíllo Zamora (Antoñi) dijo...

Ynot, el vacío que deja un amigo que sigue otro camino distinto al tuyo, jamas lo ocupa otro amigo, ese tendrá su lugar, simplemente es así...
Vivir implica esas cosas, unos se apean de nuestro camino o lo hacemos nosotros del suyo y otros se incorporan. Ninguno es más que otro, nos enriquecen incluso en lo negativo, son piezas fundamentales del ser que crece cada día en nosotros....
Besos

Arminius dijo...

¡Oh, qué bonita descripción de la noche madrileña! Espero que algún día yo pueda verla en primera fila, jajajaja xD

No es por nacionalismo ni nada, pero siempre es inspirador ver al Lábaro Patrio ondeando al viento. Es algo indescriptible, jajaja.

Saludos, abrazos y besos desde tierras tricolores ;)

--Arminius.


P.D. Mi palabra fue "previals"... ¿Cuándo habrá "laters" por acá? jaja.