jueves, 21 de agosto de 2008

En tiempos de crisis....

AOG, Madrid

Hace un par de días, es decir, el lunes, llevé un par de pantalones a la costurera para que les recogiese el bajo. La señora en cuestión es de Hispanoamérica y muy simpática. No estoy seguro de qué país es el suyo. Pero tampoco importa. Es simpática y punto.

Al cabo de dos días volví para obtener los pantalones y la señora y yo nos pusimos a hablar un poco. Resulta que la otra señora que trabajaba con ella, dominicana, dejó el puesto.

No le gustaba o había otro tipo de conflicto. No indagué. La última vez que tuve que lidiar con esa señore me enfadé bastante. Un sábado me presenté con 3 pares de pantalones y ella tenía prisa.

"¡No no hoy no, ya voy a cerrar! Y como todo el mundo cuando cierra, me quiero ir ya"

Me quedé asombrado. No fue grosera, pero bien es cierto que le importaba medio pimiento que yo estuviese ahí. No dudo que tuviese prisa ya que estaba arreglada de pies a cabeza. Cuando le dije que no podía ir durante la semana, me dijo que sí que podía.

En fin, me volví a casa con un buen palmo de narices. Volví días más tarde y se medio disculpó a su manera. Yo la medio ignoré a la mía. Daba el incidente por muerto y no quería hablar del tema.

El caso es que esa buena señora ya no trabaja ahí.

Y por lo que me contaba, la otra, la simpática, se quería ir. Parece ser que le molesta mucho el horario; tiene que trabajar mañana y tarde y a casa al mediodía. Su contrato es de 7 horas. La entiendo. Es un incordio. Y estaba pensando en dejar el puesto.

"Ya llevó aquí muchos años pero creo que no me conviene el horario", me dijo. Tenía la idea de chantajear a sus jefes. "O me cambian el horario o me voy".

Me quedé horrorizado.

¿En medio de una crisis ella se puede dar el lujo de dejar un puesto de trabajo? Se lo tenía que decir.

"Si usted dice que se va, la van a dejar ir y emplearán a otra chica más joven, con menos experiencia y que cobrará menos que usted".

"¿Usted cree?", me preguntó. No podía creer que no se le había ocurrido, a mi me parecía obvio.

"En tiempos de crisis, no deje el trabajo porque quien sabe cuando encuentre usted otro puesto".

Hablamos un poco más y la señora se hizo un poco más a la idea.

Al marcharme me agradeció el consejo. De corazón.

Estaba contento de que la señora me hiciese caso, o de que al menos se lo pensara. Pero a la vez me sentí un poco triste porque algo que yo veía como básico a ella se le había escapado en medio de la rabia y la, a sus ojos, explotación.

Y yo me pregunto, ¿cuantes veces no hacemos todos lo mismo? Nos dejamos llevar por la rabia, la pasión del momento, el orgullo y el despecho. Y, claro, acabamos mal.

No me vi reflejado, pero casi.

domingo, 10 de agosto de 2008

La mafia robagatos

AOG, Madrid



Este verano, mi barrio está sufriendo una, a mi ver, autentica plaga de robagatos.

Desde hace un par de semanas, según voy camino del metro, he visto algunos anuncios fotocopiados, donde se pide por el paradero de algún gato.

Normalmente el minino en cuestión es de buena raza y era gatito. El primero de ellos me pareció muy triste. Nunca había visto este tipo de anuncios desde que me fui de EEUU.

Ahí sí es (o era) muy normal poner un anuncio preguntando por un gato perdido que, con un poco de suerte, volvía a casa al poco tiempo.

Momento flashback:

Mi hermana perdió un hurón con 13 años que se llamaba Simon porque ella era fan de Duran Duran en aquél entonces. Escribimos un anuncio con la descripción y una foto de Simon y lo colgamos por todo el barrio. Además ofrecíamos una recompensa de, me parece, 20 dólares.

A los dos o tres días un vecino apareció con Simon en brazos. Mi hermana se puso muy contenta puesto que nadie pensábamos que el hurón iba a volver a casa. Por lo general son animales no muy dados a la domesticidad y les encanta vivir fuera de casa. No quiso cobrar la recompensa, pero sí aceptó que le invitásemos a cenar algún día.

Pues esa escena del reencuentro inesperado con Simon me vino a la cabeza cuando leí el primer cartelito fotocopiado.

No tiene chip porque es muy pequeño todavía”, rezaba el cartel a blanco y negro.

Una semana después, vi otro cartelito fotocopiado y pegado con papel celo a una farola avisando de que habían encontrado un gato de raza tal, color cual, sexo éste u otro.

Confieso que en cuanto lo leí pensé “¡Ajá! Una mafia robagatos se apodera del barrio”. Así de cínico soy a veces.

Pues hace dos días, de nuevo, un gatito persa está extraviado y su familia lo busca. Esta vez el que habla es el gatito. "Hola, me llamo "X" y estoy perdido....".

El identikit del mismo lee muy parecido al primero, aunque se trata de otro gatito y, al menos por lo que deduzco del número de móvil, parece ser otra familia. El tono del anuncio está dirigido a un público más dispuesto a estar conmovido. Si está raptado el gatito, me pregunto si el tono de primera persona del cartel enternecerá al captor, o al cuidador. Según tengo entendido, en la humanidad, quedarse con un gato que aparece en tu ventana es lo más normal del mundo. No hace falta ser un malandrín para hacerse con un felino. Ellos vienen.

La verdad no sé si esto de raptar gatos es algo que pasa mucho en Madrid o no, pero desde que llevo en este barrio (febrero del 2006), nunca he leído semejantes carteles.

No sé si veré alguno más antes de septiembre. Espero que no, por los gatitos, claro.

¿Habrá una mafia de verdad o es que los gatitos, como las abejas, desaparecen así como así sin explicación?


martes, 5 de agosto de 2008

Suben los parados

AOG,Madrid

El número de parados en España subió en julio por cuarto mes consecutivo y alcanzó las 2.426.916 personas, lo que supone un aumento del 1,5 % respecto a junio y la mayor cifra registrada desde abril de 1998.

Estos datos ponen de manifiesto la gravedad del efecto que la crisis económica está teniendo en el mercado laboral, que en julio, un mes en el que tradicionalmente desciende el desempleo, sumó 36.492 nuevos parados.

Sin embargo, el ministro español de Economía, sigue sin querer decir la palabra “crisis”. Ni él ni nadie en el Gobierno.

Recuerdo que en mi infancia, los viejos utilizaban cualquier palabra para nombrar al demonio menos la palabra demonio. Su cultura les hacía pensar que nombrarlo era convocarlo.

Por primera vez el Ministerio de Trabajo no ha querido facilitar el desglose de los datos del paro por lo que no es posible analizar los sectores y las comunidades más afectadas por el descenso en la afiliación.

Tras reconocer que estos datos son "malos", el vicepresidente segundo del Gobierno y Ministro de Economía y Hacienda, Pedro Solbes, insistió en que España cuenta con una fuerte "masa" de empleados donde "muchísima gente tiene trabajo" y explicó que el aumento de la población activa y la "caída significativa" de los trabajadores del sector educativo que se produce en verano son algunos de los factores que han afectado a las cifras del paro.

El portavoz de Economía del PP en el Congreso de los Diputados, Cristóbal Montoro, calificó los datos de "dramáticos", acusó al Gobierno de actuar con "frivolidad" y le advirtió de que "así no se puede sostener" el sistema de protección social.

Desde CiU, el portavoz de Economía y Hacienda en el Congreso, Josep Sánchez Llibre, reclamó al Gobierno que adopte con "urgencia" medidas que eviten que empeore la situación económica y laboral, extremo en el que coincidieron los sindicatos CCOO y UGT.

¿Qué ha de preguntarse uno?

¿Está todo bajo control?

O

¿Cuidado que viene el Coco?

Ustedes dirán.