miércoles, 21 de junio de 2006

La Equis de M é x i c o


Desde que vivo en España, estoy aprendiendo topónimos que yo conocía con otra careta, una más internacional quizá. Es el caso de xico. En España, todas las publicaciones, menos quizá El País, se empeñan a rebautizar a la república con una jota castellana moderna, negando el honor de haber sido nombrado el país hace siglos ya con la equis castellana, que se pronunciaba en aquel entonces como si jota fuese. No estoy en contra del progreso, no, pero es una actitud muy soberbia la española la de cambiarle el nombre a países que son de su habla.

Siempre me ha parecido peculiar que en Europa solamente Portugal (Espanha) y
Francia (Espagne) mantienen una la E al principio de la palabra que denomina a España. Será por proximidad , o por cortesía. En los demás idiomas europeos, no peninsulares, de importancia, se suele escribir con una S al principio. En italiano se escribe Spagna, en alemán Spanien, en holandés Spanje, en inglés Spain- aunque, curiosamente, antiguamente se escribía Spayne-. En ruso se escribe Hispania, como en latín, y en húngaro Spanyolország. Es como si la E no importase mucho, porque...ustedes entienden, se sabe de que país hablamos, para qué añadir una E. Curiosamente, esta actitud se preserva en castellano cuando, como dije, a México le quitan la equis y le ponen una jota. Méjico y sus pobladores, los mejicanos. No no no. No puede ser. No me parece correcto. ¡Y menos ahora que a México me voy!
Después de muchos años, es más, desde 1981, el viernes regreso a México. En 1998 ya estuve con un amigo en Monterrey, pero fue un viaje de 24 horas. Ahora vuelvo 8 días. No será a la capital, ese monstruo de concreto que ya era colosal en mi infancia, el dichoso México D.F., sino a la península de Yucatán. De paso conoceré a mis 2 primos y a mis tíos, a quienes no veo desde que tenía 7 años y de quienes no me acuerdo en absoluto por mucho que trato de hacer memoria.

Serán 8 días de un cercano encuentro con la memoria, la infancia, los
recuerdos. No tengo apenas olfato gracias a las alérgias que me acompañan desde hace años, pero sí tengo gusto y vista y oído. Espero volver a probar los sabores que únicamente se encuentran en ese país y escuchar de nuevo el ligero cantar del castellano de ese país, el español mexicano.

Brindo por este reencuentro y por que no sea el último.






Viaje a Londres


Ayer lunes cogí un avión desde Gerona para venir a Londres. Volé con Ryanair, algo que hace unos meses dije que no volvería a hacer. Desde entonces, desde noviembre 2005, no utilizaba esa línea aérea. Desafortunadamente-para mí- tuve que utilizarla esta vez para venir. Un vuelo planificado con poca antelación lleva el riesgo de ser caro. Y caro fue. Si volaba desde Barcelona a Londres, Easyjet me cobraba casi 300 euros. Ryanair lo hizo por 99 euros con y pico céntimos. Obviamente la elección jugaba a favor de Ryanair. Pero, claro, todo lo que eso conllevó me hace pensar que pasarán muchos meses- y ojalá fuesen años- antes de que me vea en la necesidad de utilizar esta línea aérea de nuevo.
Las vicisitudes fueron las siguientes (y sería injusto decir que todo fue culpa de Ryanair):

1- El vuelo era más barato que el de Easyjet. Punto positivo.
2- El viaje de Barcelona a Girona cuesta 11 euros y dura 1 hora y 15 minutos más o menos. Punto negativo.
3- Hay que añadir este factor de tránsito al viaje, al igual que el desplazamiento desde el aeropuerto de Luton hasta Londres. Punto negativo.
4- Me obligaron a facturar el equipaje de mano por 7 euros al decir la chica que pesaba más de 10 kilos. No me preguntó ninguna pregunta de seguridad, solo quería que pagara. Lo que me dice que esta línea aérea le importa muy poco la misma. No solo eso. Si mi maleta hubiese pesado 9 kilos y luego yo me compro 3 kilos de mercancía arriba...¿qué pasa? ¿Ya no hay riesgo de seguridad? O sea, que es una mentira más de una compañía que quiere, o necesita, sacar más dinero. Ya sé que es una compañía de bajo coste, pero eso no le da permiso de sacar de quicio al personal y de aprovecharse de las cosas más ínfimas. Pero bueno. Punto negativo.
5- El avión es muy incómodo. Los respaldos de los asientos no se inclinan y tampoco hay una rejilla en el asiento de enfrente donde poder poner un libro o una botella de agua. Punto negativo.
6- Durante todo el vuelo, la tripulación está obligada ( y espero que sea así porque sino sería sadismo) a dar anuncios de compra cada media hora más o menos y a pasearse con el carrito de arriba abajo despertando a todo el mundo y dándote con el carrito en el brazo o en la pierna si tienes la mala suerte de haberte sentado en el pasillo. Punto negativo.
7- De alguna manera logramos llegar con 15 minutos de adelanto- a pesar que tuvimos que evitar volar a través de una tormenta eléctrica. Punto positivo.
8- En Luton, las colas para pasar el control de seguridad (es decir, aduana e inmigración) eran enormes. Estuvimos casi una hora haciendo cola. Punto negativo.
9- Como eran las 00:30 cuando salí por fin del aeropuerto, perdí el tren de Londres. Tuve que esperar hasta la 01:05 para coger el siguiente. Punto negativo.
10- Llegamos a Londres Thameslink a las 2 de la mañana. Punto negativo.
11- Tuve que esperar 15 minutos hasta que pasó un taxi que me trajera a casa. £15.00 incluida la propina. Punto negativo.
12- Me desvelé y me acosté a las 4 de la mañana. Punto negativo.

La verdad es que el viaje de ayer me molestó bastante y duró demasiado tiempo. Desde las 19:00 hasta las 02:30. Siete horas y media desde que dejé el piso de Barcelona hasta que entré por la puerta en el piso de Londres.
Ryanair, me parece excesivo.

viernes, 16 de junio de 2006

El último día de Radio


Hoy acabaron las 3 semanas de radio. Fueron unas semanas muy intensas y llenas de emociones, odios, gritos, desesperación, abusos, antipatía, remordimientos, apatía, procrastinación, risas, olvidos, descuidos, mareos, y …compañerismo.

De alguna manera, las 10 personas que integramos el grupo nos las arreglamos para despotricar en privado y llevarnos bien en público. De alguna manera logramos sacar adelante un boletín al mediodía, y un noticiero por la tarde a las 7:30 en punto. De alguna manera nos las arreglamos para obligarnos a nosotros mismos a no matarnos ni mandarnos al demonio. De alguna manera, tuvimos que soportar las vejaciones de los demás compañeros- no todos, pero sí muchos de ellos- al igual que una constante indiferencia. Entendible muchas veces pues cuando salíamos al aire, ellos estaban por cerrar la publicación.
Oyentes tuvimos pocos, por no decir casi ninguno. Y aún así perseveramos en la ficción de que los teníamos y discutíamos las noticias pensando en ellos. En nuestros oyentes.

Espero que estas 3 semanas hayan servido para hacer de los 10 mejores periodistas, y también, mejores personas. Aún nos queda mucho Master por delante y los cuchillos que ya han sacado sus filos a relucir pronto empezarán a buscar su blanco. Y, como supongo pasará cada año con cada promoción, las emociones subirán de tono y habrá más de un herido. Espero no ser de los que quedan heridos de muerte.